Capítulo1639
En la oscuridad, el cuello y las orejas de Diego se enrojecieron completamente.

Su respiración se volvió más pesada, lentamente levantó la mano, la cálida palma cayó sobre su vientre, acariciando su piel suave que parecía más propia de una mujer que de un hombre.

—Así que, ¿todavía crees que es un sueño?

Teófilo temblaba como si lo hubieran electrocutado, finalmente, se inclinó emocionado y agarró su rostro, besándolo ferozmente.

Ambos se sumergieron en un apasionado beso, expresando su amor mutuo.

—Diego, déjame estar contigo, por favor. No quiero nada más, solo déjame estar contigo, aunque nunca podamos ser públicos, aunque nunca podamos salir a la luz del día.

Los ojos oscuros de Diego brillaban con una suave luz estrellada, rebosantes de amor.

Ya no podía ocultarlo, ya no podía contenerlo.

Sabía lo que estaba haciendo, en este momento, estaba más consciente que nunca.

—A partir de ahora, soy tuyo. Tienes que protegerme.

Teófilo, con lágrimas en los ojos, se recostó en su pecho desn
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