Mientras esperaba mi turno, no pude evitar fijarme en los otros pasajeros que me rodeaban. Familias despidiéndose, amigos riendo por última vez, amantes aferrándose el uno al otro antes de la inevitable separación.Era un recordatorio de que, aunque a menudo me sentía un mundo aparte del resto de la
EnzoAcababa de llegar al entrenamiento en el estadio de hockey y estaba esperando a que llegara el equipo. Estaba parado junto a la máquina de café de la sala de descanso, y el único sonido era el del café cayendo a chorros en la taza. Ésta era ya mi tercera taza de la mañana, pero anoche apenas do
Nina"Y aterrizamos en Montaña Vista. Gracias por volar con nosotros".La voz apagada del piloto sonó por los altavoces del avión, despertándome de un sueño agitado. Cuando abrí los ojos, la anciana que estaba a mi lado me sonrió."¿Dormiste bien?", me preguntó.Asentí con la cabeza, ahogando un bos
NinaLos sollozos de Lori sacudían su cuerpo y yo me aferraba a ella con fuerza, intentando ofrecerle todo el consuelo que podía. La estéril sala de espera del hospital parecía estar a mundos de distancia de los tranquilos pinos de afuera, y el olor de los productos de limpieza era casi mareante."L
NinaLori y yo llevábamos sentadas en la estéril sala de espera de ese hospital una eternidad. Los segundos pasaban como horas, los minutos como días. Hace tiempo que habíamos salido de la cafetería, después de renunciar a intentar calmarnos con un café amargo.Por fin se abrió la puerta de la sala
La abracé con más fuerza, ofreciéndole todo el consuelo que podía. "Iremos paso a paso, Lori. Estaremos aquí para Jessica, pase lo que pase. Y en cuanto a cuidarte, te ayudaré. No tienes que pasar por esto sola".Lori asintió, con los hombros caídos por el cansancio. "Gracias, Nina. No sé qué haría
EnzoEl entrenamiento estaba a punto de terminar y el equipo de hockey realizaba un último simulacro antes de que los dejara ir por hoy.Estaba apoyado en el pilar junto a la pista, vestido con ropa sencilla; hoy no quería estar en el hielo por si había una llamada de emergencia de Nina, cosa que Ti
NinaNo sé exactamente cuánto tiempo Lori y yo estuvimos sentadas en la habitación del hospital, contemplando el cuerpo dormido de nuestra amiga. Cada minuto parecía derretirse en el siguiente, y ambas nos sentíamos impotentes. Hice lo que pude para consolar a Lori, pero no fue tarea fácil.Finalmen