Narra Isabella
Al día siguiente me desperté a las 6 am, pero me había costado conciliar el sueño la noche anterior. Estuve pensando en el Profesor Mendoza durante horas, su imagen y su voz resonaban en mi mente sin cesar.
Su risa contagiosa, la pasión con la que enseña composición musical, y esos hermosos ojos cafés que parecen leer mi alma. Cada vez que pienso en él, mi corazón se acelera y siento mariposas en el estómago.
Después de tender mi cama, me dirigí al baño y dejé que el agua caliente de la ducha calmara mis pensamientos. Mientras el agua caía sobre mi cuerpo, cerré los ojos e imaginé estar en una de las clases del Profesor Mendoza, aprendiendo y creciendo como músico.
Una vez que salí de la ducha, envuelta en una suave toalla, me paré frente al espejo y me miré detenidamente. Mi reflejo mostraba una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que hoy sería otro día emocionante en la Universidad Musical de Nueva York.
Me vestí cuidadosamente, eligiendo un vestido floreado que resaltara mi personalidad y unos zapatos de tacón bajo que me permitieran moverme con gracia por los pasillos del campus. Mientras me arreglaba el cabello y me aplicaba un poco de maquillaje, no pude evitar pensar en cómo me vería a los ojos del Profesor Mendoza.
Bajé las escaleras y encontré a mi mamá en la cocina, preparando un delicioso desayuno. El aroma del café recién hecho llenaba la habitación y despertaba mis sentidos.
- Buenos días, papá y mamá - dije con una sonrisa radiante.
- Buenos días, cariño. ¿Lista para el segundo día de clases? - preguntó mi mamá con entusiasmo.
- ¡Súper lista! - respondí emocionada -. Aún no puedo creer que esté estudiando en la prestigiosa Universidad Musical de Nueva York. Es un sueño hecho realidad.
Mi papá levantó la vista de su periódico y me miró con orgullo en sus ojos.
- Estamos muy orgullosos de ti, Isabella. Sabemos que tienes un talento excepcional y estamos emocionados de ver cómo creces y te conviertes en la gran músico que estás destinada a ser - dijo mi papá con una sonrisa cálida.
Sus palabras me llenaron de confianza y determinación. Sabía que tenía el apoyo incondicional de mi familia y eso me daba fuerzas para enfrentar cualquier desafío en mi camino hacia el éxito musical.
Después de un desayuno reconfortante, me despedí de mis padres y me encaminé hacia la universidad. Mi mamá amablemente me prestó su auto, ya que el mío estaba en el taller debido a un pequeño accidente. Aunque estaba agradecida por su generosidad, no podía evitar sentir una punzada de vergüenza al recordar cómo sucedió todo.
Intenté explicarles a mis padres lo sucedido, pero las palabras se atascaron en mi garganta. ¿Cómo podía admitir que rechacé la ayuda de la persona que me chocó? Sabía que sería un gran problema para ellos, especialmente porque esa persona resultaba ser mi profesor de composición musical, el Profesor Mendoza. Desde el momento en que lo vi por primera vez, su presencia había despertado emociones en mí que nunca antes había experimentado.
- Isabella, ¿qué sucedió exactamente? - preguntó mi mamá con una mezcla de preocupación y curiosidad en su voz.
Traté de encontrar las palabras adecuadas, pero me sentía atrapada entre la verdad y la necesidad de proteger a mis padres de la realidad incómoda.
- Fue solo un pequeño accidente, mamá. No te preocupes demasiado - respondí, tratando de sonar convincente.
Mi papá frunció el ceño mientras me miraba fijamente.
- Isabella, sabes que siempre podemos ayudarte. No necesitas enfrentar estas cosas sola. ¿Por qué rechazaste la ayuda de la otra persona involucrada en el accidente? - preguntó con una expresión de confusión en su rostro.
Tragué saliva y desvié la mirada, sintiéndome culpable por ocultarles la verdad. No podía decirles que la persona que me chocó era el Profesor Mendoza, alguien que despertaba emociones encontradas en mí.
- Fue solo un impulso momentáneo, papá. Me puse nerviosa y no supe cómo reaccionar adecuadamente. Pero estoy bien, de verdad - respondí, tratando de sonar segura de mí misma.
