A pesar de las dudas que tenía aun Julian sobre su primo, dejo que este se encargara de todo. Pues este trajo a la persona que los caso esa misma noche, e incluso dejo que este fuera su testigo.Y cuando Adam trajo consigo los nuevos papeles del contrato, Tessa tomo la pluma y los firmo. No es como sino hubiera firmado otro documento ya, pero en estas últimas semanas ella sentía como si hubiera estado firmando eternamente, tan solo una mentira mas, entre muchas otras.—Entonces… ¿es asi de simple?Adam asintió recogiendo los papeles — para mañana a primera hora. Todo volverá a ser de JulianJulian noto la incertidumbre en los ojos de la muchacha —Dime, —le hablo —¿hay algo que te está inquietando?Ella no quería ser la piedra en la madera flotando, pero nublar su buen juicio y ser una completa ingenua no estaba entre sus cualidades.—Julian, has pensado… que quizás… que quizás todo esto es parte del plan de… ella—soltó por finSus ojos la miraban con expresión calmada y controlada. In
Una confesión¿Qué tan difícil podía ser conseguir una confesión?Ella se sentía nerviosa en el traje de James. De vuelta a su personaje principal.La noche anterior no habia dormido muy bien. No específicamente por cuestión de horas. Mas bien por compañía. De alguna forma, la habitación sin la presencia de Julian ya sea en su cama o en la suya fue un golpe abrupto en su vida sobre la realidad. Hace ya un tiempo que compartía habitación con él. Estar sola en un cuarto sin otro sonido humano en él era extraño, era triste, era… devastador.Entonces recordaba a James. Aquella época cuando compartía cuarto con su hermano, y luego de golpe, otra vez la soledad habia vuelto. Pues cuando este empezó a quedarse en el hospital, ella se quedó sola. Al inicio el lugar donde estaba no era muy bueno, y gracias al sueldo de esta compañía pudo costear un mejor hospital. Sin embargo, se habia acostumbrado a la soledad que eso conllevaba. Y Julian habia roto eso, le habia devuelto algo que ella antes
Espero alrededor de media hora a que el muchacho de rubios cabellos volviera a bajar por las escaleras. Después de todo, su hermana no fue una anfitriona muy amable, pues las miradas despectivas por parte de ella hacia "el" no se habia hecho tardar.—No toques nada. Ensuciarías todo —fueron sus últimas palabras cuando se despidió.Tessa no podía creer que hubiera gente tan grosera, ser rico no era un justificante para ser una maleducada. O quizás solo la trataba asi porque creía que enserio "James" habia traicionado a Julian.Tayor bajo luego de eso.El muchacho de traje se habia cambiado de ropa. Y al verlo., casi podía decirse que era un persona normal y corriente. Un joven en una pantaloneta y una camiseta blanca que parecía más que fresca. Era suelta, pero aun asi podía marcar su cuerpo cuando este se movía. Era increíblemente atractivo y Tessa le reconocía eso. Aunque aún no entendía porque este joven que aparentemente lo tenía todo, se habia fijado tanto en alguien como ella.Pe
Julian miro hacia su primo —creo que eso es todo, ya puedes irte—¿Enserio? Porque pensaba quedarme para ver si…— este se iba a dirigir al sofá, pero los ojos penetrantes de Julian lo hicieron vacilar —vale, lo capto —miro hacia Tessa. Comprendía lo que el buscaba. Un momento a solas con ella. —llámame en cuanto sepas algo, o… hagas algo. De lo que sea—Lo hare —menciono el joven de traje.Incluso en un dia cotidiano Julian vestía uno. ¿acaso nunca paraba?Cuando Adam se marchó, ambos quedaron a solas en la sala. Tessa no se sentía orgullosa de lo que habia hecho. No le gustaba espiar, no le gustaba la idea de perjudicar la vida de alguien, o la de nadie, incluso si esta era una guiada por venganza, alguna especie de revancha. No quería formar parte de eso. Y odiaba que Julian la arrastrara a ello.—¿Qué tienes?— pregunto su jefe de forma cuidadosa. A ella no le sorprendió que lo supiera. Nada se le escapaba a Julian Anderson. Era claro que presentía que algo estaba mal.Sus ojos cast
