Capítulo308
—Abuelo, ¿cómo se siente en estos últimos días? Si no tete encuentras, asegúrate de decírmelo a tiempo.

Alejandro se arrodilló junto a la silla de ruedas de Fernando. Levantó la cabeza y encontró la mirada de su abuelo, mostrando los ojos claros y transparentes.—¿Por qué no vienes conmigo a Villa del Mar? Alba y yo también podemos cuidar de ti.

—¿Por qué regresaría a ese lugar? Para ver la cara de tu padre y la maldita nuera, si antes podía vivir hasta los cien años, ahora solo podría llegar a noventa.

Al pensar en Ema, a Fernando se le revolvió el estómago. —Hice un juramento, Alejandro. No regresaré mientras Enrique no se divorcie. Estar aquí es suficiente para mí. El secreto de la longevidad es evitar tener contacto con las cosas que te provocan molestia.

Alejandro sonrió irónicamente, sin saber qué hacer con su obstinado abuelo.

—Esta mansión solía ser el nido de amor del señor y la señora. El señor está dispuesto a quedarse aquí porque siente la presencia de la señora en cada rinc
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