CAPÍTULO 19 No puedo negar que las palabras de mi abuelo me llenaron el alma. Hasta hace pocos días pensaba que era una vergüenza para él, pero ahora sé que es todo lo contrario. Me cree fuerte. Decidida. Capaz y sobre todo sabe que daría cualquier cosa por mi propia sangre. Organizo algunas carpetas antes de salir a la mansión en donde vive el magnate italiano. Han sido unas semanas con mucho trabajo y de solo pensar que falta tan poco para el lanzamiento del nuevo producto de nuestra compañía, me vuelvo histérica. Espero el próximo año volver a la universidad ahora entiendo que todo lo que hice estuvo muy mal, pero de cierto modo no me arrepiento de algo. Mi apellido se respeta. Muevo las pestañas de arriba hacia abajo al ver a la mujer que me trajo a este mundo de pie bajo el marco de la puerta. Para Mía Smirnov los años no le pasan encima. Sigue siendo la misma mujer dulce y delicada que me guio cuando tan solo era una niña. Fue quien me dio su amor cuando creía que no era igual
CAPÍTULO 20 SERGEI RUSSO Le doy un sorbo al whisky en las rocas que me estoy tomando. No puedo creer que Jessica se haya tomado esas atribuciones cuando perfectamente al terminar le dije que no había más oportunidades para nosotros dos. Mi hermana mayor, Sara que prácticamente es un dolor en el culo me observa desde una de las esquinas de la oficina que tengo en casa. Si Alex es un fastidio, ella es mil veces peor que eso. —Deja de mirarme así. Te hemos dado la solución. Kelvin Clark es nuestro accionista mayoritario ¿Cómo le vamos a explicar lo que esa pequeña revoltosa de la Smirnov le hizo eso? Dejo el vaso a un lado; hasta de esto se me quitaron las ganas—Si tanto te gusta Jessica presentársela a tu marido de todas formas tu matrimonio es tan falso como esas tetas que te cargas…—bajo la cabeza al notar como intenta tirarme uno de sus zapatos—Por eso ni tu esposo te soporta. Por loca. Sara aprieta el bolso que sostiene con sus delgadas y pequeñas manos—¡Eres un estúpido! No sé
CAPÍTULO 21 Sé que he aceptado venir con él cuando en realidad pude haberle dicho que no. Mis brazos rodean su abdomen y sonrío porque estoy más que segura que Jessica nunca lo ha tenido, así como lo tengo yo. Tan mío y solo mío. Sus ojos azules me observan a través del retrovisor de su moto mientras que la brisa de la noche nos cobija a ambos. Sergei parquea su moto en el muelle de Barceloneta ya que esta es una de las mejores playas en toda España y no era de esperarse menos del magnate; el yate es lujoso y este nos aguarda para partir a nuestro pequeño viaje. El rubio toma mi mano y con una sonrisa ladina me invita a pasar a su magnífica adquisición. Un hombre apuesto nos recibe. —Bienvenido señor Russo, ¿Están listos para partir? —brinco asustada al lado del italiano al escuchar el sonido extraño que hacen las compuertas de la navegación.—No se preocupen por eso. Es normal este tipo de cosas. Intenta calmarnos. —Deseo mostrarte algo…—suelta Sergei tocando mi espalda baja; él me
CAPÍTULO 22 Sergei me observa con los ojos bien abiertos, mientras que yo intento reincorporarme desde el piso. La luz se va y vuelve cada cinco segundos. La tormenta es tan fuerte que sacude la embarcación y es casi imposible moverse dentro de esta. Mi corazón late con fuerza y aunque intente devolverme hacia la habitación en busca de mi móvil y así llamar a mi padre por ayudar, volver allí sería prácticamente un suicidio. El italiano sujeta mi mano cuando el agua que se ha colado en el yate quiere arrastrarme. —¡Sujeta mi mano con fuerza!—el agua nos cubre los pies—Te prometo cielo que nada te va a pasar. Yo estoy aquí y no voy a permitir que nada te suceda…—el rubio de ojos azules como el cielo desliza su mano por encima de mi hombro para aferrarse a mí con más fuerza. Le observo completamente mojada por el agua del océano ingresar algunos números en el tablero electrónico que le da acceso al puesto de control en donde está el capitán de la embarcación. El sujeto nos mira horrori
