Finalmente, salimos a la oscura cocina. Había una claraboya que dejaba pasar la luz de la luna llena, iluminando la cocina con un tono azul pálido. Era una cocina bonita, muy anticuada, y normalmente me habría emocionado ver una casa tan bonita. Pero ahora me parecía un laberinto en el que podía hab
Nina"No dejaré que te vayas de mi lado", susurró Enzo. Su voz sonaba como un gruñido grave, y sus ojos brillaban con un rojo aún más intenso mientras hablaba. Sabía que hablaba en serio, y después de que casi nos atrapara lo que parecía un guardia, quizá tuviera razón. Quizá fuera mejor que nos man
Una vez fuera del alcance visual de los guardias, Enzo señaló en silencio otro largo pasillo. Éste estaba bordeado de grandes ventanas a ambos lados con diseños curvos grabados en el cristal, que hacían que la luz de la luna llena proyectara dibujos en el suelo. Los tres avanzamos rápidamente por el
EnzoCuando vi el cuerpo demacrado y pálido de mi padre y sus ojos vidriosos, reaccioné por puro instinto. Abrí mucho los ojos y retrocedí con tropezones, tapándome la boca con la mano para no gritar.Habíamos llegado demasiado tarde. Fuera lo que fuese lo que Selena le estaba haciendo a mi padre, y
NinaEnzo tenía la cara blanca como el papel cuando me giré para mirarlo. Todos sabíamos que Richard iba a morir, pero Enzo parecía completamente distraído... y con buenas razones, por supuesto. Aunque Enzo y Richard tenían sus diferencias, seguía siendo el padre de Enzo.Ojalá pudiera consolar a En
EnzoEn el último momento, Nina me empujó a través del portal antes de que tuviera la oportunidad de intentar quedarme atrás. Sabía, lógicamente, que Selena mentía total y absolutamente cuando dijo que dejaría vivir a mi padre y a mis amigos si me iba con ella. Pero tenía el juicio tan nublado por e
NinaRichard murió en brazos de Enzo aquella mañana, justo antes del amanecer.Durante un buen rato, Enzo permaneció sentado abrazado a su padre con la cabeza baja. No dijo ni una palabra, ni siquiera levantó la vista mientras los demás nos sentábamos en silencio a su alrededor y le tendíamos la man
NinaEnzo y yo tuvimos que regresar al reino de los hombres lobo solo unos minutos después de enterrar a su padre.No tuvimos tiempo de descansar ni de reagruparnos, ni siquiera de reunir provisiones frescas. Por mucho que deseara acostarme en la cama durante horas o darme una ducha caliente para al