Aún se encontraba en la biblioteca revisando viejos cuadernos en donde se documentaba hechos de siglos pasados, al repasarlo entendió el gran valor y por qué su padre lo guardaba bajo llave, aun así, era poco práctico.

Los ataques de los vampiros rastreros podría ser solo una coincidencia, pero no podía arriesgarse. Todos sus pensamientos se centraban en Rouge y lo que esos ataques podría desatar. Todas las miradas estaban sobre él después de su victoria contra Bartolomé, y los vampiros no podían arruinar ese momento.

Miró el reloj y lo primero que pensó fue en Hannah, quién se veía tan ajena a ese mundo.

“Lo mejor será que no sepa sobre esto”, reflexionó en voz alta y luego de eso se puso de pie para dirigirse hacia su habitación antes de su primera reunión.

En el camino pensó en su amada y lo lindo que sería permanecer a su lado para por un momento encontrar paz, pero no quería despertarla e ingresó a su habitación.

Se deshizo de toda su ropa y se dirigió hacia la cama y luego el