Capítulo 122. Visita obligada, parte 2Narra David De María Ramírez–David, toma asiento por favor. Me presento, soy Ana Hernández y soy psicóloga y también doctora en psicoanálisis, quiero que me cuentes lo que tú quieras en esta primera sesión en la que quiero comenzar por conocerte un poco.Para hablarle de mis cosas no iba a necesitar acostarme en su dichoso sillón, yo no era como todos los demás, yo me quedaría donde la pudiera ver de frente, si no iba a ser así, no seguiría en su consulta, no me podía obligar a estar acostado en ese sillón como si fuera un enfermo mental.–Hola, Ana – Sonreí forzado – No quiero acostarme en ese sillón, prefiero estar sentado aquí en la silla.Ya estaba dicho, no me acostaría en su sillón, no era por llevarle la corriente, pero no me iba a sentir a gusto, acostarme y ponerme a mirar a la nada. Creo que sería contraproducente y quería que me escucha ella, no al techo o la pared.–Descuida David, es dónde tú te sientas cómodo. Ahora, necesito que m
Capítulo 123. Un nuevo fin de semanaNarra Alondra Ferreyra PérezYo trataba de seguir con mi vida como si nada hubiera pasado, pero no podía. Me sentía muy tensa y preocupada por mi güero, pensaba una y otra vez, como es que él se ha dejado llevar por las drogas cuando él siempre ha sido un chico muy sano, recuerdo que ni el cigarro le agradaba y ahora no lo hacía metiéndose todo tipo de sustancias prohibidas, simplemente eso no lo podía concebir yo. Un fin de semana que Carmen y yo, estábamos pasando un fin de semana, madre e hija, me sorprendió que Daniel, llegara a buscarme a casa de Carmen, no habíamos quedado en eso.–Alondra, hija Daniel está afuera – Me anunció Carmen – Dice que, aunque no quedaron de verse, él quiere verte.Vería que era lo qué quería yo, hoy no iba a poder salir con él, pues era nuestro fin de semana de Carmen y mío, teníamos tiempo de no pasar las dos juntas haciendo cosas de madre e hija, y lo estábamos pasando muy bien, pero en fin vería que se trataba e
Capítulo 124. Una sorpresa tras otraNarra Alondra Ferreyra PérezLos días se me pasaron volando y al llegar el otro fin de semana, Carmen y yo, nos fuimos a Ciudad de México con Daniel, pero llegando allá dejamos a Carmen con una amiga, ella iba a un festejo de su cumpleaños y ya luego nos íbamos a volver a encontrar aquí mismo para regresarnos los tres de nuevo a Morelia–Gracias por traerme con ustedes, Daniel – Dijo Carmen – Nos vemos el domingo aquí mismo, para regresar.Pasaríamos por ella y nos regresaríamos así como habíamos llegado, adoraba a Carmen, no me iba a cansar de decirlo, la mejor madre que me había tocado, no la cambiaría por nada.–Claro que sí Carmen y no es ninguna molestia, traer con nosotros a la mamá de la mujer que amo.Creo que tanto Carmen como yo estábamos súper encantadas con este hombre, era caballeroso, atento, amable y siempre tenía una sonrisa en los labios que lo hacía ver como un príncipe, sus padres criaron al hombre perfecto para cualquier mujer y
Capítulo 125. La llegada de un amigoNarra David De María RamírezPasó un poco de tiempo desde que mi madre volvió a México y en esos meses yo seguía fiel con mi adicción y un día que sentí que mi mundo iba a colapsar, mi amigo Ismael me llegó por sorpresa a Madrid, siendo esta vez sin previo aviso. Yo me encontraba en el piso de escapadas de Sabadelle, estábamos tomando cañas y la visita de mi amigo, nos sorprendió a los dos.–Hola, De María, hola, Sabadelle – Nos saludó Ismael – Lamento haber venido sin previo aviso, me vine con unos amigos de México y pensé en venir a saludarlos, ahora que tuve tiempo.Una grata sorpresa para los dos, Ismael se presentaba muy alegre al piso, estábamos tomando cañas y un amigo más se nos unía, esperaba que se pudiera quedar aquí con nosotros, ya que decía que venía con amigos, ya después se podían quedar para verse más tarde u otro día.–Hola amigo, pasa por favor – Saludé con un fuerte abrazo a Ismael – Qué bueno que estás aquí, adelante pasa.Mis
