Capítulo1637
La distinción de el Jefe aún se mantenía vaga en la mente de Diego, cubierta de polvo y neblina.

No importaba cuántos recuerdos evocara, esos asuntos ya no tenían nada que ver con él.

—Doctor Muñoz, soy yo. Diego.

—¡El Jefe! ¡Realmente no puedo creer que en esta vida aún pueda esperar el día en que me contactes! ¿Cómo has estado todos estos años?

—Estoy bien.

Diego hizo una pausa, su voz profunda—¿Estás disponible ahora? Hay un asunto urgente, necesito tu ayuda.

—¡El Jefe, qué estás diciendo! Estoy siempre dispuesto a servirte, si tienes algún problema, solo dime y te ayudaré en lo que pueda.

En menos de media hora, un hombre con una gran caja de medicamentos llegó a la casa de Diego.

Este hombre, conocido como Doctor Muñoz, se llamaba Ezequiel Muñoz.

A diferencia de un médico común, era un médico clandestino.

Cuando Diego todavía era el Jefe muchos de sus hermanos no podían ir a hospitales regulares para recibir tratamiento, por lo que tenían que ir a clínicas clandestinas.

Fue entonc
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