Callum De Rufus.Respiro profundo antes de entrar al salón, hace un día que llegue y ya me quería ir de ahí pero ni modo ahí estaba entrando tomado del brazo con Ava que no parecía muy contenta y eso me parecía extraño, llegue un día antes para no oler a Helena por más que odiara quitarme su olor, todo porque estaría en un salón llenos de humanos y hombres y mujeres lobos, todos nos miraban y nos hablaban.— Pon otra cara que la que tienes espanta a todo el mundo, Callum — me susurra, la mira poner una sonrisa fingida y una vez que saludamos y hablamos a todos no lo soporte queriendo salir de ahí pero de pronto sentí el olor dulce de Helena, como si ella estuviera aquí pero no puede ser posible, debo de estar volviéndome loco de solo pensar que no está a mi lado.Camino y siento que alguien me sigue, salgo a un pasillo lleno de ventanas que muestra el mar con la gran luna llena.— No me está gustando esto para nada — miro a Ava sin entender a lo que se refiere.— Si te molesta por el
Helena Ramírez. La chica frente a mí se parecía demasiado, era como verme en un espejo y al parecer ella también lo notaba porque no dejaba de mirarme de arriba abajo como si buscara algún defecto en mí, claro que había uno, ella se veía bien vestida, como si perteneciera a la realeza, mientras que yo iba con un simple vestido de satín como si jugara a ser de la realiza, más el mechón blanco de nacimiento, eso nos diferenciaba mucho.La chica parece asombrada al igual que yo, algo me había dicho esa bruja Romina de que tenía una hermana pero no creí que una parecida a mí. Al menos dijo que tengo dos hermanas— Esto es increíble — dice tomando mi mano como si quisiera saber que soy real — Somos muy iguales — me hace voltear al espejo del baño en donde vemos que si nos parecemos — Es como si fueras mi gemela — ríe con un poco de tristeza y abre sus ojos, trago saliva — Tengo que mostrarte a mi prometido, no se creería si solo le digo — me toma del brazo sin dejarme decir nada, salimos
Callum De Rufus.Al regresar al hotel, Ava ya me esperaba sentada en el sillón de ese pasillo lleno de ventanas, la miro y puedo notar que Helena pasó por aquí, me siento frente a la castaña y solo mira por la ventana, siento mi cuerpo pegajoso por la salada brisa de la playa.— Eres un idiota — río y la miro mirarme — No debiste mentirle, menos a mí, si hubiera sabido que nos parecemos, hubiera planeado intercambiar identidades como en las películas — niego rondando los ojos — Tengo que encontrarla — se levanta pero la tomo del brazo para que no se vaya.— Déjala en paz — parece querer protestar — Aun no sabemos si es tu hermana o no, pueden parecerse mucho y no tener la misma sangre, Ava — se queja y se sienta cruzándose de brazos molesta — Solo, no la asustes… — suspira, me levanto.— La gente se ha ido, mis padres están en su habitación, mi madre parece ser que vio a Helena… — se levanta. — Adela está intentando calmarla… Avísame cuando te vayas — se va dejándome en el pasillo, su
Helena Ramírez. Respiro profundo y volteo a mirar a la puerta en donde minutos antes estaba Callum mirándome, sentí que me ahogaba entre sus feromonas llenas de ansiedad y amargo olor, la puerta se abre otra vez y veo que es William quien entra, miro mis manos y luego lo miro.— Detén a Tara, no quiero que le diga que estoy esperando a sus hijos, William, sé que el encanto que cargo encima hizo que no se diera cuenta de que estoy en cinta pero por favor, no le digas — le suplico y suspira yéndose del cuarto sin decir nada de nada al respecto con la petición que le acabo de pedir.Si quería irme de la mansión, era mejor que ni se enterara que espero dos pequeños seres en mi vientre. Tara quedó tan confundida de como su diagnóstico decía que estoy embarazada pero su olfato la engañaba al igual que William, ahora más que antes podría decir que el encanto tapa el olor de la sangre familiar.Al rato Tara entra y la miro recoger sus cosas, luego se me acerca y suspira sacando un palito con
