Capítulo1138
Frente a sus ojos, Ema estaba siendo golpeada, pero nadie se atrevía a acercarse a detenerlo, ni siquiera la familia Rodríguez, que había anteriormente hablado por ella.

¿Por qué? Por supuesto, nadie se atrevía a pisar el piso que tocaba Julio.

Noa estaba asustada, además, estaba siendo abrazada firmemente por Rodrigo, sin poder moverse en absoluto. Mientras tanto, Leona, al ver a su madre siendo golpeada varias veces; ni siquiera se atrevía a respirar y se acobardaba como una tortuga.

Aprovecharse de los débiles y temiendo a los fuertes, aprovecharse de la influencia de los demás, madre e hija realmente se parecían.

—Señora Hernández, lo siento, pero esto es lo que se merece. Espero que en el futuro tengas más memoria y te expreses con muchísima más cautela, —dijo Rubén sin emociones, retrocediendo hacia Julio.

—¡Tú... tú...! —Ema quería definitivamente explotar, pero al ver que estaba sola, decidió usar la táctica de la lástima nuevamente. Con la cara hinchada por los fuertes golpes
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