Capítulo XV

Iván cerró la oficina con llave, apagó las luces y se metió en ese mini apartamento que Olano le comentó tenía en la parte posterior para cuando no quería llegar a casa o era demasiado tarde para marcharse a una casa vacía o con Coral acosándola porque quien sabe que estaba haciendo. Una irónica frase sobre la infidelidad, cuando Misael era el que pasaba de cama en cama.

Garrido detalló el lugar que resultó ser acogedor, una habitación diseñada dentro de un espacio de treinta metros cuadrados más o menos, poseía una biblioteca pequeña, un microondas —como era de esperar porque Rosario no cocinaba sino venenos, en el buen sentido de la palabra—, una nevera bien dotada de comida para calentar y bebidas energizantes. Revisó los estantes para encontrar café, calent&oa

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