Maximiliano
Esta es una de las duchas más rápidas que me he dado en la vida, tengo la necesidad de saber si ella sigue fuera, me pongo un jeans, una camisa, saco mi perfume, solo me pongo un poco y ordeno un poco mi cabello para que no se vea tan desordenado.
Al salir me encuentro con la tierna imagen de ella terminando el segundo plato de sopa, el que era para mí, aunque si recuerdo le dije que podía comer ambos. Se ve mejor, sus mejillas ya no tienen ese tono pálido, al parecer la sopa le hizo bien.
Sus ojos recorren todo mi cuerpo, pero no lo hacen como deseo, quiero decir, sus ojos demuestran miedo, ¿será que tengo cara de malo?
–¿Aún no han venido los de la ropa? –digo para romper el hielo.
–No–tiene una voz dulce, pero tímida.
–Se están tardando mucho, ¿tomaste té?, es de limón– decido tomar asiento a su lado para tomar té.
Apenas me siento ella da un pequeño salto en la cama y me mira asustado.
–Señorita tranquila–le sonrió– ¿tengo cara de mafioso? – trato de sonar gracioso.
–Perdón–suena apenada–no lo conozco y que me traiga a este lugar es... algo... sospechoso– su mirada se fija en mis ojos, como si tratara de leerme.
–Comprendo, pero no soy una mala persona, solo la vi en esa piscina y la quise salvar, la traje acá porque soy médico y sabía lo que necesitaba, además en el hospital le harían muchas preguntas.
–Comprendo, muchas gracias por salvarme– se pierde en sus pensamientos.
Noto que aún no ha tomado café y mira los medicamentos con desconfianza, solamente espero que no piense que la quiero drogar ni mucho menos, simplemente quiero ayudarla.
Le sirvo a ella primero y luego me sirvo mi tasa. Tomo la iniciativa de yo beber primero, por si tiene alguna desconfianza. En mi mente ronda esa pregunta, la cual no sé si deba hacerla, pero la veo tan indefensa, desconfiada, no sé qué le habrá pasado para que llegue a ese nivel de desconfianza, espero que solo sean ideas mías y no sea algo tan grabe.
–¿Por qué lo hiciste? –yo y mi bocotá.
–No quiero seguir viviendo, la vida no siempre es de colores para todos, a algunos nos toca ver todo negro.
El tono en que me habla me deja en claro que no está bromeando, ¿Quién bromearía con algo así?, ¿tan mal lo estará pasando?
–No creo que sea tan malo para terminar tu vida.
–A veces cuando piensas que las cosas no pueden ir peor, la vida te sorprende y vaya que lo hace–tiene una sonrisa que para nada refleja felicidad, sus ojos se fijan en la pared, pero a la vez miran a la nada.
–¿Qué tal si hoy hacemos esa vida más colorida? Prometo no preguntar nada que no quieras responder–levanto las manos como tarado, no sé por qué lo hice, solo trato de demostrarle que no cruzo los dedos ni nada.
–¿Qué? –me mira con el ceño fruncido.
–Si, no pienses mal– considero que abro los ojos mucho, al pensar que lo que dije pudo sonar pervertido–digo que tal si salimos, recorremos los lugares, nos divertimos, te demuestro que nos podemos divertir, solo pido que me dejes mostrarte que la vida si puede tener colores.
–Eres muy raro, primero me salvas, me tares a este sitio lujoso que no tengo como pagar y ahora me invitas a ver la vida de colores. Viéndolo así suena todo muy de película, tal vez y sea nuestra película.
–Si tal vez suene mal si lo pones así, pero te juro que no pretendo nada y no, no te preocupes por estas cosas, es un regalo de donde trabajo–mi primera mentira– tengo un monto de dinero que debo ocupar y mi colega no pudo venir, así que no es que yo te esté gastado mucho– otra mentira de la cual no me arrepentiré si ella acepta que le alegre su día.
Ella parece dudarlo–está bien, pero si te pasas te golpeo–me da una mirada amenazante.
–Lo que usted diga señorita... –trato de hacer que me diga su nombre.
–Lo mejor será que sea una desconocida, solo seré tu colega por hoy.
–Está bien, lo que diga mi colega. Al fin parece sonreír de forma genuina, pequeña, pero algo es algo.
