Capítulo307
Dicho esto, Alejandro con una mirada fría y serena puestas perfectamente en su apuesto rostro, se marchó del comedor.

Ema observó la figura imponente y gélida del hombre, sintiendo un escalofrío recorrer su corazón.

Justo en ese momento, Enrique retiró su mano de la de ella con un gesto severo y se levantó con determinación.

—Alejandro tiene razón. La familia Sánchez es responsable de su propio destino. La familia Hernández la ha ayudado repetidamente, pero su conducta nos lleva a una gran calamidad. Ayudarles ahora sería como apoyar la maldad, —declaró Enrique, su voz llena de enojo.

—Eso es correcto, mamá. ¿Por qué te preocupas por ella? Deja que Beatriz, esa mujer despreciable, se las arregle sola, —Leona murmuró mientras masticaba un trozo de carne.

—¡Solo piensas en comer! ¡No sabes nada! —Ema estaba tan enfadada que no se preocupó por mantener su compostura de dama adinerada, agarró un pedazo de pan y se lo lanzó a Leona.

Había subestimado al muchacho, su corazón era mucho más d
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