Aya tarda unos segundos en responder un simple "tranquilo", estoy un poco decepcionado por esta respuesta. Michelle y yo nos dirigimos al centro de la sala, donde las parejas bailan en mayor número. Nos detenemos en un lugar donde puedo ver a Aya, la música es un clásico, Michelle es una gran bailarina, desgraciadamente yo no, y le piso el pie tres veces, pero seguimos con el baile.
- ¿Es la misma Aya de hace siete años?
- Sí.
- Es muy bonita, tiene buen gusto.
- Realmente, por fuera es muy hermosa. Hoy es mi secretaria - informo.
- ¿Sigues enamorado de ella?
- La pasión no es precisamente lo que me mueve estos días.
- No puedes quitarle los ojos de encima.
Prefiero no responder a esa afirmación, nunca estuvimos cerca, pero le agradezco mucho que me haya ayudado sin querer nada a cambio por tercera vez.
La fiesta está a punto de terminar. Miro u
[Vista de Iuri Stevens]Detengo el beso y admiro su rostro sonrojado, su respiración es irregular y eso la hace aún más bella, me mira fijamente con lujuria, vuelvo a tomar sus labios en un profundo beso, nuestras lenguas bailan una sobre la otra y eso hace temblar todo mi cuerpo. Responde con avidez a cada estímulo, frotando su cuerpo cada vez más contra el mío, incitándome a devorarla aún más rápido.Lentamente detengo el beso, termino mordisqueando su labio inferior, en respuesta ella me sonríe, nuestras respiraciones se mezclan, todo mi cuerpo está caliente como el infierno. Necesito tocar su piel. Como si leyera mis pensamientos, levanta los brazos, me coloco de rodillas entre sus piernas y sin dudarlo agarro el dobladillo de su vestido de gala, que para facilitar mi lado solo cubre de la cintura para arriba, se lo quito por completo y para mi sorpresa no lleva sujeta
- Lo que quieras - sigo acariciando su espalda, ¿es ahora cuando va a decir que tengo que casarme con ella?- Desde el día en que te fuiste y me dejaste con tus padres, esperaba tu regreso. Tu madre no me decía a dónde ibas ni cuándo ibas a volver, sólo decía que un día volverías. Aunque esperaba que volvieras, al mismo tiempo temía tu regreso", empieza a rodear mi abdomen, "temía que te negaras a hablarme de nuevo, o que me dieras una patada sin siquiera darme la oportunidad de decir algo".- Yo nunca haría eso", me defiendo.- Ahora lo sé, gracias por ser siempre tan amable - me besa el pecho, algo en mí se calienta - Unos años después de que te fueras, me perdí en mi interior, entré en una universidad y me encontré de nuevo con mi madre, aún guarda mucha rabia hacia mí, cuando me vio, tiró mis libros al suel
[Vista de Iuri Stevens]Nunca he dormido tan bien como esta noche, realmente es cierto cuando dicen que la calidad del sueño mejora cuando duermes junto a la persona que quieres. Me he despertado con Aya acurrucada contra mí, mi brazo hasta ahora está un poco entumecido. Pero cuando recuerdo su pelo esparcido por la almohada, su respiración tranquila, su rostro tan sereno en un sueño profundo, siento que vale la pena quedarse acurrucado con ella toda la noche.Me levanto sin hacer ningún movimiento brusco, no quiero despertarla, la dejo en la cama y me dirijo a la cocina, mi chica necesita un café bien reforzado, seguro que aún debe estar dolorida por lo de ayer, este será nuestro primer café de muchos juntos. Puse en la bandeja manzanas y plátano, dos vasos de zumo de uva -mi favorito- , dos trozos de tarta de fresa y para terminar unos caramelos.Miro con org
