Narra David De MaríaMe sentía de la fregada, después de varios días, sin saber de Alondra y sin verla. Mi madre y mi abuela e incluso Fina Morgan, hablaron conmigo y me pidieron que reconsiderara lo de Alondra, que viera mejor las cosas, para que pudiéramos arreglar lo nuestro, lo cierto era que, yo había conocido otra faceta de Alondra y era una que no me había agradado para nada, pues no sé, ni como fue capaz de burlarse de la muerte de Lola, porque feliz si estaba y entonces, estando a solas en casa de mi madre, pues ella se había ido a ver a Alondra, decidí llamar a mi colega a Sabadelle, quién respondió mi llamada, al momento.–Colega, que milagro que te acuerdas de mí – Dijo eso al responderme – Espero que me estés llamando, para decirme que vienen Alondra y tú a Madrid.Era lo que hubiera preferido que estuviéramos allá, desde antes de lo que había sucedido con Lola, nos hubiera agarrado en Madrid, a lo que pasó estando acá, era algo que no me cabía en la cabeza, ese comportam
Narra David De María–David, es que eso que me preguntas, es imposible. No puedes sacar de tu corazón tanto amor, eso no se puede hijo – Declaró mi madre – Alondra, es una chica, que te ama y yo, sólo puedo aconsejarte, que pienses bien las cosas y que te tomes el tiempo necesario, para tomar una decisión.Ya no quería pensar más, esto había sobrepasado todos los límites razonables, y por más vueltas que le diera a la cabeza, regresaba al mismo punto, ya no había marcha atrás, aunque me doliera en el alma y en el corazón, la decisión estaba tomada. –Es que eso es lo peor madre, que mi decisión, es casi segura – Seguí con mi llanto inconsolable – La amo, pero no me gusta lo que vi, lo que conocí y lo que descubrí de ella. La idealicé demasiado y no me di cuenta, por no conocer bien, hasta dónde, puede ser tan mala.Se le había caído la venda, y se mostraba tal como era, una persona sin sentimientos, llena de maldad, pero como la amaba tanto, no pensé ni por un minuto, que fuera a ser
Narra Alondra FerreyraMe sentía con un inmenso dolor dentro de mí ser, no podía creer, que hoy vería a David, después de varios días de no habernos visto y tampoco tenido contacto. Salí con las pocas fuerzas que me quedaban, a comer con Axel, pues a David, yo lo iba a ver, hasta por la tarde en el piso. Esperaba que Axel, me saliera con uno de sus sabios consejos, que yo necesitaba demasiado, algo me decía, que hoy sería mi última oportunidad, de recuperar a mi David. Llegué al despacho de mi papá y de ahí, nos fuimos Axel y yo a un restaurante, que nos gustaba mucho a los dos.–Alondra, espero que ya estés lista, para hoy en la noche, ir a celebrar la nochebuena – Me dijo Axel – Yo, me iré de parranda con tu hermana con Anastasia, por si te nos quieres unir. Iremos a casa de otro colega.Él sabía que a mí no me gustaban estas fechas, yo lo único que quería celebrar, era mi reconciliación con mi güero, si era que se daba, y nos amaríamos todos estos días, para recuperar el tiempo que
Narra Alondra FerreyraPara que vivir, si él ya no iba a estar a mi lado, ya no lo iba a poder tocar, sentir, besar, sería como estar muerta en vida.–No quiero perderlo, tú me conoces desde hace mucho Axel y sabes que él, ha sido el único hombre, al que he podido amar. No sé, lo que será de mí, si él se va y no quiero que lo haga.Me dolía el corazón de solo pensarlo, sería lo peor que me pudiera pasar en la vida, era la primera vez, que yo amaba a alguien, así como amo a David, a la primera persona que le había entregado mi corazón, y no lo podía dejar de amar, si él me dejaba, no iba a querer vivir.–No llores, cariño – Axel, me envolvió en sus brazos – Te quiero mucho y tienes que tratar de ser más positiva, tú no sabes, si esta noche ustedes se vayan a reconciliar y todo lo estás viendo negro. Mejor, te llevo al piso, te pones preciosa y vas con una amiga mía de un salón de belleza, para que te peine preciosa, te aseguro que David, va a pensársela dos veces, antes de dejarte ir.
