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Capitulo 6: Debes Huir O Casarte Con él.

—Emma... Estás loca? —exclama Anna sin poder creer lo que está diciendo su hermana.

—Es lo único que se me ocurrio... Debes huir, de lo contrario tendrás que casarte con Antonopulos.

—Pero tú... Odias a André no podría pedirte que te cases con él...

—Haré lo imposible para no tener que hacerlo, pero tú debes irte—insiste Emma.

—Hablaré con Mariano a ver que piensa de esta idea... Pero déjame decirte que nunca has tenido una idea tan descabellada como esta.

—No hay muchas alternativas Anna, es huir o casarte con Andreas.

Andreas no puede creer lo que acaba de pasar... Anna ha desaparecido días antes de la boda, quizás se asustó por el compromiso, quizás aún no quería casarse, pero ha huido, dejando la fiesta casi organizada, su vestido de novias diseñado por uno de los mejores diseñadores de Alemania y sin saber como, la prensa se ha hecho presente en el lugar, para estar el día de la boda. Andreas sigue sin poder creer lo que ha hecho, por lo que decide buscar a Emma, ella debe saber bien lo que pasó.

La encuentra galopando con Gitana, que ya se ha recuperado, cuando lo ve se pone muy pálida... Sin dudas Andreas ya descubrió la desaparición de Anna y se ha dado cuenta de que ella tuvo que ver en ello.

—Emma... Tú y yo debemos hablar —él se da cuenta que sabe algo, por el cambio en su rostro.

—¿Que quieres?—pregunta sin bajarse de Gitana.

—Bájate y ven aquí —exclama muy enojado, nunca lo había visto así, toda la bondad que tenía estos días se ha esfumado sin dejar rastro, pero es entendible piensa Emma.

—¿Que quieres? —repite.

—Dime donde ha ido Anna— está convencido de que ella tiene algo que ver.

—No lo sé... Quizás se fue a la ciudad a ver cosas para la fiesta.

—¡No me mientas Emma!! —grita enojado — sé muy bien que sabes donde fue Anna, ella se fue de la estancia para no casarse conmigo.

—¿Qué? —pregunta sorprendida, sin lograr convencer a Andreas.

—Emma, te conozco apenas hace un mes... Pero eres tan transparente que me doy cuenta que estás mintiendo... —este la observa con mucho odio y desprecio —dime donde ha ido Anna... Me lo dirás por las buenas o por las malas.

—Juro que no lo sé Andreas —manifiesta Emma. Pero en eso no está mintiendo, ella la ayudo a escapar, pero sin un destino, Anna y Mariano debían buscar un lugar donde establecerse.

—Si no sabes donde fue, al menos puedes decirme ¿por qué la ayudaste a escapar?

—Que no la he ayudado, Andreas, Anna debe haber ido a comprar cosas para la boda.

—Entonces... ¿Por qué se llevó su ropa y no atiende su celular?

—Oh Dios mío...— Emma se hace la sorprendida —¿ por qué ha hecho eso Anna.

—A mí no me engañas—exclama Andreas sin poder controlar su cólera—sé que se complotaron las dos para engañarme, pero esto no va a quedar así—confiesa retirandose muy furioso, ya se le ocurrirá la forma de vengarse de las hermanas, no se quedará de brazos cruzados.

Pasan varios días, Emma sigue con su vida, sin embargo, le llama la atención no haber recibido noticias de Andreas, solo falta un día para la fecha de la boda, quizás este se ha ido para no seguir humillándose o bien está planeando algo, piensa Emma para sus adentros , es muy extraño que una persona como él se quede tan tranquilo después de semejante humillación.

Sus padres preocupados han buscado a Anna por todos los rincones del país, sin rastros, por supuesto ella no se ha quedado en Argentina, se ha ido muy lejos, sin que nadie sepa su paradero, ni siquiera Emma, Anna solamente le envió un mensaje diciéndole que Mariano y ella estaban ubicados y muy tranquilos, que le agradecía lo que había hecho por ella, y que no arruinará su vida con Andreas.

