Capítulo163
La fría voz de Armando resonó, y pude sentir claramente la frialdad en su tono.

—Sí...— respondí, bajando la cabeza, sin atreverme a mirar sus ojos.

—¡Sube al auto!

Con el ceño fruncido, su mirada ya mostraba una chispa de enojo. Este hombre lo decía con tal determinación que si seguía siendo terca y no subía al coche, probablemente se enfadaría aún más. Así que, sin rechistar, me subí a su auto.

Nunca antes lo había visto manejar este coche. Una vez dentro, me sorprendió el espacio y la comodidad del vehículo. No pude evitar suspirar en silencio; este hombre tenía mucho dinero. En los pocos meses que llevaba conociéndolo, ya lo había visto conducir varios coches diferentes.

A veces, realmente no entiendo la mentalidad de los ricos. Para ellos, los autos son solo un medio de transporte, pero, ¿por qué necesitan tantos si solo pueden conducir uno a la vez?

Sentada en el coche, ni Armando ni yo decíamos nada, creando una atmósfera tensa. Miraba por la ventana, dudando si debería iniciar
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