Mis padres intercambiaron una mirada preocupada y luego suspiraron.
- Isabella, sabemos que eres una joven inteligente y capaz, pero también es importante que aprendas a aceptar la ayuda de los demás cuando la necesites. No tienes que enfrentar todo sola - dijo mi mamá con voz suave pero firme.
Asentí con la cabeza, sintiendo una mezcla de gratitud y frustración. Sabía que mis padres tenían razón, pero también sabía que la situación era mucho más complicada de lo que podía expresar en palabras.
Llegué a la universidad y mi mejor amiga, Anabella, me estaba esperando en el estacionamiento. Entramos juntas, conversando y riendo mientras nos dirigíamos a nuestras respectivas aulas.
Mi segundo día en la universidad fue emocionante y lleno de expectativas. A las 7 am, tenía la clase de Análisis Musical con el profesor Federico Acosta, donde explorábamos las distintas estructuras y elementos de la música. A las 8 am, seguía la clase de Improvisación con la Profesora Alejandra Báez, donde dejábamos volar nuestra creatividad y nos sumergíamos en la magia de la improvisación musical. A las 9 am, asistía a la clase de Educación Musical con el profesor Alberto Sánchez, quien nos enseñaba la importancia de transmitir el amor por la música a las futuras generaciones. A las 10 am, tenía la clase de Dirección de Coro u Orquesta con la profesora Liliana Quin, donde aprendíamos a liderar y coordinar grupos musicales. Y finalmente, a las 11 am, me esperaba la clase de Producción Musical con el profesor Armando Navarro, donde explorábamos las técnicas de grabación y producción de música.
Sin embargo, lo que más me inquietaba era la última clase del día: Composición Musical con el Profesor Lucas Alejandro Mendoza. La materia en sí era fascinante, pero cada vez que veía al Profesor Mendoza, mi corazón se aceleraba y mis manos se volvían sudorosas. Era una mezcla de admiración y nerviosismo que no podía controlar.
Mientras caminaba hacia el aula de Composición Musical, sentía una mezcla de emoción y ansiedad. Sabía que esta clase sería un desafío, pero también una oportunidad para crecer como compositora. Sin embargo, la presencia del Profesor Mendoza añadía una capa adicional de tensión y emoción a la experiencia.
Al entrar al aula, pude sentir la energía vibrante de mis compañeros de clase. Todos estábamos ansiosos por aprender y compartir nuestras creaciones musicales. El Profesor Mendoza, con su aura carismática, se situó frente a nosotros y comenzó la clase con entusiasmo.
- Buenos días a todos - saludó el Profesor Mendoza con una sonrisa cálida -. Hoy vamos a explorar diferentes técnicas de composición y cómo pueden expresar nuestras emociones a través de la música. ¿Alguien tiene alguna pregunta o inquietud antes de comenzar?
Mis manos temblaban ligeramente mientras levantaba tímidamente la mano.
- Sí, Isabella, ¿qué te gustaría preguntar? - preguntó el Profesor Mendoza, dirigiendo su atención hacia mí.
Tragué saliva y traté de controlar mi voz temblorosa.
- Profesor Mendoza, ¿cómo podemos transmitir nuestras emociones más profundas a través de la composición musical? ¿Cuál es su enfoque personal en este aspecto?
El Profesor Mendoza me miró con una mirada intensa, como si estuviera sumergido en mis palabras.
- Isabella, la música es un lenguaje universal que nos permite expresar lo inexprimible. Para transmitir nuestras emociones más profundas a través de la composición, debemos conectarnos con nuestra propia esencia y permitir que la música fluya libremente. Es un viaje de autodescubrimiento y vulnerabilidad. Estoy aquí para guiarte en ese proceso y ayudarte a encontrar tu voz única como compositora - respondió con una seriedad reconfortante.
Sus palabras resonaron en lo más profundo de mi ser, y sentí una chispa de inspiración y determinación crecer dentro de mí. Sabía que estar en su clase sería un desafío, pero también una oportunidad para crecer y convertirme en la mejor versión de mí misma como compositora.
