NARRA LA REBELDETermino la fiesta y yo feliz sentada con Albert juntos por fin, al frente de nosotros mis padres, mis abuelos, mis tíos que nos observaban complacidos, y mis primos me sacaban el dedo burlándose sacándome la lengua, también les regrese el gesto cuando vi que Joseph mi hermano puso cara de enojado y con su mano me hizo señas de que lo siguiera.—Mierda, ¿y ahora qué hago? Joseph es enojón carajo, pero si yo solo respondí a lo que me hacían, noooo —Albert se dio cuenta de que me llamaba y comento.—Tu hermano te llama, pero lo veo disgustado, ¿sabes por qué?—No sé, pero debo ir, espérame ya regreso al rato —me levanté acongojada, primero que me aleja de mi amorcito y segundo es por su cara de disgusto, m****a, es peor que mi papá para sermonear y mi mamá se dio cuenta y está sonriendo, carajo.Llegamos hasta los baños que estaban muy alejados de todos, había un poco de música clásica en los amplificadores, eso taparía un poco nuestra plática y comenzó.—Dianne ¿por qué
NARRADOREl amanecer llegó despertando a todos menos a la rebelde y a su novio. Adam esperó que su esposa entre al baño y salió en puntillas hasta la habitación de su hija, pues había presenciado cuando empujo a Albert en el cuarto de su hija.Abrió muy despacio la puerta y metió su cabeza para pegar un atisbo y los vio dormidos, Dianne tenía su cabeza en el pecho del dormido Albert, sonrió y prefirió regresar a su habitación y dejarlos dormidos, pero al dar el paso atrás su espalda choco con algo y era su esposa con sus brazos en la cintura como jarra.—Me imaginaba, no ibas a aguantarte la curiosidad Adam.—Pero dormir juntos, creo que no fue buena idea amor —decía Adam con una sonrisa.—Fue una muy buena idea, ¿solo duermen verdad? Entonces date cuenta de que Albert ama de verdad a nuestra hija, solo duermen.—Oh, vaya jajaja y yo hecho el celoso, mi vida cada día te amo más —decía Adam, todo enamorado abrazándola y se fueron a su cuarto cerrando la puerta con seguro.Mientras despu
Cuando hicimos nuestra entrada me fije que la putiprofesora miró muy enojada a Albert; en cambio, Él sonreía con un dejo de satisfacción. Me imaginé que era por lo que le hizo en la fiesta, pero el profesor Matteo le dijo algo y ella cambió su semblante.—Buenos días a todos —dijo muy alegre Albert, en cambio, yo solo dije.—Buenos días —Bien agarrada de la mano de mi novio bello, la rectora me brindo una mirada de cariño y hablo.—Bueno, profesora Clarissa acepto su renuncia. Se le hará su pago en su cuenta, le haré llegar una carta de recomendación para su próximo trabajo, gracias por haber brindado sus conocimientos en esta institución.Yo al escuchar eso me alegré al máximo. Por fin se largaba la facilota esa y dejaba en paz a mi Albert. El profesor Matteo miraba a mi novio sonriendo; ella, en cambio, ya ni lo miraba para nada y yo muy contenta por eso.Se despidieron de la rectora y solo el profesor Matteo se despidió de nosotros de la mano y se fue con ella abrazados. Miré a Albe
NARRA ALBERTCuando la rectora me aviso de la renuncia de Clarisse le sugerí el nombre de Mario, pues, conozco su experiencia y vocación, el puesto le quedaba como anillo al dedo. Lo que no me imaginé es que quiere hacerme lo mismo que hace años, pero esta vez no me voy a dejar. --------------------------&--------------------------HACE AÑOS ATRÁS—Pero mi amor, ¿por qué vas a desistir de casarte conmigo? Yo no te he sido infielElla me observaba temblorosa y acotó —No eres tú Albert, soy yo (me miraba como asustada) yo... amo a otra persona.Me quede absorto escuchando esa noticia de sus labios. No quería creer, no podía creerlo. Ella siempre me ha amado, siempre nos amamos. Nuestra relación era ya de dos años, por eso pensé que me estaba solo probando, que era una mentira, un engaño y solo dije.—Adriana, ¿esto es una broma, verdad? ¿me estás mintiendo para probarme?Escuche unos pasos que se acercaban y una voz de hombre muy conocida, comento.
