—Sí, madre, la tenía tan guardada que ahora me ha tocado sacarla a la luz, quería un poco de tiempo porque las relaciones son de poco a poco, pero ni modo, ahora toca presentarla al mundo entero.—En ese caso me pondré al día, hoy te tengo todo, ya mismo voy a salir con mis amigas y todas me ayudarán con la organización y todo, ya que no hay tiempo mi amor.—Eso me gusta madre —le doy un beso en la mejilla para despedirme de ella—, no dudes en contarme los detalles—le guiño un ojo, me alejo de ella y antes de hacer más preguntas me alejo.—Alfonso, cuida a mi hijo y encárgate que el abogado no tenga un haz bajo la manga, estoy segura de que de una u otra forma buscara cómo poner trampas al testamento, todo con tal que perdamos todo lo que nos pertenece.—Así será, señora Müller —le responde Alfonso al mismo tiempo de asentir.Mi madre sale del despacho con una sonrisa de oreja a oreja, no me gusta mentirle, pero en este caso no podía faltar.Retomo mi andar, voy hacia el escritorio y
—¿Terminó? No, la fiesta no ha terminado y no te preocupes por la ropa, mañana la mandaré a la tintorería, pero antes quiero que la tengas en tu closet, ¿puedo conocer tu habitación? Sin faltarte el respeto, solo quiero conocer un poco de ti.—¿Por qué?—Porque me interesas Gisela, tengo que saber tus gustos y tú los míos —la última palabra provoca que se me haga un nudo en mi garganta—, está bien, será en la próxima, por lo que veo Lucero, te intimida, lo acabo de notar hace un momento, no te enfades con ella, del tiempo que llevo conociéndola te puedo decir que eres la primera mujer a la que veo que ella establece una conversación más que algo laboral.—Lo sé, a veces me comporto egoísta y eso me lleva a la soledad, tratando de alejar a las personas que me quieren ayudar.—¿Sabes qué hice cuando las dos estaban en la cocina? —pregunta y yo niego con la cabeza.—Le pedí disculpas a ese caballero, no pude confesarle lo que le propuse a Lucero porque eso es un secreto que pocos lo debe
Oh, ya lo vi, sin miedo al éxito, voy hacia él, aunque mis piernas me quieren traicionar.—Me he tomado la libertad de pedir una botella de vino, espero que no te importe —se levanta y como todo un caballero me ayuda a ponerme cómoda—, aquí están nuestras copas.Por lo que mis ojos ven él aguardó abrir la botella, me estaba esperando. Con mucha curiosidad mis ojos lo observaban mientras él servía el pálido líquido en la copa de cristal.¿Por qué está tan tranquilo?—Disculpa, ¿celebramos algo?Dios, cómo le digo que no tomo, que soy un poco nueva con esto de las bebidas de alcohol.—Sí, primero porque te tengo una propuesta, que prácticamente es una sorpresa y la segunda es que has renunciado —dice mientras dirige la botella hacia mi copa.No puede ser, sabía que este hombre pensaría que mi jefe me recibiría la renuncia rápidamente. Me quedo paralizada cuando él levanta su copa en alto, esperando que me le una al brindis.—Lo lamento, pero no —terminando de decir “no”, el rostro de él
***¡Listo, ya he firmado!Me mantengo firme para lo que venga, no esperaba tal propuesta jugosa, en mi mente y corazón debo tener presente que esto es un trabajo, que no es real y que llegará el día en el que todo esto termine. Sonreiré de todo esto, seré libre y mis planes serán increíbles.Anoche estuve pensando en que mis padres no deben saber lo de mi casamiento porque ellos desearan conocer a mi estimado esposo, no quiero relacionarlo con la familia de Adal, no es pretextos o vergüenza, no me apena de dónde vengo, al contrario, todo eso es para que ellos no tengan que ver con toda esta mentira.Mis padres son todo para mí, no quiero mentirles, espero que Adal no intente hacer una mala jugada en meter a mi familia en todo esto, suficiente conmigo, no es necesario que lleguemos al extremo de meter a mi familia. Para mis padres seguiré con mi vida de trabajo y que la relaciones todavía no se hicieron para mí.Dios, estoy que tiempo y dejo mi quijada por el suelo, pensé que podría s
¿Qué tipo de estrategias son estas? ¿Por qué no me consulta las cosas? Quiero saber cuál es el paso siguiente porque puedo meter la pata y… Dios, se supone que me tiene que decir todo.Me encuentro totalmente perdida, estoy en una iglesia, pero el que nos casara será un abogado, según es para que el sacerdote sea testigo de nuestro amor. Son tantas mentiras que no puedo sostenerlas.