Narra LucasEl día había llegado nuevamente, y me encontraba frente a mi clase de Composición Musical en la Universidad Musical de Nueva York. Aunque estaba emocionado por enseñar y compartir mi conocimiento con mis estudiantes, había algo que me distraía constantemente: Isabella.Desde el primer día que la vi en el campus, cuando nuestros autos chocaron torpemente, algo cambió dentro de mí. Su presencia era tan cautivadora que me resultaba difícil concentrarme en cualquier otra cosa. Cada vez que la veía en mi clase, mi corazón latía con fuerza y mi mente se llenaba de pensamientos sobre ella.Intentaba mantener la compostura y actuar como un profesor profesional, pero no podía evitar sentir una conexión especial con Isabella. Sus ojos brillantes y su pasión por la música despertaban algo dentro de mí, algo que no podía ignorar.Durante la clase, me esforzaba por enseñar y transmitir mis conocimientos, pero mi mente divagaba constantemente hacia Isabella. Su mirada atenta mientras ex
Narra IsabellaHoy amanece otro día emocionante en mi vida, lleno de posibilidades y oportunidades. Anoche, mientras intentaba conciliar el sueño, mi mente estaba llena de pensamientos sobre mi profesor y ese increíble encuentro en el museo. La emoción y la anticipación me mantuvieron despierta hasta altas horas de la noche.Esta mañana, al entrar al baño, me envolvió una ducha refrescante, dejando que el agua cayera sobre mi piel y me despertara por completo. Cepillé mis dientes con cuidado, sintiendo el frescor de la pasta de dientes en mi boca. Luego, salí envuelta en una suave toalla y me enfrenté al espejo. Con atención y cariño, elegí mi atuendo para el día: un hermoso vestido rosa pastel que resaltaba mi feminidad y unos zapatos de tacón bajo que me daban confianza. Arreglé mi cabello con esmero y me apliqué un ligero toque de maquillaje para realzar mis rasgos naturales. Al mirarme en el espejo, traté de calmar los nervios y la emoción que sentía, recordándome a mí misma que e
Narra LucasEscuchar a Isabella cantar en clase la canción que ella misma compuso fue simplemente hermoso. Mientras cantaba, sentí cómo algo se movía dentro de mí, una mezcla de admiración y atracción que me resultaba confusa.Sé que es inapropiado sentir esto que siento hacia ella, después de todo, es mi alumna. Pero, ¿cómo puedo evitarlo? Sus talentos y su carisma son irresistibles.Después de la universidad, regresé a casa y decidí darme una refrescante ducha. Luego, preparé algo delicioso para cenar. Sin embargo, sentí la necesidad de ir a la biblioteca, un lugar donde siempre encuentro paz y tranquilidad. Me sumergí en el libro de "El Gran Gatsby", dejándome llevar por la fascinante historia de amor y decadencia.Cuando finalmente salí de la biblioteca, me sorprendió ver que el clima había empeorado considerablemente. El cielo se oscureció y una gran tormenta comenzó a desatarse. Rápidamente subí a mi auto, pero justo cuando estaba por arrancar, vi a Isabella salir corriendo de l
Narra IsabellaOtro día ha llegado y son las 6 am, pero no he podido dormir en toda la noche. Me he pasado pensando en ese beso con Lucas una y otra vez.Fue mi primer beso, la primera vez que un chico me besa. Fue mágico, pero también tengo miedo. No quiero causarle problemas a Lucas.Sé que no es bien visto que un profesor tenga una relación con su alumna, y no quiero que él pierda su trabajo por mi culpa. Pero no puedo evitar sentir algo especial por él.Me dirijo al baño y me doy una refrescante ducha. Luego, me cepillo los dientes y salgo envuelta en una toalla. Me dirijo a mi armario y elijo cuidadosamente mi atuendo: unos vaqueros azules, una blusa blanca y unos zapatos de tacón bajo que combinan perfectamente. Me arreglo el cabello y me aplico un poco de maquillaje. Finalmente, me miro al espejo y me pregunto qué deparará el día en la Universidad Musical de Nueva York.Bajo a la cocina, donde mi mamá está preparando el desayuno y mi padre está leyendo el periódico.- ¡Otro día
Narra LucasDurante las clases, pude notar claramente la distracción en los ojos de Isabella. Era evidente que algo había cambiado entre nosotros, y no podía ignorar la tensión que se había formado. No la culpo por estar confundida, después de todo, la relación entre un profesor y su alumna es complicada y llena de obstáculos. Al igual que ella, tampoco quiero que tenga problemas.Después de la clase, acordamos encontrarnos en la cafetería que está justo después de la universidad. Mientras caminaba hacia allí, mi mente estaba llena de pensamientos y emociones encontradas. Me preguntaba qué pasaría en nuestra conversación y cómo podríamos aclarar nuestras emociones sin arriesgar nuestros futuros.Finalmente, llegué a la cafetería y la vi sentada en una mesa cerca de la ventana. Su mirada se encontró con la mía y ambos nos sonreímos nerviosamente. Me acerqué a ella y me senté frente a ella, sintiendo la tensión en el aire.- Hola, Isabella - dije suavemente, tratando de romper el hielo.
