Nina“Oye”.La voz de Enzo me pilló desprevenida. Estaba sentada en la cama del hotel, mirando nada en particular en mi celular. Debió de entrar en la habitación en algún momento, pero no escuché que se abriera la puerta. Levanté la vista y le dirigí una mirada fría."¿Qué quieres?", pregunté, con l
NinaLa luz de la mañana se filtró a través de las cortinas de la habitación del hotel y reflejó suaves sombras azules en los muebles. Empecé a moverme, pero mis ojos se abrieron lentamente. Después de la noche anterior, me sentía como si me atropellara un tren.Enzo ya estaba despierto. Podía escuc
EnzoEl frío de la pista de patinaje fue un respiro bienvenido del sofocante hotel. Aunque Nina y yo hicimos las paces, seguía sin darme cuenta de que algo le rondaba por la cabeza esta mañana, no sabía si nuestra discusión o algo más. Solo recordaba que ella se levantó la noche anterior, pero lo qu
NinaMe paré frente al espejo de cuerpo entero, ajustando los tirantes de mi vestido rojo. La tela abrazaba mi cuerpo, acentuando el pequeño bulto de mi panza. Estaba nerviosa y emocionada a la vez por la noche que me esperaba. Enzo y yo lo necesitábamos, una noche para reconectar, sobre todo despué
NinaDespués de la cena, Enzo dijo que tenía que ir a otro lugar. Acabamos paseando por un sendero junto al océano, donde las luces de la ciudad brillaban en la superficie del agua."¿Cómo conociste este lugar?", me encontré preguntando mientras caminábamos agarrados de la mano.Enzo se encogió de h
Mientras caminábamos, nos topamos con un festival de verano en un pequeño parque. Coloridas serpentinas se movían al viento y linternas adornaban los puestos y los árboles, creando una atmósfera mágica. El aire se llenó del sonido de las risas y la música, un animado contraste con la serenidad del o
NinaEl festival era un colorido mosaico de risas, música y luces parpadeantes. Enzo y yo caminamos entre la multitud, con las manos entrelazadas, disfrutando de las vistas y los sonidos de este animado evento de verano. En el aire se respiraba el aroma de la comida callejera y el sonido lejano de l
Nina Los ojos de la señora Zara parpadeaban con una mezcla de miedo y tristeza cuando por fin habló, su voz apenas era más que un susurro. Apenas podía escucharla por encima del estruendo de la multitud, y tuve que inclinarme más para entender lo que intentaba decir. "Tu familia, Nina, está... est