Al rato, me quedo satisfecha en el sofá. Pareciera que soy más una huésped que una mucama. Debería estar limpiando habitaciones y haciendo el agotador trabajo, pero todo es tan extraño que estoy aquí, en uno de los mejores cuartos, solo porque al jefe se le ocurrió que me quede hasta que regrese.Empiezo a sentir fatiga, y no es para menos, no tengo con quién hablar. Al menos, cuando trabajo con Sandra o María en una habitación, podemos conversar un rato y hacer el trabajo menos agotador.Es entonces cuando recuerdo mi estado. Sonrío un poco y miro mi abdomen, que aún no es demasiado grande, pero falta muy poco para que se note el embarazo. Me gustaría saber si es niña o niño, pero lo más importante es que sea un pequeño sano y fuerte. También pienso en la posibilidad de que se parezca a Zared. ¡Dios! Son demasiadas emociones y en cualquier momento podría ponerme sentimental y empezar a llorar.Sería lindo que estuviera a mi lado durante todo este proceso.Pero eso no es seguro.Cuand
—¿Ya puedo retirarme? Aún tengo otras cosas que debo hacer. —Dime algo, ¿de seguro no tienes algo que decirme? En ese momento paso saliva con dificultad. Me está tuteando de nuevo y me está preguntando directamente si tengo algo que decir. No quiero decirle nada. —No, ¿por qué crees que tengo algo que decir? —Porque desde que me viste, no has dejado de actuar extrañamente, como si quisieras ocultar algo —suelta directamente y casi me atraganto con mi propia saliva.No puedo creer que ahora esté hablando de eso. —Zared... —Pensé que no volverías a llamarme por mi nombre. Hasta ahora ha sido formalmente. —Tú también lo has hecho —exclamo. Él se acerca peligrosamente a mí y sé que debería tomarlo como una advertencia para salir corriendo sin dudar. Pero mis pies se sienten atrapados en el suelo, incapaces de moverse. Su presencia es abrumadora, no puedo moverme ni un centímetro. Ya está allí y me reduce a nada con solo una mirada. Lleva una mano a mi rostro y algunos de sus dedo
A la salida, Sandra y María acordamos ir a comer. No me quiero negar porque no quiero quedar como una arruina planes. Porque habría preferido irme directamente a casa y poder descansar. Sin embargo ahora estoy en un restaurante local, debo admitir que tienen una selección de platillos que me apetecen mucho. Pero debo ser muy rigurosa con lo que elijo para comer y más cuando estoy embarazada. No debo comer demasiado. Solo lo justo. Mientras ella charlan, yo escucho. No sé cómo participar en la plática. —¿De verdad aprovechaste la oferta de fin de semana? Porque yo no tengo idea de cómo es, bueno, tampoco soy muy asidua a las comprar. Bien por ti —le dice Sandra. María sonríe y me mira. —¿Por qué tan callada? Deberías participar también en la conversación. No pasa nada. ¿A ti sí te gusta comprarla o eres como Sandra? Ahora las dos tienen los ojos clavados en mí, a la espera de una respuesta. Sonrío un poco. —No, no soy amante de salir a comprar pero es algo que disfruto cuando lo
Una vez que Camilo se ha ido de la habitación, decido que es hora de revisar las cámaras de seguridad. No sé qué es lo que me voy a encontrar, pero necesito ver esa cinta de seguridad de todas maneras. Hay una urgencia increíble dentro de mí por saber qué está pasando. Si resulta ser que ella espera un hijo mío y sigue sin decírmelo, tendré que tomar medidas. Pero no puedo permitir que me siga mintiendo, necesito saber la verdad y, además, podría ser peligroso para ella estar aquí, haciendo tantas cosas a la vez. Afortunadamente, coloqué micrófonos, solo así podría tener acceso a lo que ella pudo haber dicho.Al parecer, solo se pasó recorriendo el lugar donde está la otra persona y luego la vi hablando por teléfono. Es allí cuando decido prestar un poco más de atención y darme cuenta de que está hablando con alguien cercano.Y sí, entre tantas cosas, menciona ese tema. Me quedo helado al saber que ahora mismo estoy confirmando algo de lo que tenía sospechas. Me llevo las manos a la c