Narra IsabellaAl día siguiente, me desperté a las 6 de la mañana con una sonrisa en mi rostro, recordando el hermoso encuentro que había tenido con Lucas, mi profesor y ahora novio. La emoción y la felicidad llenaban mi corazón mientras me preparaba para enfrentar un nuevo día en la Universidad Musical de Nueva York.Estaba especialmente emocionada porque hoy era mi quinto día en la universidad y debo decir que había superado todas mis expectativas. Cada asignatura que había elegido me permitía crecer y desarrollarme como artista de una manera única.El lunes, mi día estuvo lleno de clases emocionantes. Comencé con Interpretación Musical, donde tuve que decidir si quería enfocarme en un instrumento o en el canto. Luego, tuve Teoría Musical, Historia de la Música, Etnomusicología, Tecnología Musical y Composición Musical. Cada una de estas asignaturas me desafió y me permitió explorar diferentes aspectos del mundo musical.El martes, mi día estuvo lleno de actividades igualmente emoci
Narra LucasEra sábado, y tenía una sorpresa preparada para Isabella. Decidí invitarla a mi casa para comenzar nuestra cita de una manera especial. Con emoción, le envié un mensaje diciéndole:"Hola Isabella, ¿te gustaría pasar el sábado en mi casa? Tengo algo especial planeado para nosotros. 😊"Esperé ansioso su respuesta, preguntándome si aceptaría mi invitación y si estaría emocionada por lo que tenía preparado. Después de unos minutos, finalmente recibí su respuesta. Isabella escribió:"¡Hola Lucas! Me encantaría pasar el sábado contigo en tu casa. Estoy emocionada por descubrir qué sorpresa tienes preparada. 😍"Su respuesta me llenó de alegría y entusiasmo. Sabía que este sería un día especial para ambos. Cuando llegó el día, Isabella llegó a mi casa y la recibí con una sonrisa. La casa estaba decorada con velas y flores, creando un ambiente romántico y acogedor.- Mira, Isabella, he preparado todo para que este día sea inolvidable, - le dije mientras la guiaba hacia la sala de
Narra IsabellaSin darme cuenta, ha pasado una semana desde esa mágica cita. Nuestra relación va mejor que nunca. No hay un día en el que no nos veamos, tanto en la universidad como en su casa. La única persona a la que le he contado mi historia con el profesor es a mi mejor amiga Anabella. De hecho, ella nos cubre.Siempre que salgo con Lucas, le digo a mis padres que pasaré el día con mi mejor amiga, Anabella.Hoy parecía ser un día como cualquier otro, pero me equivoqué. Después de la universidad, nos encontramos en casa de Lucas, como siempre. Estábamos viendo televisión cuando alguien tocó la puerta.- ¿Quién será? - dijo Lucas sorprendido.- ¿Esperas a alguien? - pregunté.- No, pero voy a ver quién es - respondió.Se levantó y desde mi lugar escuché una voz femenina que decía:- Hola Lucas, tanto tiempo.- ¿Serena? - dijo Lucas sorprendido. - ¿Qué haces aquí? - preguntó. - Creí que vivías en Londres.- Me mudé por trabajo y pensé en venir a saludarte - respondió Serena.Desde m