++Adal++¡Ese animal merece estar muerto! ¿Cómo es posible que haya lastimado a la mujer que amo?No, Alfonso era la persona más serena del mundo y no es que ya no tenga ganas de matarlo, pero es que intento imaginarme todo lo que Dolores me está diciendo, cuando me llamó que Gisela estaba en la clínica no esperé mucho y les encargue a mis padres, también a la niñera que cuidaran de mi hijo.Yo tenía que ver que corroborar que todo lo que ella me decía fuese cierto, es tanto la confianza que le tenía a mi amigo-hermano Alfonso, que se perdió en tan solo vi como Gisela estaba postrada en una cama.No voy a defender Alfonso, lo que ha hecho no tiene perdón de Dios, me siento furioso y decepcionado. Después de ver a Gisela tuve que cerrar mi boca y preguntarle a Dolores todos los detalles, también le pregunté dónde está Lucero. Ella y Alfonso tienen que responderme. Me siento impotente porque siento las ganas de ir por él y reclamarle, pero en el fondo de mi interior me dice que lo único
—Está bien, este tema quedará aquí, pero antes le diré Alfonso que está en la cuerda floja, su estadía en la empresa —estoy furioso y mi padre también, este tema es intenso y es claro—, no se imaginan cómo está ella y del dolor que tiene que soportar por su espalada y tobillo, ¿qué le hiciste Alfonso?++Lucero++Soy la culpable de todo lo que le está sucediendo a mi pequeña Gisela, ella no tiene la culpa de todas mis inseguridades y demonio que tengo dentro de mi ser. Si le llega a pasar algo no me lo perdonaré jamás, aunque nadie me crea, yo la amo como una hermana y la envidia está fuera de mi sistema, ya, me he ganado que todo el mundo piense lo peor de mí y lo merezco porque no hice nada cuando Alfonso hizo lo que hizo.Solo a mí se me ocurre discutir con Alfonso, decirle que no quiero nada porque jamás será la persona ideal para mis padres. Él estaba tomado y tras las influencias del alcohol se las desquito con todo, eh-sí, con la persona menos indicada. Gisela no tiene la culpa
+¡Gracias Dios! Me han dado la noticia de que me darán de alta, todo eso es por la influencia de Adal, según mi madre él se ha prometido a cuidarme y contratar a una enfermera. Eso me emocionó porque no he visto a mi bebé, ya que Adal me dijo que no pudo traerlo porque pediría mi salida de la clínica.Pufff, hubiese que mi pequeño estuviese conmigo, pero bueno, solo me quedan un par de minutos para que me lleven a casa de Adal.—Solo hay que esperar que el medicamento que se te está administrando se acabe —menciona el médico mientras le entrega unos papeles a Adal para que los firme, creo que eso es para que salga de aquí—, oh, ya vi que no hay necesidad de espera, ya el medicamento ha terminado.El médico le deja los papeles a Adal para luego venir a quitarme las agujas que están penetrando mi piel.—Buenos días, lamento entrar, pero tengo que decirles que la ambulancia está lista —sin avisar la puerta se abre, dejando ver a la persona que menos esperaba—. Oh, ¡italiana!—sus ojos se
++Rulo++Han pasado más de tres años que no he visto a esa mujer, no voy a negar que no perdí las esperanzas de volvérmela encontrar y más aún cuando mi tío me dijo que ella se había separado del jetoso ese del que se cree un dios por tener dinero.Pensé que al ellos no estar juntos ella podría darme la oportunidad que tanto he añorado, pero no, ella me ha dicho que sigue casada y con un hijo. Me pregunto, una y otra vez, “que tiene ese hombre, que no pueda tener yo”. Yo le puedo dar ese amor que ella tanto busca, ya que sería incapaz de lastimarla.Hice el intento de acercarme más a ella, de arrodillarme para pedirle su mano, pero no, ella me batió de primeras a primeras porque le dije que la amaba. ¡Eso no es pecado!La italiana no me puede ver con los mismos ojos que los mío, porque el dinero de ese hombre la deslumbran.Hace años atrás ese Müller me despidió porque no quería verme más, todo como si tuviese la culpa de que su mujer lo dejara y para no quedarme en el aire tuve que a
