Nina"¿Y bien? ¿Qué te tocó?", preguntó Jessica. "Um... medicina deportiva", respondí, devolviéndole el teléfono. Jessica lucía confusa. "Pensé que querías..." "Cirugía, sí", dije yo mientras agarraba mi bolso y me dirigía a la puerta con Jessica siguiéndome. A primera hora de la mañana, iría a v
Nina A la mañana siguiente fue mi primer día en mi nueva pasantía. Me desperté sintiéndome nerviosa y emocionada por lo que estaba por venir. Con suerte, no tendría que interactuar demasiado con el equipo de hockey. Estaba lloviendo y hacía frío, así que me puse algo abrigado. Me puse mis habitua
Nina El vestuario estaba completamente oscuro. ¿Habíamos perdido poder?No me atrevía a moverme en caso de que accidentalmente me encontrara con Enzo y le diera una idea equivocada. Todavía se cernía sobre mí, su mano en el casillero encima de mí y su cuerpo musculoso protegiéndome. Mentiría si dij
No escuché la respuesta de Enzo. “Interesante primer día, ¿eh?”, dijo Tiffany mientras me acercaba. Me abrió la puerta y salimos a la lluvia. Era más como una llovizna ahora, y había un poco de niebla en el campus. El aire frío se sentía bien después de haber estado encerrado en el maloliente vestu
Enzo “¿Por qué te escapaste así ayer?”, pregunté. Nina y yo estábamos de pie en medio del campo de fútbol. Sabía que se suponía que debía estar trabajando, pero no me importaba. Después de lo que descubrí ayer, no pude dormir en toda la noche pensando en ella. Tenía que hablar con ella.La cara d
Nina Mi encuentro en el campo de fútbol con Enzo me dejó confundida y molesta.En primer lugar, ¿cómo había aparecido así justo a tiempo para atrapar el casco de fútbol americano antes de que me golpeara en la cara? Segundo, ¿por qué siguió siguiéndome por el campus como un cachorro perdido? Para a
Nina El juego de hockey terminó temprano después de la pelea. Resultó que el jugador que atacó a Enzo estaba tomando esteroides para ser más grande y más fuerte, y tomó demasiadas. Cuando Enzo anotó un gol, el otro jugador se enfureció. Tuvo una convulsión mientras atendía a Enzo, pero escuché de T
Me mordí el labio, dolida de ver a mi amiga sentirse así.En ese momento, una chica borracha salió a trompicones al porche. Era bajita y curvilínea, con cabello castaño cortado a la manera de un niño y un aro en la nariz. “Oh, lo siento”, dijo cuando nos vio a Lori y a mí. Se dio la vuelta para irs