Emma regresa a la estancia después de un día duro de trabajo, está por retirarse a su habitación para darse una ducha cuando se lleva la gran sorpresa de que Andreas la está esperando en el comedor, está tomando un café con su padre, hablando de algo, que efectivamente, a Leonard no le gusta, se le puede ver en su rostro, piensa Emma, observando los gestos de su padre y conociéndolo como lo conoce.

Andreas interrumpe su charla cuando ve que Emma aparece por el living, como siempre vestida de hombre y toda llena de tierra, la mirada de él ha vuelto a ser de odio y de desprecio y eso le llama la atención... Le gustaba el viejo Andreas, amable, que siempre halagaba su trabajo y hablaba con los caballos.

—Hola Emma —saluda observándola de arriba a abajo.

—Hola Andreas, no pensé volver a verte por aquí —Emma le responde el saludo con el mismo desprecio que viene de él.

—¿Acaso pensaste que me dejaría humillar de esa manera, cuando Anna huyo con tu ayuda, dejándome plantado, y tu madre llamó a los periodistas para que estén en la boda?

—¿Mi madre? — pregunta sorprendida Emma —¿ que piensas hacer, Andreas? ¿Vengarte de nosotras?

—Estaba hablando con tu padre... Me he quedado sin esposa y la prensa se invitó mañana a la boda, no voy a permitir la humillación de haber sido plantado en el altar—ella se imagina lo que dirá André a continuación — quiero que te cases conmigo Emma, ustedes son hermanas gemelas, ninguno sospechara del cambio.

—¿Que? ¿Estás loco? No me casaré contigo Andreas Antonopulos —lo desafía.

—Tendrás que hacerlo, no tienes otra alternativa—exclama Andreas con tanto odio, que por un momento le genera miedo.

—¿Y si no acepto? ¿que harás? — pregunta.

—Saldré a la prensa y diré que tu hermana huyo con su amante y me dejo plantado el día de mi boda, yo quedare como la víctima y tu hermana como la traidora... Tú eliges...

—¿Mi hermana con su amante? ¿De donde has sacado esa locura? — Emma no puede creer de que se haya enterado, ¿como lo hizo? si las dos fueron muy discretas.

—Emma únicamente mentiré para dejar mal a tu hermana... Te vuelvo a repetir tú eliges... Igual podría darte algo a cambio si lo haces... Algo que podría interesarte mucho.

—¿Que me darías a cambio? — pregunta solo por curiosidad.

—Te daré un purasangre árabe —confiesa Andreas — tendrás que aguantarme unos meses, hasta que la prensa se haya olvidado de nuestro matrimonio, luego podrás volver a tu aburrida vida, pero con un purasangre que vale fortuna.

—Es una locura lo que estás diciendo.

—Necesito casarme, Emma, no voy a permitir que me humillen y que ustedes dos se rían en mi Cara.

—No entiendo... Si piensas que soy culpable de todo esto... ¿Por que me darás algo a cambio? —pregunta  confundida.

—Porque tendrás que cumplir con varias exigencias para ser mi esposa.

—¿Exigencias? —manifiesta con miedo.

—Su, Emma y la primera exigencia será que deberás ponerte ropa de mujer una vez que estés casada conmigo — no puede creer lo que Andreas le está pidiendo, ponerse ropa de mujer es algo que no soportará, algo que le hará volver al pasado, algo que le hará sentir que siempre tuvo la culpa de lo que paso.

—¡No me puedes pedir eso! —exclama al borde de las lágrimas, algo que no inmuta a Andreas, que está frío como un témpano de hielo.

—Si puedo hacerlo, Emma y está aquí escrito —Andreas presenta un papel en la mesa — léelo, aquí están las exigencias.

—¿Yo no puedo exigir? —pregunta.

—Tu no Emma, tú no tienes derecho a exigir, solamente tendrás que soportar los meses de matrimonio por un caballo purasangre.

—¡Estás loco Andreas, de verdad que estás loco!