++Adal++La mujer de mis ojos ya quedó en mi casa, gracias a Dios ella aceptó quedarse y que nosotros nos encargáramos de cuidarla. Mientras la enfermera que está a su cuidado las veinticuatro horas a mí me toca presentarme en la empresa, ahora que estoy furioso con él tengo que poner un poco de orden con las cosas de la empresa.Lo primero que mis ojos ven al entrar a mi oficina es el rostro preocupado de Alfonso, sonrío al verlo así porque de verdad se debería preocupar, dado que mi mujer está en todo su derecho de demandarlo, eh, me corresponde a mí porque soy su esposo legal, pero ella me ha hecho prometer que no haga nada mientras no hablar de un par de cosas con su amiga.—Buenos días, al parecer madrugaste, porque hasta desayuno tienes en mi escritorio —recalco, dejo mi portafolio a un lado de mi escritorio; lo rodeo y me siento en mi cómoda silla—, ahora que estás aquí los dos tener un par de cosas de la que tenemos que hablar.Estoy furioso y él lo sabe perfectamente, y antes
++Gisela++Negué con la cabeza y aparté los recuerdos malditos. Su no recuerdo frente a mí era inevitable, lo que supuestamente pasó, no digo que el desafortunado abusó de mí o intentó matarme, todo pudo ser forzado y en un accidente.Hace un par de horas Dolores me llamó y me dijo que Lucero dejó dicho que volvería, que debía tomar un vuelo urgente porque su deber es y será poner las cosas en su lugar, que la disculpara, pero que no tenía otra opción.—Mi niña, un hombre está esperando, se llama Alfonso, es el mismo chico que...Ella lo mandó, es una vil cobarde, ya que no quiere enfrentar las consecuencias de sus actos. ¡Ella es la que me debe una explicación!—Está bien, ya era tiempo que los dos habláramos porque ella se ha ido y merezco que me digan la verdad, sobre todo lo que se dice de las pastillas —le ordeno y con estas ganas de levantarme de la cama el mal humor se hace presente, para luego recordar que a la que le estoy pidiendo que entre, es mi madre—, por favor y no tien
++Adal++¡Esto debe ser un dolor de cabeza! Por primera vez vi como mi hijo lloraba de dolor. Saliendo de la empresa recibí una llamada donde me decía que mi hijo estaba internado en la clínica y que un pediatra estaba atendiéndolo.Exigí que se me dijera qué es lo que estaba pasando y si Gisela estaba enterada a lo que me contestó mi madre llorando; “ella está dormida, no quisimos preocuparla y peor después de ver que no puede caminar”.No dije ni una solo palabra sobre el tema cuando le pedí que me diera la dirección, que tenía que estar con mi hijo.A pocos minutos llegué a la clínica, mi respiración estaba a mil por horas, no podía más y al estar frente a mi pequeño me desesperé más porque la calentura que mi madre dijo aún la tenía. Mi niño estaba sufriendo y ellos no hacían nada, solo era esperar. Hasta que agarré a mi bebé en brazos y me lo llevé de ese lugar, no lo estaban atendiendo como se debe, mi madre gritaba detrás de mis pasos y yo no pude más y le dije que mi hijo no m
+Gisela++—Es una mañana preciosa, que bueno que ya te puedas poner de pie, aunque sea con un andarivel —siento unos brazos fuertes rodeando mi cintura—, no quiero tenerte prisionera, pero recuerda que no te gusta que te anden en la silla de ruedas, solo ha pasado quince días, hay que esperar un poco más para que puedan quitarte el yeso.Mi esposo se asombró de lo que vi fuera de esta ventana, y lamenté lo emocionada que caminaba la gente, sin mencionar a los niños que saltaban por los pequeños juguetes en sus manos.Estamos a unos días de del cumpleaños de Adal y de que la navidad venga a nosotros, y eso me dice: luces en las paredes y en toda la casa, árboles navideños, regalos para todos, unión familiar y amor para todos.—No me siento tan triste, al contrario, mi corazón quiere saltar de la emoción de que estamos a unos pasos de sentir las cosas nuevas y maravillosas —suspiro profundo, este año no será el mismo, mi hijo y yo estaremos rodeados de nuestra familia—, me gusta ver a n