Capítulo 0129
—Lo siento, no, no sabía... —balbuceó, pero luego, cambiando de pensamiento, se puso firme—. Este es mi cuarto, te has equivocado de habitación.

Leandro la miró con desdén y le sujetó el pie pequeño.

—Cada una de estas habitaciones es mía —dijo, como si fuera lo más natural del mundo.

Luna se quedó sin palabras.

Quería retirar su pie, pero él lo sostenía con fuerza.

—Me sedujiste y ahora quieres retractarte. ¿Crees que es posible?

—No lo hice, tú estabas dormido. No me atreví a despertarte y, además, me tenías atrapada, no podía ir a dormir a ningún otro lado —Luna respondió de inmediato.

—¿Yo te tenía atrapada? ¿Quién fue el que, asustado por el trueno, se enredó a mí como un pulpo? —Leandro repitió, elevando el tono al final.

—Yo... yo, no tenía miedo a los truenos... —murmuró Luna, avergonzada.

Se le trabó la lengua, porque en realidad sí tenía miedo de los truenos, algo que muy pocos sabían. Ni siquiera su padre lo sabía. Durante los tres años de su matrimonio, cada vez que tronaba
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