Capítulo 0084
Yael, aún temblando, se dio cuenta de que había visto algo que no debía. Pensó que estaba acabado. No sabía cómo reaccionaría el señor Muñoz al respecto.

Al ser descubierto por Yael, Luna saltó rápidamente de las piernas de Leandro, alejándose de él. Con la cabeza baja, su largo cabello negro caía sobre su pecho. A medida que su respiración se aceleraba, el vaivén de su pecho era sumamente seductor.

Leandro se levantó y se acercó a ella, levantando su mentón con un dedo alargado.

Era hermosa, con un perfil delicado; sus largas y rizadas pestañas temblaban, como si fuera una diosa salida de un cuadro. Bajo sus cejas arqueadas, sus ojos brillaban, y sus labios, de un rojo intenso, realzaban su belleza. Había en ella una mezcla de pureza y seducción; aunque había tenido un hijo, seguía pareciendo una joven inexperta, pero poseía un atractivo indiscutible.

Mientras la miraba, sintió que su garganta se apretaba. La mano que había estado jugando con su cabello comenzó a deslizarse lentamente
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo