"Resulta que la esposa de Stevan es muy astuta", murmuró Lily mientras pateaba la maleta que había preparado.

Mario canceló sus promesas una y otra vez, y esta vez por el mismo motivo: su esposa. Aunque Lily tenía muchas ganas de que llegara ese día, el día en que conocería a Stevan, su amante.

Incluso imaginó que caminarían del brazo por el área de Ginza y comprarían artículos de lujo como lo hacían habitualmente cuando se iban de vacaciones. Lily incluso había hecho una lista de las cosas que quería comprar, pero todo se arruinó cuando Stevan le envió un mensaje diciéndole que estas vacaciones debían posponerse porque su esposa insistía en ir a un "viaje de negocios" esta vez.

Lilly realmente extrañaba a Stevan, desde que regresaron de Singapur nunca se habían vuelto a ver. Ni siquiera por la noche Stevan volvió a llamarlo. Su amante solo le envió algunos mensajes para actualizarla sobre su situación y preguntarle cómo estaba Lily, eso fue todo y Lily no se cansaba de eso.

Extrañaba