Mateo, ya en su oficina, oyó el alboroto. Levantó la vista para ver a Jasper entrar furioso, pero continuó firmando el último documento con total calma.Esta actitud imperturbable enfureció aún más a Jasper, quien golpeó el escritorio con el puño, haciendo temblar todo lo que había sobre él.— Mateo, eres un maestro de la manipulación. No solo te hiciste pasar por mí para acercarte a Alana, sino que ahora la has contratado en tu empresa. ¿Qué es lo que pretendes? — escupió Jasper con rabia.Pese a la diatriba de Jasper, Mateo permaneció impasible, lo que aumentó la ira del primero.— ¡Devuélvemela! ¡Ladrón! — gritó Jasper. En su mente, Mateo le había robado a Alana y su amor por él.— Lo siento, pero no puedo hacer eso — respondió Mateo con voz grave y mirada aguda como la de un halcón.Jasper soltó una risa amarga y agarró a Mateo por el cuello de la camisa.— ¡Alana es mía! No creas que porque ahora te confunda conmigo podrás quedártela para siempre.— Alana se pertenece a sí misma.
Después de dejar al grupo Rivera, Jasper se dirigió directamente a la escuela de Lyra.Al ver que Jasper tenía el brazo sangrando, Lyra dudó un momento afuera del auto, esperando a que él se calmara antes de atreverse a subir.— ¿No crees que Alana es una tonta? ¿Por qué justo a mí no me recuerda? ¡Y ahora se atreve a amenazarme con un cuchillo! —exclamó Jasper.Recordando la escena reciente, Jasper se sintió frustrado y golpeó el volante varias veces con fuerza.Al escucharlo, Lyra comprendió la situación.— Quizás Alana no te amaba tanto como creías. ¿Quién olvida a su propio amor? —comentó Lyra mientras posaba suavemente su mano en el muslo de Jasper. Lo miró con cierta compasión y agregó—: Si fuera yo, jamás olvidaría a mi amor, ni mucho menos le haría daño.Jasper se conmovió profundamente con sus palabras.Lyra era joven, hermosa y tan inocente. Realmente era mil veces mejor que Alana.Él se acercó lentamente, y esta vez Lyra no lo esquivó. Ella lo reconfortó y Jasper se dejó lle
Hice una pausa, mis labios se entreabrieron, pero justo cuando iba a hablar, Mateo me interrumpió.— Vi un collar precioso mientras paseaba por el centro comercial y lo compré para ti.Sin esperar mi respuesta, sacó el collar de la caja y me lo puso con mucho cuidado, como si temiera que lo rechazara. Sus movimientos eran lentos y delicados, muy diferentes a su habitual eficiencia en la oficina. Verlo tan cauteloso me resultaba un poco extraño.Aunque, pensándolo bien, últimamente hacía muchas cosas "de paso". De paso me visitaba en el hospital, de paso me compraba comida y flores, y ahora de paso me regalaba un collar.— Es hermoso, me encanta —le dije con una sonrisa mientras acariciaba el collar.Al ver que su expresión seguía seria, lo llevé a sentarnos en un banco cercano. En cuanto nos sentamos, él tomó mi mano y, mirándome fijamente con sus ojos oscuros, murmuró:— ¿No has considerado que lo que dije podría ser verdad?Mi sonrisa vaciló por un momento. Alcé la vista hacia el cie
—¡Alana, no puedes permitirte arrepentirte! —gritó Jasper desde fuera de la puerta.Yo no respondí nada más.Jasper tampoco se quedó mucho tiempo. Regresó a la villa y, apenas entró, pateó la mesa con furia, volcándola. El estruendo fue tan grande que sobresaltó a Lyra, quien se encontraba en el interior con una mascarilla facial.Ella salió corriendo apresuradamente y vio a Jasper sentado en el sofá, con el rostro lleno de frustración.—¿Qué sucedió? —preguntó con cautela.—Alana dice que va a casarse con Mateo, ¡pero debería casarse conmigo! ¿Crees que nunca me recordará?Jasper sintió una punzada de dolor en el pecho al recordar la mirada de desprecio que Alana le había lanzado hace un momento. ¡Ella nunca lo había mirado así antes!Lyra frunció el ceño al escuchar esto, pero aun así se esforzó por contener su desagrado y dijo:—¿Cómo es posible? ¿No dijo el médico que ella podría recordar? Aunque, he visto que Alana parece bastante feliz con ese tal Mateo. Una compañera los vio en