Callum De Rufus.Regreso a la mansión, subo a mi cuarto, no quería comer y solo me dispuse a dormir en mi cama en donde la fragancia de Helena aún se siente, desperté en la mañana cuando por casualidad sentí el olor de mi luna pasar frente a mi puerta pero cuando bajo al lobby, ya se había ido, William me esquiva sin decirme nada del paradero de la castaña y eso me comienza a parecer extraño.— Fue a ver a mi padre, ¿No? — lo veo tragar saliva cuando hablo, niego y me encierro en el despacho, me siento y comienzo a pensar en todo lo posible que le diría mi padre a Helena y era de suponerse que la mandaran a llamar cuando yo eché a patadas a Alexandre, claro que él le iba a decir algo a mi padre.No pasaron ni 3 horas cuando William entra al despacho y lo miro a los ojos, me levanto notando que Helena acaba de llegar, salgo del despacho y siento a William seguirme, supongo que se preocupa por lo que vaya a pasar, abro la puerta del cuarto de invitados y la veo ahí sacando sus cosas del
Ava Gardernes. Desde muy chica supe que debía seguir los protocolos y las reglas, no por ser hija de un duque, sino por ser la siguiente reina y luna de la manada, papel que le correspondía a mi hermana gemela pero que la vida me robó a los pocos meses de nacida, todos decían que estaba encanta y que por eso no vivirá más que unos días y así fue, me dejó a los meses de nacida.O eso pensé toda mi vida cuando vi a una chica demasiado parecida a mí en aquel baño en la noche de mi compromiso con el príncipe Callum, hombre al que conocí a los 10 años, del cual estuve enamorada gran parte de mi vida hasta que cumplí 18 años y supe que no era su destinada, era más que obvio que no lo era porque yo estaba remplazando a el puesto de mi gemela, la verdadera luna y reina.Al ver a Helena pude notar el olor de Callum impregnado en su cuerpo y ella olía igual en el cuerpo de Callum que por más que intentará eliminarlo se sentía, ellos eran destinados, se notaba con solo mirarlos un momento y eso
Callum De Rufus.En el momento que se fue Ava, salí del despacho a comer algo aunque mi cuerpo me rechazara lo que sea que me metiera a la boca, por más que intento mantener la mente ocupada, todo me recuerda a ella por cada rincón de la mansión por el que paso, hasta en el bosque cuando paso veo una ilusión.— Que milagro de la diosa que hayas salido de su despacho, su alteza — escucho a William, lo miro para luego ignorarlo, salgo al jardín en donde veo el atardecer — ¿Va a cenar? Los gemelos quieren comer con su alteza — respiro el aire fresco y lo miro.— ¿Crees que mi olor no les molestara? — pregunto y mira hacia otro lado, asiente entendiendo y se va entrando a la mansión, me siento en la banca intentando distraer mi mente en algo cuando de pronto siento el olor de Alex acercarse, supongo que viene con el cronograma de la próxima semana, encima de eso, la boda se hace en un mes, eso significa que tengo desde ahora 30 días para casarme.Y todo se adelantó porque a mi padre se le
Helena Ramírez. Me siento exaltada en la cama, mi frente sudada y mi respiración agitada, he vuelto a tener las pesadillas de siempre, toco mi vientre y es lo único que ahora me relaja de una manera tranquilizadora. Me levanto de la cama al mirar la hora de la mesita de noche que da las 8 de la mañana, lo que me indica que tengo que ir al trabajo.Han pasado 2 semanas desde que deje Londres y regrese a esta pequeña ciudad de hermosos bosques de Francia, pero claro, no volví a trabajar con Monic Belle y creo que es lo mejor, ahora teniendo dos bebés en camino, no puedo darme el lujo de estresarme y no descansar por las exigencias que toma uno al ser asistente. Termino por vestirme y salgo del pequeño piso que logre conservar, gracias a William pude obtener un poco de dinero a pesar de que Callum me daría más dinero del cual no pensaba aceptar porque no trabaje en el tiempo en el que estuve en Londres.Llego a la cafetería saludando al personal, la dueña es muy amable conmigo, por algu