Cristóbal Manckenzie
Un sueño es un deseo que hace tu corazón.
Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe. La relación de Bárbara y yo cada vez está peor, no sé, si se puede llamar relación porque no somos amigos ni mucho menos compañero ¡Esa mujer es difícil! Y eso es lo que me atrae de ella no es la típica mujer fácil.
No iré a la empresa de Bárbara. Tengo muchas cosas que hacer una de ellas es hablar con mi hermano para que se haga cargo de la empresa por un tiempo.
Carlos entra a mi oficina como siempre sin tocar, ya se me hizo costumbre.
--¿Para qué soy bueno?-pregunta desde que entra.
--Y si sólo te llame para verte-respondo.
--Entonces, eso no sería bueno-dice con una sonrisa-. ¿Qué necesitas?-vuelve y pregunta.
--Quiero que te encargues de la empresa por unas semanas-revele-. Solo serán unas cuantas-contesté.
--¿Cuál es el motivo?-pregunta.
--Llegue a la conclusión de que necesito vacaciones y me la merezco-miento.
--Eres muy bueno para mentir pero conmigo no funciona-confiesa-. Pero está bien, acepto-responde.
--Okey. Voy estar viniendo como quiera a supervisar todo-expresé.
--Bien, ¿Puedo saber qué tramas?-me pregunta.
--¿De qué hablas? Ya te dije necesito descansar-respondo.
--Carolina me contó todo, no te preocupes. Yo estuviera así o peor porque está muy hermosa la chica ¿Dónde la conociste?-pregunta.
--En una gala para recaudar fondos-expuse-. Ahora soy su socio mayoritario-digo con una sonrisa.
--¡Enserio! ¿Cómo lo lograste? Porque según Carolina, la mujer tiene un carácter fuerte-reveló haciendo una mueca con su boca.
--Para mí no hay nada imposible-respondo-. Tengo que ir a la empresa, hacer todo lo que un socio mayoritario debe de hacer y unas cuantas cosas más-le expliqué.
--Pero aquí eres el dueño, ahora vas a pasar a otra empresa donde simplemente eres socio-expresó-. Esa mujer te ha cambiado-dice.
--Se llama Bárbara y no, no me ha cambiado. Siento una atracción sexual y creo que ella siente lo mismo-confieso.
--Puedes conseguir a la mujer que quieras ¿Por qué ella?-pregunta.
--Es diferente a las demás-murmuré.
--Ya es hora de que formes una familia, que tomes las cosas en serio hermano-me explica-. Si crees que es la mujer indicada juégate todo por ella, no te equivoques, tienes una sola jugada, tienes que colocarla en el lugar correcto-indicó.
--Eso voy hacer-susurré con una sonrisa.
--Bueno, nos vemos mañana hermano-nos despedimos con un apretón de manos y un abrazo.
(...)
¡Estoy tan agotado! Que lo primero que hago es acostarme en mi cama, necesito dormir. Hoy fue un día muy agitado tenía que preparar todo para que Carlos entendiera cómo funciona la empresa y cómo poco a poco avanza.
He tenido que controlarme para no llamar a Bárbara, todos los días tengo que pensar en ella y esos sueños que de alguna manera hacen que mi amigo se levante todos los días al amanecer.
La he tenido en todos los lugares posible cómo gime mi nombre en cada estocada, el sabor de sus labios, que al despertar ella está ahí abrazándome. Pero dicen que los sueños se cumplen y este es el que yo más anhelo.
Ella besa mi cuello constantemente, sube por mi barbilla deja pequeños besos y al final besa mis labios. Mi lengua recorre su labio de lado a lado quien prueba un helado. Mis labios se adueñan de los suyos los saboree, los acaricie hasta que escuché un jadeo de su parte. En un instante me aleje un poco para mirarla a los ojos y sonreír, quería saber si era cierto que ella estaba aquí conmigo, en mi cama.
Seguimos con nuestro beso, nuestras lenguas juegan entre sí, se acarician mutuamente mientras mis manos se pierden por su nuca y su cabello donde mis manos deshacen su espalda a cada rose. Me recorre una sensación de cosquilleo que nunca lo había sentido, mi mente se nubla dónde lo único que sería capaz de percibir el calor de su cuerpo contra el mío.
Mis manos van hacia sus pechos, que le dan varios pasajes por encima de la tela de seda blanca. La coloco bajo mi cuerpo y le quitó la tela de seda. Sus pechos quedan a mi vista, de sólo verlos la boca se me hace agua, me lanzo por ellos chupo, los acaricio, muerdo sus pezones que se endurecen por mi tacto.