NARRA LA REBELDEEstaba tan tranquila conversando con mis amigas. Después de terminar nuestra clase de educación física, como llegaba el receso nos quedamos en el patio. El profesor Mario se acercó a mí, me toco el hombro y me hizo señas para que me levante y escuche algo que iba a decirme.—Que te parece si vamos a un motel y te quitas la calentura de los besos de Albert — pero lo que escuche me enervo y reclame.— Profesor no sea irrespetuoso, yo no le he dado confianza para que me esté diciendo eso.Y todavía se atrevió a burlarse diciendo.— Ustedes las mujeres se hacen del rogar, pero bien que desean revolcarse con sus profesores jajajaja.Me quede con la boca abierta del asombro sin querer creer que se atrevió a decirme eso, trataba a las mujeres de putas. Cuando vi a Albert bajar las escaleras y enfrentarlo, hablaron entre ellos y después Albert lo golpeo y comenzaron a pelear.Ambos se golpeaban muy fuerte, el piso comenzó a teñirse de rojo debido a las heridas que ya tenían am
NARRA ALBERTDianne me comía a besos delante de su padre que sonreía mirándola, yo solo la dejaba, pero lo que sí me dio un poco de vergüenza fue cuando Adam dijo que me ayudaría a bañarme, la saco de la habitación, cerro la puerta del baño, me ayudo a desnudarme.Pensé que como médico está acostumbrado a ver cuerpos desnudos, pero no me esperaba lo que iba a decirme dentro del baño.—Albert vaya que tiene buen cuerpo, ¿hace ejercicios? —yo solo le asentí con la cabeza y continuó diciendo.—A ver párese aquí donde está cayendo el agua, espere que después me mojo yo —a vista mía se sacó casi toda la ropa se quedó en bóxer y vaya que tiene cuerpo también, pero cuando me dio el jabón para enjabonarme mi parte de abajo, me di cuenta de que me miraba mi polla y yo estaba sonrojado me quemaba la cara, pero escuche.—Mmmm, por lo visto estás bien dotado, qué bueno, mi hija por lo que veo va a ser feliz contigo, alto, fornido, fuerte, educado, caballero y una polla grande como la mía, si mi es
Mi rebelde está parada frente a mí observándome con su mirada pícara y yo debo estar con cara de sorprendido porque lo estoy, mierda, con temor de que si en ese momento abrían la puerta y nos veían, yo era quien salía perdiendo, soy mayor que ella, quien debía ser más pensantePero con semejante mamada mis pensamientos se fueron a mi polla caramba, me puse a cavilar y se me metió una idea, Dianne no lo pensó sola esto fue planeado y meto las manos al fuego que fue su madre, oh si, esa mujer no se mide, además como es que me hizo esto debe de haber practicado y le pregunte fui directo—Dianne ¿cómo es que me hiciste esto? Tú lo hiciste bien y esto solo se aprende practicando... Dianne dime amor, esa mirada de deseo que tienes, estás rara, amorElla solo se carcajeó, se acercó a mí y volvió a besarme, mierda, que con eso me desarma cualquier cosa que esté pensando, es que sentir esos ricos labios, su aliento me encanta, me vuelve locoY zaz que pasó lo que pensaba, se abrió la puerta y
Creo que me dio un infarto y estoy muerto, llegué al purgatorio viendo cosas, pero mi rebelde me recordó que estaba en este mundo cuando me comenzó a sacar la camisa del pijama, dejándome el torso desnudo y besarme los pezones, m****a.Sus pequeñas manos recorrían mi pecho y su lengua por donde podía, quise decir algo, pero solo me puso su dedo índice en mis labios y siguió, me empujo hasta hacerme caer de espaldas y no se donde saco fuerzas y rapidez que mis pantalones cayeron al suelo, quede desnudo en esa cama y con la sorpresa de todo lo que estaba pasando, pensé en donde quedo mi inocente alumna rebelde la que yo conocí, la que peleaba conmigo, la que me hacía bromas pesadas.Esta era otra, esta parecía una mujer deseosa de apagar su fuego del deseo, se montó encima de mí, yo admirando por primera vez su belleza, su desnudez, tenía esos pezones rosados de lo que es virgen delicados, pero no me dejaba tocar, mis manos las hizo para atrás y ella se deleitaba de mi cuerpo.A pesar de