—Señor Valderrama, viendo la situación de la señorita Alana, tal vez debería pasar más tiempo con ella. Llévela a los lugares que solían frecuentar juntos, quizás eso la ayude a recordarlo —sugirió el médico.—¡Inútil! ¿Y se hace llamar el mejor neurólogo del país? Si Alana no me recuerda, ¡puede ir olvidándose de su reputación! —Jasper empujó al médico a un lado y se marchó furioso tras lanzar ese reproche.Pero antes de que pudiera poner en marcha su plan, su padre lo encontró en la villa donde vivía con Lyra.Jasper estaba abrazando a Lyra mientras bebía para ahogar sus penas cuando vio a su padre. Se levantó de un salto, asustado, y balbuceó:—Papá, ¿cómo es que...?¡Paf! Emanuel le dio una bofetada tan fuerte que Jasper se quedó sin palabras.—Ya decía yo que era extraño que Alana renunciara para irse a Grupo Rivera. ¡Resulta que tú andabas con otra mujer! Hijo desgraciado, ¿quieres acabar conmigo? ¿No sabes lo importante que es Alana para nuestra empresa? —Emanuel temblaba de ra
—¡Alana! ¿Es verdad? ¿Me recuerdas? —exclamó Jasper con los ojos brillantes. Se abalanzó sobre mí, agarrándome por los hombros, visiblemente emocionado y con los ojos enrojecidos.Mientras tanto, al otro lado...Mateo, al escuchar esto, dejó caer su tableta y miró con tristeza nuestra foto juntos.Un sueño efímero. Tarde o temprano, tenía que despertar.—¿Soy tu novio? ¿Lo recuerdas? —insistió Jasper al ver que no respondía, apretando sus manos sobre mis hombros con más fuerza, su voz cada vez más urgente.—Lo recuerdo —dije con una sonrisa fría.Al oír esto, Jasper se emocionó tanto que quiso abrazarme, pero levanté la mano para detenerlo.—Recuerdo que me pediste salir durante tres años seguidos antes de que aceptara. Recuerdo cómo lloraste de emoción cuando finalmente dije que sí. Recuerdo cómo me prometiste que estaríamos juntos para siempre. Todo eso lo recuerdo —dije, mis ojos empezando a enrojecerse.—Pero tú, ¿recuerdas todo eso? —le pregunté a Jasper.Jasper se quedó sin pala
Jasper se quedó sin palabras.—No fui sincero con Lyra, pero ¿qué hay de ti y Mateo? ¿Con qué derecho me juzgas? También te acostaste con él, ¿no es así? —me increpó, aprovechando la oportunidad para contraatacar.—Tal vez sí, tal vez no. ¿Qué más te da? —respondí con una sonrisa sarcástica.—La persona que era antes murió en el momento en que me empujaste al mar. Todo lo que ha pasado después no es asunto tuyo —añadí, mientras mi mirada hacia él se iba apagando poco a poco.Jasper sintió una punzada en el corazón al ver mi expresión fría.Con los ojos enrojecidos, me tomó de la mano y, aun a estas alturas, intentó defenderse:—No voy a dejarte. Si es necesario, terminaré con Lyra. En realidad no la amo, tú eres a quien quiero.Tres años de relación habían echado raíces en su corazón, y él seguía creyendo que mi amor por él era inquebrantable.Intenté zafarme de su agarre, pero esta vez me sujetaba con fuerza. Al ver la situación, mi padre se acercó, me jaló detrás de él y le propinó u
Le ardían los ojos.Realmente se había quedado sin hogar.Sin amigos, sin hermano, sin el amor de su vida.De repente, Jasper recordó cuando recién se había graduado de la universidad. Había metido la pata y mandado a alguien al hospital a golpes. Su padre lo echó de casa, pero fue Alana quien lo ayudó y lo sacó de ese apuro.Antes, con solo una llamada o un mensaje, Alana acudía a su lado sin dudarlo.—Alana... —Jasper, que llevaba mucho tiempo sentado frente a mi casa, se puso de pie en cuanto me vio salir y me llamó.Me detuve un momento y levanté la vista, sorprendida al ver a un Jasper tan desaliñado. Tenía la cara hinchada y amoratada por los golpes, sus ojos habían perdido el brillo de antes y su ropa estaba manchada de barro.—Señor Valderrama, ¿necesita algo? —pregunté con rostro inexpresivo.Al oír "señor Valderrama", los ojos de Jasper se humedecieron y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras me miraba.Sabía que ya no había vuelta atrás.—Alana, ojalá no h