Mundo ficciónIniciar sesión
Capítulos relacionados
II. ¿Quién es Grace?
Punto de vista de Oliver Wilde- Bueno, felicidades a todos, por un trato tan exitoso y lucrativo- le digo a los involucrados en el proyecto en el que hemos estado trabajando y brindamos, con las copas llenas de champán.Están felices y relajados, después de llevar casi dos meses de trabajo extenuante y sé que no he sido nada benevolente.Pero como siempre el esfuerzo hay que saberlo recompensar, nos encontramos en estos momentos en un crucero, que les he pagado a todos por este fin de semana y me imagino que la sonrisa de oreja a oreja debe ser más por sus vacaciones, que por los millones que ganará mi compañía.Sobre todo, mi querida asistente, que no ha dejado de halagarme desde que supo de este viaje de fin de semana.Ha estado más eficiente estos días, que cuando le tripliqué el sueldo y le ofrecí un contrato como fija, cuando se acabara su pasantía dentro de poco.Tenemos toda la cubierta del crucero para nosotros solos, el personal de la empresa involucrado en el proyecto y veo
III. Las vueltas del destino
Punto de Vista de Megan Wilson Llevo más de media hora mirando a la pared frente al váter, donde estoy sentada. Creo que aún no termino de procesar, que he sido utilizada como la sustituta de otra persona. ¿Pero qué esperaba? Que esto era un cuento de hadas, que sería la Anastasia de Cincuenta Sombras de Grey y ahora el millonario se obsesionaría con mi belleza y me daría unas nalgadas sexis de castigo. La bofetada sí la recibí, pero fue directo a mi orgullo y a mi autoestima. Suspiro saliendo de mi autocompasión, me levanto, me echo un poco de agua en la cara e intento arreglar el desastre en mi cuerpo. Reviso mi hermoso vestido y aunque me pareció muy excitante y salvaje en el momento, ahora mismo le estoy mentando la madre a mi jefe. Salgo del baño y lo miro una vez más, acostado en la cama. Lo mejor que me puede pasar es que no se acuerde de nada mañana y si lo hace, no soy quién para hacer reclamos por un polvo, solo soy la asistente resbalosa que se acostó con el jefe, n
IV. Bendición inesperada
Punto de Vista de Megan Wilson - Ronald, dime que estás bromeando conmigo – le digo a mi amigo del colegio, totalmente aterrada y asustada. - Megan, las pruebas sanguíneas son claras, estás embarazada, de poco tiempo, pero no hay equivocación- asegura y siento como si el mundo me cayera encima. Había venido a verlo porque me he sentido fatal estos días y para mayor preocupación, el período no me había bajado. - Pero…pero yo, me tomé una de esas pastillas de día siguiente – intento darle mi explicación y el hecho de por qué creo que está errado, la ciencia también se puede equivocar. - Megan, esas pastillas pueden salvarte de un apuro, pero no son cien porciento fiables, pueden fallar y si estabas en tu periodo de alta fertilidad y tuviste sexo sin protección, entonces felicidades, amiga, porque vas a ser madre- me dice y es uno de los mejores doctores que conozco - Igual, vamos con el ginecólogo y que te examine más a fondo, digo, porque lo vas a conservar, ¿cierto? Me pregunta
