Capítulo1355
—Por fin te acuerdas de que estoy sentado a tu lado.

Teófilo murmuró, girando la cabeza para admirar el perfil apuesto de Diego. —Me has dejado aquí al lado durante más de media hora. Ya he decidido, aguanto un minuto más, y si no me prestas atención, dejaré de prestártela también.

Diego, seducido por el temperamento infantil de Teófilo, sintió un ligero estremecimiento en su corazón, pero preguntó con indiferencia: —¿Sueles tomar el té de la tarde con las señoras?

—Sí.

—Siendo tan joven, ¿no te aburres mezclándote con mujeres todos los días?

Diego le lanzó una mirada de significado indescifrable. —Eres bastante libre en los Estados Unidos. Si vuelves, no tienes que sufrir.

—Si libero mi verdadera naturaleza, ¿puedes soportarlo? — Teófilo, perezoso y encantador, se acercó a él, y su mirada coqueta hacía difícil resistir.

Aunque la voz del hombre sonaba un poco ronca, respondió fríamente: —Eso es asunto tuyo, no tiene nada que ver conmigo.

—Diego, tu tan ocupado todo el día con mil tare
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