EnzoCuando vi a la chica humana de las dos trenzas negras en el bar el viernes por la noche, sinceramente no me lo pensé dos veces. No era más que otra chica humana normal... guapa, con buen cuerpo, pero definitivamente inútil para mí. Verás, soy un hombre lobo. Nunca estuve destinado a tener nada
NinaRegresé a la fiesta, intentando ignorar las extrañas interacciones que acababa de tener con Enzo y Lisa. Jessica estaba bailando con el grupo, mientras Lori seguía sentada en las escaleras de una de las cabañas fumando. No me apetecía bailar ahora mismo, así que fui a sentarme con Lori. Lori m
"¿Quién es ella?", escuché susurrar a una chica. "Ni idea", respondió otra. "Pero te diré una cosa... si Lisa se entera de esto, esta cerebrita va a ser carne muerta". Fruncí el ceño. Escuchar el nombre de Lisa me revolvía el estómago. "¿Y bien?", preguntó Enzo. "Tengo un casco extra". "No, grac
NinaEnzo no pareció reconocerme enseguida con el uniforme y el cabello recogido. Entró y se sentó en el mostrador mientras yo le servía café a otro cliente, y que casi derramo por toda la mesa del susto.Me temblaban las manos al acercarme al mostrador. ¿Me estaba siguiendo o era solo una coinciden
"¿Qué es...?" "¡Ey, Nina!" La voz de Jessica sonó de repente en el restaurante. Había olvidado por completo que habíamos quedado al final de mi turno, que ya casi había terminado. Aferré nerviosamente el boleto de entrada en la mano mientras ella se acercaba al mostrador y se sentaba. Cuando se se
Nina"¿Y bien? ¿Qué te tocó?", preguntó Jessica. "Um... medicina deportiva", respondí, devolviéndole el teléfono. Jessica lucía confusa. "Pensé que querías..." "Cirugía, sí", dije yo mientras agarraba mi bolso y me dirigía a la puerta con Jessica siguiéndome. A primera hora de la mañana, iría a v
Nina A la mañana siguiente fue mi primer día en mi nueva pasantía. Me desperté sintiéndome nerviosa y emocionada por lo que estaba por venir. Con suerte, no tendría que interactuar demasiado con el equipo de hockey. Estaba lloviendo y hacía frío, así que me puse algo abrigado. Me puse mis habitua
Nina El vestuario estaba completamente oscuro. ¿Habíamos perdido poder?No me atrevía a moverme en caso de que accidentalmente me encontrara con Enzo y le diera una idea equivocada. Todavía se cernía sobre mí, su mano en el casillero encima de mí y su cuerpo musculoso protegiéndome. Mentiría si dij