CAPÍTULO 23 Intento no sonreír como tonta a cada cinco segundos, el atún en lata que Sergei me acaba de entregar, se desliza suavemente por mi lengua hasta llegar a mi garganta; al menos esto sacia un poco mi hambre. Ninguno de los dos nos imaginábamos que nuestra primera vez juntos iba a ser de esta manera. De cierto modo sigo sorprendida al saber que seguía siendo virgen, pero eso solo me demuestra el maravilloso hombre que es el italiano. Sus ojos azules me observan y debo bajar la mirada hacia mi alimento para no reírme como una adolescente que acaba de conocer a un chico guapo. Han pasado muchas cosas desde mi rompimiento con Liam, puedo decir que las cosas no salieron como las había planeado. Pero creo que de todas esas situaciones malas he ganado algo bueno. Algo que está frente a mis ojos. Él vuelve a mirarme mientras que dibuja una sonrisa pícara en sus labios y está vez no puedo evitar sonreír. El magnate se rueda hasta donde estoy para sujetarme con fuerza del cuello y así
CAPÍTULO 24 Me siento tan caliente por dentro que debo tocar mis mejillas para saber si no tengo fiebre. Sergei se zafa la corbata y se da varias palmadas en su muslo derecho para que me acerque a él. Miro por un momento todo a mi alrededor en busca de algo que nos pueda exponer pero el «Todo estará bien, pequeña» del magnate me deja un poco más tranquila. El italiano me pide que solo levante mi falda hasta la altura de mi estómago y deslice por mis piernas mi braga para que pueda hundirse en mi coño. Doy algunos pasos torpes hasta llegar en donde se encuentra sentado; la adrenalina provoca que mi corazón desee salirse de mi pecho, si alguien nos encuentra haciendo esto, ambos estamos acabados. Me subo en sus piernas separando mis muslos, el rubio desea que alce un poco mis glúteos para que él pueda liberar su polla y debo mirar hacia otro lado al verla tan enorme e imponente apuntando hacia mí como siempre. El italiano pasa su mano por la parte trasera de mi cabello para así poder a
CAPÍTULO 25 Ha pasado un día entero desde que a Jessica se le ocurrió la malísima idea de tener una cita para cuatro personas. Miro el reloj en la pared de mi habitación y me levanto de golpe a darme cuenta que he pasado todo el domingo, tirada sobre mi cama y sin hacer nada. Doy algunos pasos hasta la ventana de mi cuarto y me cobijo con mis propias manos al sentir el frío de la tarde. Mis hombros se suben por la emanación repentina de mi cuerpo al escuchar el sonido del timbre de mi apartamento. No tengo ánimos para atender a nadie y este mal genio que me traigo puede que me juegue una mala pasada el día de hoy. Abro los ojos al ver a Chaina y a Maya en el pasillo de mi piso, mis mejores amigas alzan unas bolsas con bebidas y cosas para comer. La española me golpea con su cadera para hacerme a un lado y así poder entrar a mi residencia. La pelinegra echa las cosas de mi mesa de centro hacia el suelo para así instalar lo que ellas han traído. —¿Qué hacen aquí?—les pregunto pero nin
CAPÍTULO 26 Sergei se ha ido hace algunos momentos sin antes advertirme que me conviene mejor, no por mí sino por Thomas que me aleje de él durante toda la noche. Me siento a medio lado en el borde de mi cama al sentir el dildo en lo más profundo de mi vagina. Agacho la cabeza y no puedo evitar reírme al darme cuenta que de un momento a otro desde que el magnate llegó a mi vida; me he vuelto tan sumisa y obediente cuando en mi pasado jamás me dejé doblegar por alguien. Cepillo mi cabello para luego quitarle lo húmedo con el secador para así poder apurarme antes de que llegue mi ex novio. Me miro en el espejo y brinco al observar el moretón que tengo sobre uno de mis pechos. Hasta ahora me doy cuenta de que el italiano me ha marcado y quizás lo ha hecho para que otros hombres no sepan que tengo dueño. Prenso mi labio inferior al estirar la mano y así poder agarrar el labial rojo que está sobre la mesa en donde frecuentemente me maquillo. El producto cremoso se esparce sobre mi boca dá