Capítulo 231
Peñaflorida estaba compuesta de grandes e interminables cadenas montañosas y, algunos de sus pequeños pueblos eran realmente remotos y muy difíciles de encontrar.

Cuando Daniela escuchó esto, no pudo quedarse quieta: —¡Vamos de inmediato!

Después de revisar la ubicación del pueblo, decidió alquilar un coche y conducir directamente hasta allí.

Eustaquio, algo preocupado por que fuera sola, pidió permiso en la comisaría y decidió acompañarla personalmente.

Daniela, mientras subían y bajaban montañas, se esforzaba grandemente por mantenerse tranquila.

Desde que Renata fue hospitalizada, la tarea de buscar a su hermano recayó por completo en Daniela.

Había pasado por varias experiencias similares de reunificación.

Llamarlas reunificaciones era muy exagerado, en realidad solo consistía en observar a distancia.

No importaba si podía reconocer a la persona, siempre hacía el respectivo viaje.

El cielo comenzó a tronar, y cuanto más se adentraban en las montañas, más oscuro se volvía.

Eustaquio
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