—Emma... Es esto o saldré a arruinar la reputación de tu hermana, tú eliges. Antes de aceptar lee las exigencias que tendrás que cumplir, luego puedes firmar—este  le entrega el documento en mano.

—Hija no tienes que hacerlo si no quieres —acota Leonard que por fin puede hablar— me duele por Anna, pero también por ti hija—Emma puede ver el dolor en los ojos de su padre.

—No te preocupes papá... Sé lo que tengo que hacer —toma el papel y se sienta en el sofá a leerlo con mucho cuidado, no puede creer las exigencias de André... Emma deberá vestirse de mujer, él le proporcionará un nuevo guardarropa, deberá vivir unos meses en Grecia, en la casa de su esposo, durante los meses que estén casados ella deberá serle fiel, no deberá trabajar con los animales, ni mucho menos estar llena de tierra. Emma no sabe que pensar, son demasiadas exigencias, aunque sabe que son unos meses y luego volverá a su vida normal y la reputación de Anna seguirá siendo intachable, pero no sabe si puede confiar en Andreas. —¿Como sé que si firmo y acepto casarme contigo, no saldrás a hablar igual de mi hermana, y al finalizar el matrimonio me darás un purasangre? — pregunta Emma desconfiada.

—Deberás confiar en mi, si tú te casas conmigo no tengo porque arruinar la reputación de Anna, aun amo a tu hermana, quizás cuando se le pase el miedo por el compromiso vuelve, y allí le explicaré porque tú y yo estamos casados.

—¿Y crees que Anna te perdonara por esto? —manifiesta Emma, con odio.

—Sé que Anna entenderá nuestro sacrificio, tú salvando su reputación y yo siendo salvado de la peor humillación para un hombre, ser abandonado en el altar.

—Sigo pensando que estás loco, Andreas.

—No te preocupes Emma, si no quieres, no voy a obligarte.

—¡Lo estás haciendo! — grita furiosa —¡estás obligándome a casarme contigo!

—Recuerda una de las exigencias, Emma, no puedes levantarme la voz—acota con malicia, burlándose de ella, sabe que Emma tiene mucho carácter, no será fácil para ella cumplir con ese contrato.

—¡Eres un idiota! , ¿acaso crees que voy a cumplir con esas exigencias?

—Sé que no lo harás... Por eso este matrimonio será muy interesante, mi fierecilla indomable.

—Deja de llamarme así —Emma está furiosa y Andreas lo sabe, esa mujer lo puede llegar a volver loco... No sabe como serán estos meses de matrimonio, pero seguro que no podrá aburrirse con su futura esposa.

—El vestido está en tu habitación... Mañana enviaré a los estilistas para que se encarguen de ti, eres muy parecida a Anna en talle, así que no creo que haya problemas, y los decoradores se harán cargo de todo lo referido a la boda, así que no debes preocuparte... Solo quiero que firmes— Emma esta sentada en el sofá mirando a la nada, pensativa, no puede creer todo lo que está pasando por culpa de su hermana, pero bueno debe hacerlo por ella, siempre protegió a Anna, esta vez no será la excepción.

—¡Emma! ¿Me escuchas? —grita Andreas sacándola de sus pensamientos.

—Si, te escucho —toma el papel que está sobre la mesa y con la lapicera que se encuentra a su lado, firma, cavandose su propia tumba.

—No te preocupes Emma, todo saldrá bien — la tranquiliza Andreas.

—Estando tú... Nada podría salir bien—exclama furiosa, levantándose del sofá, yendose del living, dejando a Leonard y a su futuro esposo, solos.

—Andreas ¿puedo pedirte un favor?

—Dime, Leonard.

—Cuida de Emma, no la hagas sufrir... podrá parecer muy dura por fuera, pero es una muchacha muy frágil, se derrumba muy fácilmente — Andreas no puede creer en las palabras de Leonard, no sería la descripción exacta que tiene de Emma, ella es una salvaje, aun así jamás le haría daño.

—Descuida...Emma estará bien conmigo, jamás podría hacerle daño.

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