Narra David De MaríaAlondra se veía más bella y hermosa, de lo que nunca, la había visto en todo el tiempo que llevábamos juntos, era cómo si de pronto ella, llegó a pensar, que me iba a hacer olvidar todo y me iba a volver loco por ella, viéndola así, como se veía de hermosa, no lo podía negar, tuve ganas de olvidar todo lo que quería decirle, estuve a punto de dejar todo atrás y de lanzarme bestialmente sobre ella, arrancarle ese vestido y poseerla con lujuria, pero pudo más mi razón. Yo no estaba ahí, para que hiciéramos nada, yo estaba en el piso, para decirle adiós.–Alondra – Pude al fin, pronunciar su nombre – He traído esta caja, con cosas tuyas, que has dejado en casa de mi madre, sé que ella y tú, siempre tendrán un vínculo, pero quise traerlas, por si las ocupabas.–David, mi amor, no sabes lo mucho que te extrañé – Ella rompió en llanto – Te amo, te necesito y quiero que arreglemos las cosas, por eso me he vestido y arreglado mucho para ti, para que me sigas amando y para
Narra David De María–Alondra, no quiero que nos lastimemos más, siento que me estoy muriendo y eso que me pides, nos va a terminar de matar a ambos – Le hice ver – Es mejor despedirnos así.– ¿Tan poco valí para ti? Que no quieres regalarme, una última vez, para despedirnos de una hermosa historia, que hoy acaba aquí. No tuve nada que decir, simplemente empecé a besarla, como nunca lo había hecho, porque, cuando chocaron nuestros labios, estalló la pasión que siempre nos había caracterizado, la abracé, porque sabía, que ya no iba a tener ese privilegio, la separé de mí y le fui quitando el hermoso vestido que traía puesto, mis manos están, calientes, ardiendo por solo tocarla.Los recuerdos de todas nuestras noches de amor, se fueron agolpando en mi pecho, amaba a Alondra, parece que no ha pasado el tiempo, desde la última vez que nos amamos, siento un dolor, que me toma desde lo más profundo de mi pecho, la recuesto en el sillón, y lleno todo su cuerpo de besos, no dejo ni un solo
Narra Alondra FerreyraSentía que moría en vida en ese momento, cuando David salió del departamento. Nunca me había sentido peor, en todo lo que tenía de vida. Sentía mucho dolor y, además, no sabía de ese momento en adelante ¿Qué iba a ser de mí y de mi vida? No tenía casa, no tenía a dónde irme y mis amigos, aunque eran incondicionales míos, me iban a recibir, si acaso unos días y eso, iba a ser lo más que podían hacer por mí, pues todos vivían con sus padres, por si fuera poco, esa noche, era nochebuena y no podía llegar a pedir ser recibida, en la casa de nadie. Recorrí el departamento, por última vez, para guardar cada detalle de él e inmortalizarlo en mi mente y en mi corazón. Tenía que guardar, todo en mi memoria de ese hermoso lugar, dónde había sido la mujer más feliz del mundo y ahora era la más triste, tomé mis cosas, las que yo compré con mi dinero y las apilé en la caja que David me dio, con las cosas de casa de Carmen, sin dejar de llorar ni por un momento, cuando recib
Narra David De MaríaSalí llorando destrozado del edificio, había dejado ir a la única mujer, a la que había amado de verdad, pues Alondra es el amor de mi vida y sin ella, me iba a costar hacer de mis días, algo especial. Era la luz de sus hermosos ojos cafés, la que iluminó mi camino, mis días y mi vida, por casi dos años y ahora, ya no lo sería más. Mis pasos eran lentos y mi auto, se veía tan lejano, por el pesar y el dolor, que llevaba a cuestas. Conduje a casa de mi madre y de milagro, no tuve un accidente, no veía nada en la calle, solo, las escenas de nosotros dos juntos, besándonos, consintiéndonos y amándonos, se agolpaban en mi mente. Escuchaba el eco de mi llanto en el auto y apenas llegué a casa, me quedé desconsolado abrazando el volante, hasta que alguien abrió la puerta, era mi madre.–David, hijo ¿Pero qué ha pasado? – Preguntó ella muy preocupada - ¿Qué tienes?, ¿Dónde está Alondra?Abrí los ojos y miré a mi madre como un alma en pena, porque así era que me sentía,