Capítulo 305
No podía controlar su ira. A los doce años, fue testigo del gran incendio. De niño, no pudo salvar a su padre y solo pudo ver cómo todo se convertía en cenizas ante sus ojos.

Desde entonces, sufrió una profunda falta de seguridad; cada noche se iba a la cama con pesadillas y a menudo se despertaba en medio de la noche. Cada vez que cerraba los ojos, lo que aparecía era el fuego devorador.

—¡Crack! —Con un grito desgarrador, la muñeca de Víctor fue brutalmente quebrada por Leandro.

En ese momento, Leandro realmente deseaba acabar con Víctor de una vez por todas.

El comisionado Vicente se apresuró a intervenir y detuvo a Leandro. —Señor, dado que ha elegido el camino legal, confíe en mí, lo llevaremos ante la justicia. Estoy seguro de que esto es lo que su padre en el más allá querría ver.

Las venas de Leandro se marcaban en su frente, conteniéndose con dificultad. El dolor en su pecho aumentaba; la rabia hacía que su herida volviera a sangrar, y su rostro se tornaba aún más pálido.

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