Golpean la puerta y me pongo de pie de inmediato, seguramente debe ser la ropa. Claramente, son ellos, al abrir me doy cuenta de ello, me dan una sonrisa apenada, por mi parte trato de darles una sonrisa en señal de que todo está bien.
Me pasan tres bolsas, abro solo un poco las bolsas y me doy cuenta de que es ropa clara, una trae unos botines y la otra trae lencería, espero que no malinterprete esto.
Busco nuestra ropa mojada las cuales había dejado en una bolsa que dejan ellos mismo para estos casos, se la estaba a punto de alcanzar al hombre que trajo esto cuando recuerdo su ropa interior.
–Colega, esto sé ira al lavado, ¿algo más que agregar? Se pone de pie algo avergonzada y agrega sus prendas, las cuales está bien enrolladas entre sí. Le alcanzo la bolsa al hombre que parece que lleva prisa.
–Esto es para ti, tómalo como un regalo, no podías estar con esa ropa mojada, asi que envié a pedir esta.
–No, no puedo aceptar eso, ya bastante...
–No te preocupes, es un detalle de mi parte y tranquila porque no es muy costoso, a mí me dan un descuento extra por ser doctor– tercera mentira, porque esto debe ser muy costoso, seguramente le quedara hermoso.
Franchesca
–Gracias –me da pena recibirle el regalo, pero no puedo evitar emocionarme, nadie me había hecho un regalo en años.
Llega Max, creo que se llama y me da pena preguntarle su nombre de nuevo, llega él y me cuida, me da de comer, me hace este regalo y más aún quiere llevarme a distraerme, en realidad debe ser un ángel, disfrazado de un hombre guapo.
–Si quieres puedes ir al baño a cambiarte o ¿si quieres salgo? Para que estés más cómoda –la forma en que me platica no puede ser menos dulce, pero aun así no confió del todo.
–Iré al baño–camino hacia el baño, me encierro en el y aunque le moleste pongo seguro.
Esto suena tan perfecto, que presiento que en cualquier momento algo ocurrirá, esta situación me aterra. Siento que nunca podre confiar realmente en las personas.
MaximilianoLlevamos una hora en un parque de diversiones, de esa hora solo conseguí que se riera en los últimos diez minutos y tan solo dos veces. No soy de los que se rinden fácilmente y esta no será la ocasión en que lo haga, al contrario, tengo la necesidad de hacerlo, es algo que no puedo explicar con claridad, pero podría hacer el intento, siento que si puedo alegrarle el d
No, no, no por favor, que no sea uno de esos hombres. Me quedo quieta sin hacer un movimiento, mi mente quedo en blanco, no sé qué hacer.MaximilianoNo, lo arruiné. Fui una mala decisión besarla, fue repentino, solo lo hice, si quería hacerlo, pondría como escusa el momento, pero la verdad es que me moría de ganas de hacerlo desde que vi sus labios mientras comíamos. Me separé nada más un poco de ella y me di cuenta de que estaba asustada, lo cual me hace pensar solo en una cosa de la cual he estado pensando desde hace horas...–Lo siento– alejo mis manos de su espalda, no quiero que crea que invado su espacio– lo lamento, no debí hacer eso.–No lo vuelvas a hacer–su voz es fría y tiembla–Como tú digas, yo no quería hacerte sentir mal– aparto mi mirada apenada de ella.Todo se vuelve un comp
MaxEstar con ella ha sido lo mejor que me ha pasado, es hermosa y no dude en decírselo. Solo esperaba que mi inexperiencia no me delatara.Su piel es suave y desprende un olor dulce, un olor que no te permite apartarte, un detalle fue la luz, no podía ver su cuerpo, pero si lo pude sentir y creo que eso fue mucho mejor.En estos momentos la tengo descansando sobre mi pecho, yo estoy agotado, con una de mis manos en su espalda decidí cerrar los ojos para que podamos descansar.A la mañana siguienteAl abrir los ojos, la busqué de inmediato, recorrí toda la habitación con mis ojos, nada, mi última esperanza era el baño, me puse de pie rápidamente, pero de nada sirvió, ella no se encontraba en ningún lugar. En el baño estaban las prendas que le compre, lo único que faltaba era su ropa interior, cuando volví al cuarto note que en mi mu