De su boca salen pequeños jadeos y movimientos que me avisan que está disfrutando de mis caricias. Bajo por su abdomen depósito varios besos hasta llegar a su feminidad. Separó sus labios vaginales para llegar a su punto de placer, succiono y muerdo ocasionando que gima mi nombre. Mi lengua va hacia arriba y abajo constantemente saboreando como si de un caramelo se tratase. Hasta que se estremece pero escucho algo que me hace detener por completo.
--¡Detente Cristóbal! ¡Detente!-escucho un ruido en mi habitación.
Abro los ojos enseguida y me encuentro con la loca de mi prima riéndose cómo ella lo sabe hacer.
--¿¡Qué demonio haces aquí!?-le pregunto frotando mis ojos varias veces-. ¿Cómo entraste?-pregunté.
--¿Tenías un sueño o era realidad?-pregunta-. Tu respiración estaba agitada, estás sudando-reveló.
--¡Te hice una pregunta! No me contestes con otra-respondo.
--Es obvio antes de irme con mi novio vivía aquí, volví de nuevo ese estúpido me engaño con una fruta-informa-. Pero tú sí que la estabas pasando bien-dice a volumen bajo.
--No vuelvas a molestar-digo con voz amenazadora-. ¿Cómo que te engaño con una fruta?-pregunto confundido.
--Dijo que ella le da más placer que yo ¡Me engaño con una sandía llamada Verónica! ¿Lo puedes creer?-pregunta.
--Ese hombre sí que está loco-murmuré.
--Lo encontré en pleno acto sexual-responde con una sonrisa-. Al principio me parecía gracioso pero ahora viendo la gravedad del caso yo soy la cornuda-expresó cruzando sus brazos.
--Ya sabes dónde está tu habitación, ahora sal de la mía-respondo-. Ahora-le indicó.
--Está bien, para que sigas con tu sueño húmedo entre Bárbara y tú-informa.
Ella sale de mi habitación, vuelvo y me acuesto en la cama paso mis manos por mi cabello ¡Esa mujer me está volviendo loco!
Parecía tan real pero al final sólo fue un sueño.
Bárbara Úrsula MedinaDe seguro hoy viene Cristóbal, en estos días no se aparecido por aquí y se lo agradezco. Tener todos los días su presencia es un poco intimidante y a la vez incómodo y ni hablar de lo nerviosa que me pongo con sólo mirarlo.--Barby, el señor Daniel está aquí-me informa-. ¿Lo dejo pasar?-me pregunta.--Claro, Rosa-digo-. Hazlo pasar, pero necesito un favor cuando venga el señor Manckenzie me avisas, ok-expresé.--Está bien-responde.Mi novio pasa a mi oficina, me encamino a él, le doy un beso en los labios y un abrazo.--¿Cómo te fue mi amor?-le pregunto todavía en el abrazo.--Bien, cariño-murmuró.Voy hacia la silla detrás de mi escritorio y me acomodo en ella, observando que él está un poco impaciente y no me mira a los oj
Cristóbal ManckenzieAyer fue un día muy ¡Calentito! No me pude aguantar es tenerla en frente de mí y lanzarme por ella. Hoy no voy a ir a la empresa de Bárbara prefiero estar un poco alejado de ella, no quiero que se sienta incómoda con mi cercanía y mucho menos con el encuentro tan intenso que tuvimos o al menos yo lo sentí así.Decidí ir a mi empresa no quería estar en mi casa, tener un día libre eso no es lo mío. Tengo un traje negro con una camisa blanca y la corbata negra, siempre presentable.Escucho unos gritos provenientes de dónde está Carolina mi prima y secretaría. Me levanto casi corriendo y llego dónde está ella, un hombre está apunto de pegarle una cachetada y la agarra por el cabello con fuerza.--La próxima vez que intentes poner tus sucios dedos encima de Carolina, te los contar&eacut
La infidelidad levanta una tapa que deja salir todos los complejos a flote.Bárbara Úrsula MedinaHoy es lunes y de nuevo al trabajo, todo el fin de semana me la pase en mis organizaciones compartiendo con los niños, haciendo diversas actividades.Llevo puesto una falda de tubo con una camisa blanca y unos tacones altos negros, mi cabello recogido en una cola de caballo y así estoy en mi oficina hablando con mi amiga Fernanda entre risa y broma.--¿Enserio barby te tiraste a Cristóbal Manckenzie?-pregunta histérica.--Cuántas veces te voy a decir que no-gritó-. Fernanda, tengo novio y eso no puede volver a ocurrir-respondo.--Pero qué importa. Barby tienes que vivir la vida al máximo, Daniel no es un hombre sexualmente, hablando-re
Cristóbal ManckenzieHoy voy a la empresa de Bárbara. Necesito verla, sentirla, estar junto a ella, discutir por nada, verla enojada y tímida en mis brazos. Esa mujer me vuelve completamente loco en tan poco tiempo y ya sea a vuelto en Mi Maldita Obsesión, me encanta su perfume a rosas, la forma de hablar, de cómo me mira; todo de ella me encanta y estoy obsesionado con hacerla mía por completo.Subo al ascensor hacia el piso correspondiente, saludo a su secretaria Rosa y me encamino hacia la oficina de Bárbara. Toco antes de entrar y recibo como respuesta un adelanté.--Buen día señorita Medina-digo llegando al escritorio y sentándome en la silla en frente del mismo.--Buenos días señor Manckenzie, usted tan temprano por aquí ¿Qué se le perdió?-pregunta mirándome a los ojos por primera vez que entre.
