Capítulo 8

—Así que él fue —empuño ambas manos—, ahora si me va a conocer y se enterara qué con mi familia no se mete—hablo entre dientes—. Ustedes tranquilas porque ni siquiera le daré el gusto al infeliz, por lo pronto Liz no saldrá y se mantendrá vigilada las veinticuatro siete—murmuro—. Por el momento ustedes deberían ir a descansar, y les agradezco de todo corazón.

Aspiro profundamente y trato de mantener el control porque sinceramente no quiero desquitarme con este par de mujeres que lo único que hacen es cuidar de su amiga. 

—Sí, Dylan, nos retiramos, pero vendremos mañana —sonríe débilmente—. Ah, una última cosa, mañana trabajaré en el turno de la mañana y si veo algo de lo an

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