Una semana después MaxEn todos estos días no la he encontrado, me preocupa que ella pudiera cometer otro atentado contra su vida.Por lo que pude observar ella es una mujer que ha sufrido mucho, tiene desconfianza de los demás y por lo visto también sobre su apariencia, ella es hermosa, pero parece no notarlo.A esa mujer no me la puedo sacar de la cabeza, desde que volví hace un par de días de Las Vegas no he dejado de pensar en ella, siento la necesidad de volverla a encontrar, espero volverlo a hacer.Contrate a algunas personas para buscarla, pero no sé si sea lo correcto, quizás ella se lo puede tomar mal, es que en realidad nadie se tomaría a bien que la estén buscando diez hombres, definitivamente tengo que cancelar esa estúpida orden.Mando un mensaje a mis investigadores que en realidad no han conseguido ni una informaci&oac
Max. Es ella, por un momento me quedo observando asombrado, es mi desconocida, coro a socorrerla, se desmayó, la tomo en brazos y voy afuera, directo a mi deportivo. La dejo en el asiento de copiloto, pongo el cinturón y rápidamente me subo a mi asiento. La llevo al lugar que yo trabajo, lo primero que hago es dejarla es llevarla a urgencias. –¿Doctor Max que paso? –una de las enfermeras me pregunta.–Atiéndala por favor–digo afligido.Rápidamente, ella le toma el pulso, hace el proceso de rutina, le pido que le tome una muestra de sangre, quizás puede tener anemia o algo por el estilo, debido a las condiciones de hace algunos meses. Aún no lo puedo asimilar por completo, la tengo a mi lado, está vestida con un traje de chef, en el cual sobre su corazón dice Franchesca.Finalmente, sé su nombre, Franchesca, no me atrevo a tocar
Max Ella quedó sin palabras, los impulsos me ganaron y luego de esa vergonzosa platica con mi madre tenía que demostrarle que mis palabras eran sinceras.La besé, pude volver a tocar sus labios, habían pasado meses sin lograr tocarlos, el volver a estar en contacto con ellos es algo inigualable.–Gracias–digo separándome levemente de ella, no quiero atosigarla.–¿Gra...? –tartamudea– ¿gracias por qué?–Por recordarme lo lindo que es besarte.Sus labios elevan una ligera sonrisa y sus mejillas se sonrojan un poco más, pero sus ojos destellan nerviosismo o miedo... espero no sea esto último.Ella aumenta nuestra distancia.–Max no quiero que... –desvía la mirada de mí– creas que tienes el derecho a querer besarme cuando tú quieras.–No considero que tenga ese derecho, perd&o
–Ahora la enviaré con un especialista, es uno de los mejores del hospital, él le va a hacer su primera ecografía–me extiende el papel.–G... –no puedo platicar con claridad– gracias doctor– no sé qué decir en realidad. –Recuerde que debe cuidarse mucho, como usted dijo un colega le comento que era muy poco probable que tenga otro hijo, así que disfrute de esta nueva oportunidad.Yo solo asiento con la cabeza, es la verdad, es una oportunidad única. –La enfermera le indicará donde queda el departamento de ginecología.Al salir una de las enfermeras me da las indicaciones y me dice que me atenderán de inmediato. Llego al lugar indicado, una de las recepcionistas me recibe con amabilidad y luego de darles mis datos me dirige a una habitación, bastante más amplia que la anterior, no hay nadie, me dieron que pase a esperar porque e
El sonido del corazón de un bebé es especial, no pude evitar emocionarme y verlo a él emocionado fue especial, ese momento fue hermoso. Y ahora lo tengo a mi lado, bueno este es su auto, por lo tanto, yo soy la que está a su lado. Parece estar tan atento a cada movimiento que hago, por lo visto se tomó bastante bien que estoy embarazada de élNos estacionamos en la calle frente a una farmacia.–Voy y vuelvo.Luego de unos minutos vuelve con una bolsa, llega a su puerta y me extiende la bolsa.–Te compré unas vitaminas que te hacen falta, ácido fólico, también por si te dan náuseas.–Gracias.–¿Te apetece comer algo en especial?, ¿algún antojo?Ahora que lo menciona se me está antojando papas fritas, pero es muy temprano para eso–Solo dime, al parecer te lo dije y se te vino algo a la cabeza. &ndash