Estoy soñando con Belli y su sonrisa, sin embargo, algo me grita que despierte y abro mis pesados párpados. El auto está volcado, la sangre sube a mi cerebro y el zumbido en mi oído me tiene desesperado. Todo me duele, específicamente la cabeza, siento que me va a explotar. Suelto el cinturón y caigo de golpe, golpeando la costilla con la palanca de emergencia. —¡Maldición, ouch! —bramo y gravitó la mamá de Belli a mi lado. —¡Muévete, chico bonito! —me apuraba Dilys—. Estaban los tres inconsciente y no sé si este auto explotará, para colmo esos hombres se están tomando su tiempo hablando por el celular. Han dicho que el trabajo está hecho —no deja hablar y aumenta mi dolor. —Te puedes calmar, Dilys, me duele todo —toco mi frente tiene un gran charco de sangre. A mi lado Reuben está inconsciente, toco su pulso del cuello y es lento, pero sigue vivo. Suelto su cinturón de seguridad y lo sostengo para que no se golpee tanto al caer. Salgo por la ventana, el vidrio incrustándose e
En mi mente se repite eres un espanto de alfa, una tras de otra vez, intento sostener la mano de Reuben y cada vez que creía estar por agarrarlo más lejos estaba. El goteo del suero me despierta junto con el odioso ruido de las máquinas y lentamente abro los ojos. Lo primero que veo es mi pierna enyesada y amarrada arriba. —La dejaré con su hijo, pero la doctora pidió cuando llegarán los parientes, sobre todo el de Meir Jones que necesitaba tener una conversación. —Ese chico no es mi hijo, no me importa lo que suceda con él —la voz despectiva de mi madre me enojó. Necesitando calmarme, pienso en los ojos manantiales, en su olor a abeto mezclado con avellana y su sonrisa de arcoiris. La sentí, el grito que ha pegado mi madre me hizo abrir de golpe los ojos. Bellicienta está de pie llorando, mi mamá la ve con sus ojos enormes. —¿Cómo entraste? —mamá susurró y puso seguro a la puerta. —Cariño, ven —extendí mis brazos y sin importar que mi madre estuviera presente, Belli corrió a mi
En la habitación podíamos tirar un alfiler y se escuchaba el repiqueteo. Los chicos aún no asimilan que se llevaron a su amigo. Incluso Clarise, se quedó callada al ver la reacción de ellos. Tengo que solucionar de alguna forma este lío, Reuben tiene que volver con sus amigos y quiero mi canción por el cuarteto. —Mamá —le habló a mi madre fantasma, está frizada viendo a todos. He conseguido que Clarise, me de una mirada de soslayo—, llévame a tu habitación. —Me puedo imaginar lo que pasará por la mente de Clarise en este momento. En eso entró una doctora mayor, cabello corto rubio y al ver tantas personas en el cuarto nos reprochó con la mirada. —Necesitaba hablar con los familiares de Meir Jones.—Somos nosotros —comentó Selig y Takeo se apoyó a su lado.—En fin, Meir Jones llegó con el bazo roto según la tomografía y cuando estábamos en la cirugía estaba bien, es algo… —la doctora se quedó callada y nos miró a todos—. ¿Por qué les cuento y todos se han quedado normales? —Es un m
Estoy sentado en la silla de rueda con el yeso, pero tengo que fingir y soy llevado por Craig. Selig me puso al tanto de todo y Meir está muy preocupado por Reuben. Soy subido con la ayuda de Meir al asiento de atrás. Takeo me espera y sube mi pierna encima de su regazo. Selig espera en el volante y no para de tamborilear los dedos. Meir se acomodó en el baúl y se recuesta del espaldar, ya que ocupo todo el asiento. Dilys, gravita nerviosa al lado de Meir, está preocupada por Belli, cree que tal vez no vuelva a verla. Sé que ella volverá antes, solo necesita pensar con claridad. Mi madre se subió de mal humor en el asiento.—Poner distancia, que esa doctora me ha dado un gran dolor de cabeza —se tocó la melena y recostó de la ventanilla.—Es bueno que le den de su propia medicina señora —susurró Takeo y al mirarlo levantó los hombros hacia arriba.—Takeo si no me doliera demasiado me giraba y te golpeaba —murmuró mamá y luego sonrió.Takeo me golpeó el yeso y levanté las cejas confund