V. ¿Ustedes se pueden vengar y yo no?
Punto de Vista de Oliver Wilde Voy a salir del cuarto de hospital cuando siento un quejido doloroso a mi espalda y me giro para encontrarme a Grace despertando del sedante y los medicamentos para el dolor, que le habían puesto. - ¿Oliver? - me dice y veo como sus ojos cambian de asombro a pánico. Si lo está fingiendo, le ha quedado demasiado bien, pero ella es una experta en eso. - Sí, soy yo, Grace- respondo mirándola - Oli… Oliver… ¿cómo?... - Eso quisiera saber yo, Grace, cómo de tantos países, tantas calles y tantos autos, fuiste a caer justo delante del mío- le digo con evidente sarcasmo. - Yo no… no fue a propósito…yo solo…estaba huyendo de un asaltante y crucé sin mirar…yo nunca te buscaría después… - Después de haberme drogado para montar todo tu show de muerta golpeada por el sicópata de tu alumno pervertido – completo su evidente tartamudeo nervioso - No estoy aquí para pedirte explicaciones, porque ciertamente no quiero escuchar tus mentiras. Nadie me obligó a segui
VI. El Señor Brown
Punto de Vista de Megan WilsonMe miro en el espejo y creo que estoy bastante decente.Llevo más de un mes en este pequeño, pero muy acogedor pueblo.Viví al inicio con la amable familia de Ronald, pero luego pude conseguir un alquiler barato, compartiendo el piso con Mónica, una enfermera del hospital local y mi nueva amiga, algo alocada, pero muy buena persona.Ahora mismo voy en camino a una entrevista de trabajo.He hecho algunos diseños por encargo, pero necesito un empleo estable, solo que cuando dices que estás embarazada, ya te miran como si tuvieses la peste y nunca te contratan.Esa es la dura realidad y solo me queda seguir echándole ganas, porque tengo que sacar adelante a mi bebé como sea.Caminando hacia la empresa donde será la entrevista, paso por un terreno en construcción y me quedo mirándolo con curiosidad.- Esa viga no va a aguantar- digo observando el desastre de diseño que están haciendo, pensando en que nadie más me escucharía.- ¿Por qué no aguantaría? Escuché
VII. La suerte que otros desprecian
Punto de Vista de Steve BrownLlevo un tiempo parado en el porche tomando mi cerveza y perdido en mis pensamientos o más bien, tengo que admitir que estoy preocupado.Megan no se ha sentido bien en estos días y hoy tenía cita con el ginecólogo.La llamé más tarde para saber de los resultados y me dijo que estaba pendiente a unos exámenes, pero por su voz, no me quedé muy convencido.Tuve el impulso de irla a ver, pero no quiero ser tan intenso, ni que se sienta acosada por mí.Megan es una mujer increíble.Llevamos más de tres meses trabajando juntos y su manera de ser, aunque un poco letal en ocasiones, porque es medio entretenida, más que nada, me alegra el día.Es ocurrente y divertida, hacía mucho tiempo que no sentía este interés por ninguna mujer y debo confesar, que no solo me atrae por su personalidad alegre.Desde que mi esposa murió, nunca más me había sentido así. Me sorprendió descubrir estos sentimientos por una mujer mucho más joven que yo.Pero Megan es muy hermosa y ú
VIII. Hola de nuevo, mi querido CEO
Punto de Vista de Oliver Wilde- ¿De quién es este proyecto? – le pregunto a mi asistente levantando una carpeta de dibujos que tengo en la mano.- Presidente, ese boceto fue presentado por la concursante…- me dice a la vez que busca en su tablet la información, pero yo no la necesito, sé muy bien quién lo dibujó, lo hizo Grace, reconocería su estilo de pintura donde fuera.Efectivamente, me lee su nombre.- Los jueces del concurso de talento la eligieron como el premio ganador y solo se necesita que usted lo apruebe- confirma.Bajo mi cabeza y miro el dibujo del mar y las gaviotas.Esta es una reproducción de un dibujo que ella hizo para mí, cuando yo era el estudiante enamorado que la idolatraba y ella era mi maestra inalcanzable y perfecta.Es su mensaje directo, para decirme que no ha olvidado los viejos tiempos.Durante estos meses, desde el inicio, me encontraba con loncheras de comida que me llegaban a tiempo para el almuerzo o la cena, si me quedaba hasta más tarde.Eso nunca
IX. Oliver Wilde es el padre de mi hija
Punto de Vista de Oliver WildeViajé hasta esta ciudad para conocer al magnate de la transnacional Brown.Es un hombre de negocios que admiro mucho y esa es la razón de ir, personalmente, a cerrar este importante trato con su compañía.No conocimos finalmente en la fiesta y debo admitir que me ha caído muy bien. Hombre formal, directo y que no se anda con tonterías.Solo me desconcertaba que se veía en ocasiones distraído como buscando a alguien, aunque al final me aclaró que buscaba a su acompañante, quizás una amante, una novia, no sé, ni me interesaba, porque estaba aquí por negocios, no para socializar.Pero todos mis pensamientos se quedaron totalmente congelados, cuando encontramos finalmente a su acompañante y se giró para saludarnos.- ¿Megan? - le pregunté sin creérmelo, nunca imaginé encontrarme en este sitio a la mujer que ocupaba mis pensamientos, la mayor parte del día.- ¿Ustedes se conocen? - escucho que el Sr. Brown dice a mi lado.- ¡Querido, te estaba buscando! – le
Último capítulo