— Así que su pieza favorita es la parte donde sale el cisne negro del lago de los cisnes. —Preguntó Russell — Debo reconocer que jamás he ido a ver una puesta en escena del lago de los cisnes, pero sí que conozco la obra de Chaikovski y, pese a no saber nada de ballet, diré que si disfrutaría de ver el lago de los cisnes, sería solo si tú estás entre los bailarines.— En realidad esta es una pieza hecha para que la baile una mujer, pero es tan perfecta— aclaró Vladímir con una sonrisa de oreja a oreja por la forma en que Russell lo aplaudía e hizo una reverencia en su dirección para luego caminar hasta él y arrodillarse a sus pies.— Ahora debería regalarme unas flores, los bailarines siempre reciben flores de sus fans— aseguró haciendo un pequeño mohín, casi un leve puchero mientras lo observaba desde abajo, puso las manos sobre las rodillas de Russell y fijó su mirada en la de él.—¿Por qué me ha estado evitando?Russell de pronto pensó en la analogía del patito feo y no es que Vlad
Lo que el joven ruso vio cuando llegó a ese lugar más allá de las calderas lo maravilló, una sala de baile completamente equipada, con todas las paredes forradas de espejos, parquet pulido y brillante en el suelo, barras de madera en una de las paredes, era perfecta y lo suficientemente grande para bailar como quisiera. Tampoco le pasaron desapercibidos el piano y el violín y fue a sentarse en la banqueta del piano, levantando la tapa y acariciando las teclas con delicadeza, sin llegar a hacerlas sonar.— ¿Sabes tocarlo?—Preguntó levantando la vista para verlo desde allí, los mejores recuerdos que tenía de su antigua sala de baile eran de él bailando mientras su madre tocaba para él.— Si, por supuesto, que sé usarlo, tanto el piano como el violín, seré yo quien toque para ti mientras bailas.—No lo diría, pero desde que había descubierto que él bailaba, ansiaba tocar mientras el joven bailaba y observarlo moverse a través de la melodía que salía de sus dedos.— ¿Intentas seducirme, Eth
El chico respiró profundo tres veces mientras se visualizaba fundiéndose con la música. Llenándose de diversos colores que parecían contaminarlo, creando en él un colorido mapa musical, y es que así es como Vladímir sentía la música como colores llenos de significado que lo empujaban a dejarse llevar, que inundaban su piel, atravesaban sus venas y se repartían por su sangre hasta cada una de sus células. Era muy complicado describirlo, porque era una sensación a la que no era fácil poner palabras.Y sin esfuerzo alguno fluyó, los colores imaginarios que únicamente él sentía y veía lo hicieron danzar delicadamente, en movimientos perfectos generados por aquella más perfecta electricidad de colores que lo atravesaba, con ejecuciones pulidas, exactas que llenaban su cuerpo de una extraña sensualidad llena de una belleza imposible de ignorar.Dejar de tocarlo había requerido de demasiado esfuerzo para el americano, un esfuerzo que le hizo usar todo su autocontrol y es que llevaba muchos
— Soy una reina blanca horrible porque…— la mano del joven se deslizó por la parte más baja del abdomen de Russell hasta colarse en el interior de su pantalón, acariciando su dureza lentamente y luego cerrar delicadamente los dedos sobre su miembro, empezando a masturbarlo con descaro.— Una reina blanca que solo desea las caricias de ese rey al que debe darle Jaque —murmuró contra su boca antes de besarlo mientras deslizaba los dedos por toda la envergadura de su miembro.— Entonces no eres una reina blanca, en el fondo eres una reina negra, mi reina negra, pero, todavía no lo sabes- Yo te haré despertarLlevó las manos por el cuerpo del joven, había memorizado cada centímetro de su cuerpo en el pasado, lo había explorado en su totalidad, pero jamás lo había explotado del todo, jamás había hecho uso de todos los recursos de los que ahora deseaba apropiarse, era suyo, y se entregaría voluntariamente a él tal y como había deseado.— El otro día en las duchas... No sé cuántas pajas me he