- Me alegro de volver a verte, he oído que te has convertido en una de las mejores abogadas de la región, mi enhorabuena.- Gracias - Cris agradece sonriendo, pero luego se dirige a mí - Aya, ¿podemos hablar a solas un momento?- Por supuesto - me dirijo a Iuri - Siéntase como en casa... um, Iuri - casi le llamo amor, cálmate Aya, aún no sabes si eres tan íntima.Con pasos cortos y rápidos salgo de la habitación y me dirijo directamente a mi cuarto, mi hermana viene justo detrás de mí y nada más entrar cierra la puerta, nunca la había visto tan seria como ahora. Estoy en problemas, mi hermana siempre está alegre, cuando está así es señal de cosas malas.- Mira, lo siento, no sabía que te ibas a quedar aquí esperándome, yo... yo... -intento adelantarme, pero no encuentro las palabras adecuadas para salir de la l
[Visión de Cristine Millenis]No puedo estar más feliz por mi hermana, durante todos estos siete años que han pasado, he seguido de cerca cada lágrima que ha derramado, y todo el esfuerzo que ha hecho para no volver a caer en la depresión.No sé a dónde fueron los tortolitos, pero por su alegría supuse que no volvería a tiempo para hacer las compras, así que me adelanté, y ahora estoy aquí, frente a la quinta tienda para comprar los vestidos que tienen que ver con la cara de mi hermanita, menos mal que conozco las medidas de Aya.Aunque nos acercamos más después de lo que le hicieron nuestros padres, los únicos programas que hicimos juntos fueron visitar el orfanato y tomar chocolate caliente en sus noches de llanto. Me gustan mucho esos chicos, más aún porque fueron una de las razones por las que mi hermana se mantuvo firme.<
[Vista de Iuri Stevens]Me despierto antes que Aya, un mal presentimiento me oprime el pecho, pero intento apartarlo de mis pensamientos. Me quedo mirando su rostro suave y sus delicadas facciones, su pelo negro desparramado sobre la almohada de forma desordenada, una de sus piernas sobre mi cintura y su mano apoyada en mi pecho desnudo. Imposible no sonreír, por fin tengo en mis brazos a la mujer que nunca salió de mi mente. Estoy destinado a amarla, y no permitiré que nada nos separe, si me lo pide por el mundo, encontraré la manera de hacerlo.Se mueve, abre los ojos lentamente y luego brillan de risa.- ¡Buenos días! - su voz suena ronca.- Buenos días, diablillo.- ¿Me estabas viendo dormir? - Digo sonriendo, y ella se mueve de nuevo y apoya su cabeza en mi brazo.- Eres muy sexy, eso seguro", digo y froto mi chico en su muslo, para que sienta cómo me deja.
La hago ponerse de pie y la pongo boca abajo sobre la mesa. Le sujeto las manos a la espalda, sus caderas están dobladas hacia mí y mi miembro palpita dentro de sus pantalones, ansioso por ser liberado. Le bajo las bragas que lleva, doblo las rodillas y empiezo a lamer su raja, no tardo en escuchar sus gemidos, cuando veo que está lo suficientemente mojada retiro mi miembro y se lo meto sin un ápice de delicadeza.- ¡Sí, Iurii! - grita mi nombre.- Sí, grita el nombre de tu hombre - le ordeno y me obedece.Utilizo mi mano libre y sujeto su cintura con firmeza, aumentando el ritmo de mis movimientos, el sonido de mi ingle golpeando su gran culo resuena en toda la cocina. Cuando siento que sus paredes me aprietan con fuerza, me salgo de ella.- ¡Oye, termina lo que has empezado! ¡No puedes dejarme así! - se queja aún tumbada en la mesa, pero yo aparto a mi chico y me alejo.- A
***En el Hotel Galanis...Después de aterrizar, un coche ya nos estaba esperando, durante el trayecto hasta el hotel Iuri me iba diciendo el nombre de las calles, los edificios más famosos y los lugares emblemáticos. Incluso las calles de aquí son lujosas. En treinta minutos llegamos por fin a nuestro destino.- ¡Iuri! - El Sr. Hades Galanis está de pie frente al hotel, vestido con un traje negro.- Hades, cuánto tiempo sin verte - Iuri le da la mano.- ¿Cómo fue el viaje? - pregunta el Sr. Hades, sonriendo.- Pacífica - responde Iuri - Esta es Aya Millenis, mi secretaria y novia.- Encantado - Hades me estrecha la mano, sonrío con simpatía - Coge sus maletas - ordena y dos empleados recogen nuestras maletas, llevándolas al interior del hotel.Miro hacia arriba, puedo adivinar que tiene no menos de veinte pisos, es muy grande, todas