—¿La última vez no te satisfizo lo suficiente? Pareces bastante inocente por fuera, pero nunca imaginé que tu deseo interior fuera tan fuerte. Jazmín, realmente subestimé tu lado oscuro.

Armando no tenía la intención de perdonarme. Lo que dijo a continuación me enfureció. Sus palabras eran una clara ofensa hacia mí. Aunque esta vez tenía mis propios planes al venir, en el fondo soy una mujer bastante conservadora. No puedo aceptar ser insultada por un hombre que insinúa que soy demasiado sexualmente activa.

Mi sonrisa desapareció al instante de mi rostro y lo miré fríamente.

—Lo siento, me equivoqué de persona.

Después de decir esto, intenté irme de inmediato, pero sentí un tirón en mi muñeca y al siguiente momento, Armando me estaba arrastrando de vuelta hacia él.

Me abrazó con fuerza, acercando su rostro al mío con una sonrisa maliciosa.

—Si estás tan desesperada, puedo complacerte, a regañadientes.

Aunque parecía estar de acuerdo en tener relaciones conmigo, sus palabras me hicier