Bárbara Úrsula MedinaMis amigos y yo nos vamos de antro, necesito despejar mi mente, olvidarme de todo lo que pasa con mi madre, novio, lo del señor Manckenzie.Llevo puesto un pantalón pegado a mi cuerpo, unos tacones altos negros y una blusa corta del mismo color.Llegamos al lugar la música resuena a todo volumen. Nos acercamos a la barra y le pedimos al barman unas cervezas bien frías. Tomó el primer trago sin titubear y es cuando he dicho que empieza la noche.Mi amigo Diego y yo nos movemos al ritmo de la canción, meneo las caderas de una forma sensual. Mi trasero chocando en su miembro, su mano en mi cintura y mis brazos en el aire acompañando a la canción, desde que el Dj la puso nos levantamos a bailar y desde luego no hemos parado.(...)Siento que me observan desde lejos, cada paso que doy pero de seguro es por las tantas bebidas que he tomado.
Cristóbal ManckenzieBárbara está completamente dormida en mi cama, se ve tan relajada, un ángel. Pero sin embargo también está Mónica Hutton la rubia que estaba conmigo anoche, tuvo un problema con las llaves de su casa y me rogó que la dejará pasar una noche aquí en mi casa.Bajo a la cocina con sólo un pantalón de pijama, busco jugo de naranja y procedo a tomar de mi bebida.Hoy en la casa hay dos mujeres muy diferentes no sólo en el físico sino también en su forma de ser y pensar. Bárbara es más humilde, dedicada yo creo que por eso tiene organizaciones, ella sabe cómo ser una líder y Mónica se preocupa más por su imagen, su estatus social.Mónica entra a la cocina con una sonrisa de oreja a oreja.--Buenos días, cariño-anuncia llegando hacia mí y besando
Bárbara Úrsula Medina Una mirada penetrante quema, y a la vez da frío.Mi madre regresa hoy de su viaje, aguantar el tormento de Estela. Es obvio que lo primero que va hacer es venir a la empresa y disque supervisar todo. Pero la verdad no sé ni a qué viene ¡Ah sí! A fastidiarme el día.Llevo puesto una falda de tubo por encima de mis muslos, una camisa blanca, unos tacones altos negros y por último mi cabello suelto.Suena el teléfono y procedí a contestar.--Bárbara Medina-contesté esperando respuestas.--Barby, tu madre está en la empresa-anuncia mi secretaria Rosa-. Y no está
Cristóbal ManckenzieEscucho discusiones en la oficina de al lado que es dónde está Bárbara con su madre. Ya saben madre e hija discutiendo.Salgo de mi oficina, necesito saber que tanto hablan pero la puerta de la oficina de Bárbara se abre y sale una Estela furiosa sin mirar a nadie.Enseguida voy hacia Bárbara que está sentada en el mueble con la cabeza en su mano sollozando.--¿Bárbara qué sucedió?-pregunto preocupado.Ella se levanta de inmediato y me da la espalda. Respiro resignado, ya sé, no le gusta que la vean llorar o mejor aún no le gusta que la vean derrotada.--¿Estela te hizo algo? ¿Cuéntame qué pasó? Puedes confiar en mí-le digo caminando hacia ella.Se voltea y me abraza por el cuello, llega su cabeza al hueco entre mi cuello y hombro, y llora.--¿Por qu&ea