La voz de este hombre la aborrezco, los chicos se han reagrupado a mi alrededor y mi madre vaga por la habitación. La mamá de Berwin está sentada en la cama y se ve preocupada.—Ve al grano, no es una llamada amistosa —le respondo y soltó una sonora carcajada. —Recordaste a tu mamá. Dime, ¿y a mí? ¿He vuelto a tu corazón? —aprieto el celular y no tolero haber querido a alguien de esa calaña.—No eres tan importante, aparentemente. —Los ojos de Berwin se ven alarmantes. —Te afecté, no tuve opción eras parte de plan, pero aún podemos tener una vida. Elige ir conmigo y te aseguro que tendrás todo. —El único sitio al que irás es al piso como polvo. —Prometo. —Lamento decirte que este cuerpo es mío, suprimí al lobo. —Tienes cuerpo, puedes morir igual —se ha quedado callado—. Te hice pensar —me burlo. —Por ahora lo veo muy lejano. Te daré una pista para que no pienses que soy muy malo, el chico si estaba enamorado de ti. Mi corazón me duele y cierro los ojos furiosa.—¡Alinor, Alinor
Han aparecido fantasmas alrededor y escucho a los lobos aullar. No suelto el alma y decidida logré sacarlo. Reuben cayó al río y sostengo en alto al fantasma de cabello rubio.—¡Chicos, Reuben cayó al agua vayan por él! —Observo que el tipo tiene un golpe en la frente.—Un mo…mento esta…bas lejos y luego en mi cara… —habló con dificultad y su cara apretada.—Lo que importa es que tú serás polvo —aprieto cada vez más y su rostro hinchado.Lo hice polvo, sacudí mis manos. Me volteo y los lobos están bien, sellando almas y en el pasto Meir desnudo logró sacar a Reuben. Vagando retirado puedo vislumbrar a Luke y no puedo evitarlo, lo seguí. Está retirándose, lo veo que se detiene a hablar con Kara y no me han visto.—¿Dónde está el rubio? —Cuestiona nerviosa Kara.«Si es el que hice polvo, lo siento» pensé.—Lo desvaneció Belli —susurró asustado Luke.—No puede ser, es mentira —se ve histérica—. Era sencillo, antes de salir del cuerpo lo mataba y se desvanecía. En medio de la confusión de
Estoy con mi madre y su sermón de la vida me tiene algo aburrido. Le permito que se exprese, se ha portado bien con mis amigos. Además, selló espíritus y se ve cansada. Ha sido un largo día con altas y muchas bajas. Reuben quedó afectado y no habla. Los chicos están preocupados y quieren volver a Cardiff. No le he comentado a Belli, no sé qué piensa hacer con lo del cuerpo de su mamá y si quiere volver. Ella no es de compartir y aunque me duele, la intento comprender. —Berwin, no estás escuchando nada —mamá se dio cuenta y viró los ojos para atrás.—Por supuesto mamá, soy todo oídos. —Justamente después de mentir, siento una punzada en el pecho y me inclino hacia adelante.—Berwin, ¿qué te sucede? —Mamá toca mi hombro y cierro los ojos con una mano en mi pecho, haciendo presión.Es Belli, lo sé. Logro enderezarme y doy respiraciones cortas. La veo retirada con su madre y Belli está de espalda, me percato que sus hombros tiemblan. Sin ninguna duda, sé que es ella. Mi mamá me habla, pe
Encima de la camioneta gravitaban dos fantasmas y todo por tratar mal al lobo. No quiero perderlo y está muy bravo. El ambiente se siente tan caliente y nadie le habla. Las palabras de Abe antes de irse fueron: Un gracias. En ese momento no me importó. Cuando pueda hablaré con Abe y seré mejor persona con él. Tras tres horas de viaje, el carro en completo silencio, siento que estoy drenado. Al pasar la muralla del castillo, no se siente mi casa. Llegamos en la madrugada, todos se suponen que están durmiendo y veo corriendo un grupo de encapuchados. Me dejo llevar por el impulso freno de golpe y salgo corriendo del auto. —¡Berwin! —escucho que me llaman y no me importa. Voy furioso, siguen atacando nuestro castillo y sienten mis pisadas. Se giraron de golpe y siento que están detrás de mí los chicos.—¡Selig, soy yo! —Su voz es de chica y levantó las manos en rendición.Selig se adelantó y caminó hacia la chica.—¡Rhonda! —su voz es de asombro y ella se quitó la capucha mostrando su