Capítulo 126. Como mi segundo padreNarra David De María RamírezEra muy extraño que mi madre respondiera de esa manera y hablara con el ánimo por los suelos, algo le pasaba. La conocía tanto como ella me conocía a mí, por eso éramos muy buenos amigos.–Dime madre, ¿Qué te sucede? – Me alarmé de escucharla tan mal – Algo muy malo debe pasarte para que estés así.Esperaba que no estuviera enferma, ella nunca se quejaba de nada, pues utilizaba sus medicamentos naturistas o iba a con la doctora de la acupuntura y se mejoraba, pero ahora la notaba muy decaída.–No es nada malo hijo, es que quisiera ir a lo del Gran Premio de México y no me puedo aguantar de invitarte, para entonces ya estarás de vacaciones – Dijo mi madre abatida – Es en dos semanas.Era cierto lo que decía mi madre, estaría de vacaciones y desde luego que me gustaría estar, allá con ella para asistir para acompañarla y para que dejara esa tristeza, así que iría a acompañarla, aunque no fuera muy aficionado a las carreras
Capítulo 127. Una gran tristezaNarra Alondra Ferreyra PérezLas cosas estaban de maravilla entre mi Batman y yo, pasamos un tiempo maravilloso y cuando estábamos cerca de ir a lo del Gran Premio de México, un día que volví del taller, me sorprendí al ver que Carmen estaba arreglando una maleta, no sabía que este fin ella fuera a ir conmigo y con Batman a Ciudad de México, pero nosotros como siempre no teníamos ningún inconveniente en llevarla.–Hola, Carmen – La saludé – No sabía que este fin irías también con nosotros a Ciudad de México, qué bueno. Así, Daniel y yo, podemos invitarte a cenar allá a un lugar que nos gusta mucho a ambos.Era una gran sorpresa para mí, estaba encantada de que se fuera con nosotros, le pediría a mi Batman que me consiguiera un boleto para mi mamá, me disculpaba por no haberla invitado desde que él me dijo, había sido una falla totalmente de mi parte.–Hola, hija. No te preocupes, Alondra. Sí, iré a Ciudad de México, pero me iré con mi mamá esta vez, si
Capítulo 128. En buena compañíaNarra Alondra Ferreyra PérezSu voz se escuchaba melancólica, me sentía mal dejándola así, pero ella no se quiso venir con nosotros, y me angustiaba que estuviera tan cabizbaja, no me gustaba verla así, quería consolarla, que viera que no estaba sola y que ojalá pudiera venir con nosotros, pero no puede esta vez.–Claro que sí, mamá. Dime, ¿Estás bien?No estaba bien aunque estaba segura de que me iba a decir que si lo estaba, a simple vista se notaba que la estaba pasando mal, pero yo ya no quería insistir, no me quería ver molesta, ella necesitaba estar tranquila.–Sí, estoy bien. Ahora ya váyanse ustedes porque no quiero que se les haga más noche en la carretera.Y yo no quería que ella se preocupara más de lo que veía, que ya estaba por ese asunto familiar que tenía que ir a ver allá también a Ciudad de México, como me había dicho que su familiar estaba muy grave, debía irse muy tranquila.–Qué le vaya a usted también muy bien – Dijo mi Batman – Me
Capítulo 129. De nuevo en MéxicoNarra David De María RamírezEl tiempo se pasó volando y llegó el día que volví a México después de mucho tiempo de no pisar tierras mexicanas, me vine en el mismo avión con mi amigo Ismael afortunadamente y así me sentí mejor no viniendo solo en el vuelo, así pudimos venir platicando. Llegamos al aeropuerto de Ciudad de México y cuando recogimos el equipaje de mi amigo, salimos juntos del aeropuerto, a él ya lo esperaban sus padres que vinieron por él, desde Morelia y a mí, me estaba esperando mi madre y apenas nos vimos y nos abrazamos.–David, hijo que bueno que ya estás aquí en México – Mi madre estaba muy emocionada – Estoy feliz de tenerte aquí, por cierto, no trajiste nada de equipaje salvo esa mochila de mano.No había sido necesario que cargara con ninguna maleta, mi viaje no la ameritaba, solo pasaría unos días aquí en Ciudad de México, no me voy a mover para ningún otro lado, por nada del mundo pondría un pie en Morelia, no le veo la razón d