Finalmente, llegó la hora del pastel."¡Abran paso a la pastelera!", anunció Enzo, ayudándome a llevar el pastel a la mesa. La sala se llenó de gritos y aplausos.Después de cortar el pastel y brindar con champán, empezamos. El cremoso exterior de mantequilla de maní dejó paso al cálido y húmedo int
NinaYa era bastante tarde después de la fiesta, y todos se habían ido a dormir.Lori y Jessica ocuparon la habitación de invitados después de todo, ya que Melania, con su magia, conjuró una cabañita increíble afuera. Cuando entramos en la cabaña, todos nos asombramos al ver que era más grande por d
Pude escuchar la sonrisa de Taylor a través del celular. "Bien", respondió en voz baja. "Te prometo que nos veremos antes de lo que imaginas".Había algo casi críptico en las palabras de Taylor, pero decidí que me estaba imaginando cosas y decidí cambiar de tema.Taylor dijo que solo le quedaban uno
NinaFaltaban dos días para mi boda. La casa estaba en silencio, una pausa de calma en la tormenta de los preparativos. Esa tarde estaba en casa, medio perdida en la interminable lista de preparativos de última hora y medio perdida en mis sueños. Enzo salió a hacer unos mandados.No esperaba nada fu
NinaEl tictac del reloj del aula resonaba con un ritmo incesante.Cada segundo era un latido más cerca del final del examen y de la libertad. El invierno fue muy frío y el semestre de primavera agotador. Pero en ese momento, en esa inmensa sala con su intenso silencio, estaba preparada para dar un
"Tendremos que ir todas", dijo Lori, acomodándose un mechón de pelo negro detrás de la oreja. "Cerrar el semestre con una buena nota".Las palabras de Lori eran agridulces. Porque sin que nadie lo supiera, Enzo tenía un anuncio que hacer. Un anuncio grande, enorme, que cambiaría su vida. Y estaba de
NinaEnzo se apoyó pesadamente en el divisor, mirando en silencio el hielo."¿Enzo?", le pinché, levantándole la barbilla para que me mirara. "Dime que hiciste el anuncio"."Yo...". Se aclaró la garganta y sus ojos castaños se movieron algo nerviosos. "Tal vez. Algo así".Me crucé de brazos. Era un
"¡Nina! ¡Enzo!". La voz de Matt resonó en la arena, llena de su característica exuberancia.Miré a Enzo y enarqué una ceja mientras ambos nos girábamos para saludarlo. Matt, todo un atleta, estaba vestido con su atuendo habitual del campus, una camiseta sin mangas que dejaba ver sus brazos bien defi