〜—Buenas tardes —habla el abogado—. Nos encontramos hoy aquí reunidos para unir en matrimonio a Gisela y Adal—mientras el abogado habla mi cuerpo empieza a temblar—. Antes de dar lectura al acta matrimonial, me gustaría dirigir unas palabras a los novios y a todos los presentes. Ante todo, muchas felicidades por haber decidido dar el gran paso que supone unir vuestras vidas—si supiera abogado que todo esto es un fraude, que no hay nada de felicidad y romance entre nosotros—. En este feliz momento constatamos ante vuestros seres queridos que habéis encontrado en el otro a esa persona que os completa y con
El padre de Adal separó a la señora Müller de mí para luego ser él, el que me diera la bendición y la bienvenida a su familia.Adal se disculpó por no invitarlos, ya que todo fue de sorpresa, aparte que eso fue el comienzo, dado que solo era la boda de civil. Los padres negaron con la cabeza y dijeron que olvidara todo, ya que ahora ellos se sienten feliz por hacer las cosas por amor. “Locura de amor”.En par de minutos Lucero, su novio y el amigo de Adal se nos unieron, ellos cómplice de nuestra mentira les dicen a los padres de Adal que obviamente están invitados a la celebración, ellos asintieron felices y antes que le hiciéramos una mala jugada ella tomó de mi mano y me dice que nos llevara al mejor restaurante de la ciudad, que esto no se lo puede perder.¡Dios, no sabía nada que decir! De reojo miraba a Adal, pero él no hizo nada más que asentir.La intrusa ha conocido a los padres del esposo de mentiras, me doy asco por ser una completa mentirosa.Sacudo mi cabeza, alejando el
Él está exagerando y me ha quedado claro que su imagen es importante. No ha dejado de decir que ha construido su imagen intachable y que de la nada no permitirá que derrumbe en par de segundos lo que a él le ha costado durante años.—Por esto mismo te dije que tenías que buscar a uno de tu clase.—Y viene eso otra vez —rechina los dientes, deja el tenedor sobre la mesa—, tienes que estar de acuerdo con todo, recuerda que es para nuestro bien.Relajé mis músculos, no puedo estar llena de tención y buscar lo malo de este contrato, el CEO tiene toda la razón, todo esto ya me lo había advertido.—Tienes razón.Me molesta bajar la cabeza, pero no tengo de otra porque él tiene razón, “todo por su imagen”.—Mi intención no es ofenderte, al contrario, estoy buscando la forma de ayudarte para ese momento en el que me encuentre trabajando y tú en casa, hasta puede que tengas una visita inesperada, sé que puedes y ayer me lo demostraste.Él se levanta y me dice que tiene que irse, que en dos hor
—Quédate callada secretaria de cuarta, crees que lamiéndole los zapatos a esta piojosa podrás adquirir un aumento de salario.Y ahí vienen los insultos, me caracterizo como una chica tranquila, pero cuando me encuentran, me encuentran.—Ja, al parecer la chica se le ha perdido algo, corazón, puedes llamar a seguridad, esta señorita no ha sido invitada a mi casa —lo último lo recalco, saboreando las palabras y levantando pecho.Ella puede ser la chica del año, ese tipo modelo, sin embargo, para ella y menos para mí conviene que esté en esta casa, es demasiado porque puede ser un problema para nuestra imagen.—¿Qué es lo que él vio en ti? —siseo entre dientes—, eres tan antipática, aburrida, ñoña y… No eres de su tipo, no podrías lograr ni un orgasmo, ¿hmmm? Mírate, ni a una mosca podrías hacer gritar de placer, estoy segura de que aquí hay gato encerrado—dice tras cruzarse de brazos y esas palabras me afectan, mi cuerpo automáticamente se tensa—, estoy segura de que llevas puesto calzó