Podía sentir sus piernas, casi temblar por los nervios mezclados con la necesidad de sentirlo, cuando los dedos abandonaron su interior y fueron cambiados por el miembro duro de aquel hombre, se llenó de impaciencia, como si de repente todo fuera muy lento y él necesitara acelerarlo, iba a pedirlo de nuevo en el preciso instante en el que sintió aquella deliciosa presión abriéndose camino en su interior.— Ahhh.—Un gemido gutural abandonó la garganta de Vladímir mientras le arañaba los brazos como si quisiera traspasarle parte de su dolor, parte del ardor que sentía a medida que su amante se abría camino en su interior. — Duele...— Relájate... amor mío — Fue lo único que susurro Russell antes de empujarse un poco más, deseaba causarle el menor daño posible a su príncipe, quien pronto se convertiría en su reina, porque él la haría emerger y despertar a su lado.— Muévete.— él mismo se empujó contra aquel dolor, contra la dureza que reclamaba espacio cada vez más profundo entre sus nal
— Lo he comprobado, el americano está con su nieto Vladímir.El puño cerrado de Yuri Ivanov se estrelló contra su escritorio, su rostro estaba completamente rojo y su respiración era pesada al grado de emitir sonidos parecidos a gruñidos.— ¿Quién diablos se cree Russell? — Usted solo debe dar la orden y sabe que yo la ejecutaré.El viejo Ivanov levantó la mirada para ver a Sergey, su hombre de confianza, y parte de uno de los secretos que mejor guardaba Yuri, hasta del mismo Sergey.El viejo se tranquilizó por un momento, aun así, su mirada seguía endurecida, tenía ventaja, el americano estaba en su territorio, sin embargo, no podía subestimar a su invitado.— ¿Si realmente fuera fácil asesinarlo, piensas que vendría con un solo hombre? Además, no puedo negar la verdad, Vladímir es igual que mi querido hijo, si tan solo yo lo hubiera apoyado no lo habría perdido y Dorian seguiría vivo.— ¿Entonces dejará que el americano continúe haciendo sus movimientos cerca de su nieto?— Sí, per
Si algo era más popular en Rusia que el ballet, sin duda, era el ajedrez, uno de los pasatiempos favoritos en su país. A Vladímir le servía especialmente para liberar la mente y concentrarse en el juego. Pero de nuevo había sido un intento fallido porque su mayor preocupación y, la única razón de que quisiera despejar la mente, estaba ahí. Entrando en la sala como si fuera el dueño del jodido mundo, haciendo sentir su presencia en cada paso que daba hasta llegar a su posición, solo para sentarse justo en el lugar que ocupaban las negras en el tablero.— ¿No crees que es mejor jugar en compañía?Ethan solo recibió un asentimiento de Vladímir, quién parecía concentrado en el tablero, aunque solo era una máscara, porque para el chico no había forma posible de concentrarse en nada más, cuando ese hombre estaba cerca.Con un gesto de su mano lo invitaba a sentarse en frente para luego poner las piezas que ya había movido en su posición inicial.— ¿Quieres saber por qué prefiero las negras
— ¿A qué se debe tanta insistencia en verme Yuri?— Pese a hablar de manera suave y pausada, se podía sentir en el aura de Russell el enojo y la molestia que la interrupción de Sergey le habían provocado.Yuri Ivanov solo respiró fuerte, su mirada competía muy de cerca con la furia contenida del americano frente a él.— Siéntate Russell, sabes lo mucho que me molesta hablar con un socio y que esté de pie.— Exigió el mayor intentando controlarse para no estropear su plan.— Dejemos las formalidades y dime por qué me has convocado. — Russell no estaba de humor, Yuri lo sabía y peor aún sabía la causa de su mal humor, no era idiota, estaba seguro de que ya se había dado cuenta de que Sergey lo seguía, así que lo que le molestaba al americano era el no saber el porqué, no podía saberlo, ya que él creía que su afecto hacia su nieto no se le notaba, el viejo Ivanov no dijo nada solo saco un grueso folder frente a Ethan.— ¿Qué significa esto?— Significa que te tengo la suficiente confianza