Ella habia enmudecido. Jamás habia visto a Julian siendo posesivo con algo, o con alguien. Y menos con ella. Era ridículamente absurdo. Infantil. ¿Qué clase de amenaza era esa?Y su reacción la indigno, ¿Por qué actuaba exactamente como esas tantas personas ricas del medio que detestaba? Taylor tenía razón. Aquella gente que poseía tantos millones que se cegaban hasta el punto de creer que hasta las personas les pertenecían.Tessa se apartó de él y subió las escaleras rumbo a su habitación. Coloco el seguro en la puerta y se arropo de pies a cabeza. ¿Qué clase de reacción era la suya también? Como el de una niña pequeña castigada. Pero al final, Julian habia conseguido lo que quería. Habia dejado que ganara. ¿Por qué su frialdad la habia asustado? ¿Por qué sentía esta tristeza en su interior? La habia tratado como una de sus posesiones. Esto no era parte del contrato, estaba rompiendo las reglas de nuevo. Y algo roto; jamás volvía a la normalidad***—Maldición— habia murmurado el jov
El sonido de ruidos de oficina eran casi un consuelo, algo conocido, su terreno. El sonido de las llamadas, el sonar de los dedos contra las teclas de los ordenadores, las pequeñas voces discutiendo sobre negocios y trabajo. Aquí es donde ella funcionaba mejor. Donde la imagen de James la mantenía segura.—James, —llamo una joven —¿sigue aquí? El jefe lo está buscandoCada cinco minutos algún trabajador le decía que Julian lo buscaba para hacer algo. Y para decirle las cosas más absurdas. Buscaba cualquier excusa para verla unos segundos. Ya sea que necesitaba otro café, una carpeta, un papel impreso, lo que sea. Hasta la cosa más ridícula. El de alguna forma tenía una tarea nueva para ella. No es que eso debiera molestaba, él le pagaba por cumplir todas esas cosas. Era su asistente, su mano derecha, pero esto era sobrepasar una raya.Mientras pasaba por los distintos departamentos todos lo saludaban con respeto y admiración. Era la mano derecha del jefe, y Julian era una de las perso
Nunca era del todo placentero estar dentro de un hospital, asi como podía haber alegría por la vida salvada de un familiar, habían otros tantos que lloraban una partida. Sin embargo, para Tessa acostumbrarse a estar rodeada de estas paredes era un habito añorable. Porque sabia que dentro de este lugar, en algún punto de una habitación estaba la alegría que mantenía viva su alma, su hermano era todo cuanto tenia y adoraba. Un mundo sin el sería un mundo terrible, un mundo gris, uno sin sentido. James era todo aquello que guiaba su destino, la brújula que le permitía no perderse, ver su rostro era el recordatorio constante de donde debía colocar sus ojos y que la felicidad aun podía ser hallada. Y estos ojos ambarinos siempre la guiaban de vuelta a casa.—¡Tessa! —habia un brillo radiante en sus ojos, un cariño mas grande de todo lo que se podía contener en una sola mirada —hace mucho no venias—He estado ocupada — admitió considerando que su vida se habia vuelto una locuraAmbos se abr
Y ahí estaba el, Julian Anderson.El famoso hombre millonario, del cual se decía tantas cosas, frio, y mordaz como era, y su mirada de hielo que podía a congelar a cualquiera.Desde aquel primer dia que Tessa lo vio cuando ella se presentó en aquella entrevista de trabajo, se dio cuenta de que el físicamente no habia cambiado nada, sin embargo, otras cosas si, ahora sus ojos azules demostraban una nueva emoción cuando la veía; afecto. Aún estaba esa astucia y cautela en sus ojos grabada, pero el otro sentimiento se leía por encima de todo. Y verlo esta vez fue diferente, no como dos completos extraños con la guardia alta como aquel dia, sino como una relación evolucionada, nuevos sentimientos encontrados entre ellos dos, y aquella misma mirada que son capaces de tener las parejas. Aquella que se puede decir muchas cosas, sin siquiera decirse nada.—Soy James Jhonnson, — saludo el chico acostado en la camilla de al lado — es un placer conocerlo por finEl joven empresario lo miro de re