Dos meses después...¿Es completamente normal que no tenga que trabajar como antes? A veces me pregunto si es suerte o si se ha tenido en consideración mi embarazo, algo que aún no he revelado. Pero justo hoy, el día en que voy a renunciar, mi abdomen de cuatro meses de embarazo se está evidenciando un poco más. Así que no tengo otra opción que renunciar. Solo así me voy a proteger, y también a mi bebé. No quiero que se ponga en peligro, ya que tengo que hacer muchas cosas, incluso si ya no es así, pondré mi renuncia.Durante todo el trayecto siento algo de nerviosismo. Porque una vez que renuncie a mi trabajo, he decidido contarle a Zaredsobre mi embarazo. Ahora me siento más segura que hace semanas de decirle, aunque el nerviosismo sigue presente y sigo sintiéndome temerosa ante cualquier respuesta de su parte. Pero ya no puedo posponer algo como esto. En la mochila que cargo conmigo, no solo hay ropa para cambiarme en el trabajo, también la ecografía y mis medicinas que estrictamen
Todavía sigo sintiéndome estupefacta y verdaderamente agradecida con la vida por haber facilitado esta situación. Es por eso que ahora puedo quitarme un gran peso de encima, ya que me sentía realmente asustada. Ahora puedo mirar a Zared a los ojos y sentirme segura a su lado.Zared toma mis manos y me pierdo en el gesto, transmitiendo un poco de cariño con mi expresión. —No tienes que preocuparte por nada, yo te voy a apoyar y estaré contigo en este momento porque eres importante para mí. Es normal que hayas tenido miedo de decírmelo, pero soy consciente de que no eres responsable de esta situación. No solo eso, también voy a tomar partido y estaré presente en todo esto. Es lo que quiero hacer —declara.—Sinceramente, no estaba segura de decírtelo porque había muchas cosas en las que pensé. Sé que eres una persona muy ocupada y, a diferencia de mí, tu importancia es increíble en este mundo en el que los medios de comunicación no tardarían en escribir cualquier cosa sobre ti con tal d
Ese día llegué a casa sintiéndome diferente, con una sensación de paz interior al saber que ya no cargaba con un secreto que había sido una gran carga para mí. Ahora ya no tengo que preocuparme, ya que Zared está al tanto de mi embarazo y me brinda su apoyo. No estoy sola en este proceso y estoy ansiosa porque mi madre llegue y compartirle la buena noticia, sé que también se pondrá muy feliz. Ella había estado preocupada y me había insistido en los últimos días que le contara lo que estaba pasando. Tenía razón, al ser sincera ahora me siento mucho mejor.Puedo finalmente vivir esta experiencia sin preocupaciones y respirar tranquilidad.—¿Anastasia, estás ahí? —me sorprende un toqueteo en la puerta. Me levanto de un salto de la cama, aunque después me arrepiento de mi reacción. Nunca antes había sentido tanta alegría al ver a mi madre y la abrazo con cariño, lo que la deja un poco impactada. Me separo y la miro.—Mamá, hoy finalmente le pude decir a Zared que será papá y no sabes cómo
Me quedo en mi habitación, todavía pensando en las palabras de Zared. Él parece estar realmente interesado en mi embarazo y me pregunto qué podría suceder teniendo su cercanía tan frecuente. Ya no se trata de un encuentro esporádico y repentino, ahora puedo enviarle un mensaje o llamarle cuando quiera, incluso puedo ir personalmente a verlo. Todo es completamente diferente a como era antes y la forma en que la vida nos ha vuelto a juntar también ha cambiado. Ahora le voy a dar un hijo, definitivamente nada es igual.Pero, ¿cómo podríamos llamar a nuestra relación? Quizás podríamos ser amigos, aunque esa palabra no parece describirnos realmente. Supongo que podría llamarlo una relación de dos desconocidos que solo estarán juntos por una razón y nada más, sin cruzar la línea que separa una cosa de la otra. Es increíblemente difícil encontrar una palabra que defina lo que buscamos. Mientras tanto, me volteo boca arriba y sonrío al mirar mi abdomen.De repente, recibo una llamada y ya no e