Capítulo #2

Allecra

Llegamos a una casa muy elegante y bien resguardada con portones de color negro son muy grandes parecen estar hechos de un metal muy grueso, esto tiene la apariencia de una fortaleza desde afuera, entramos y apenas están estacionando los autos, la puerta principal se abre, alcanzo a ver salir a una muy preocupada Bella que no duda en correr a nuestro encuentro.

—¿Qué rayos fue lo que pasó?, Me voy por unas horas y todo es un completo desastre, ¿Están todos bien?—no espera a que me baje bien del auto y ya me está halando en un abrazo fuerte, muy típico de Bellarosa.

—Tranquila Bella, no seas dramática eso no es lo que necesitamos ahora, estamos muy cansados de todo lo que tuvimos que pasar hasta llegar aquí—Gabriel le resta importancia a como está actuando su hermana en esté momento, pero puedo notar que está muy cabreado por como aprieta los puños y su rostro es muy serio.

—¿Dramática yo?, Mejor cállate Gabriel antes de que me desquite contigo, pero ya vez soy tan buena que te perdono porque salvaste a mis sobrinos y a mis hermanas—ella toma a Niccoló de mis brazos con mucho cuidado, ya que sabe que si él despierta nos hará pasar un mal rato a todos hasta que mi bebé deje de gritar.

—Lo siento por dañar su momento de familia feliz pero estoy tan cansada y Gianna pesa mucho, ¿Me indican dónde puedo dejarla acostada y dónde voy a dormir?—mi hermana está muy enojada y la entiendo, de verdad que lo hago, le prometí una vida normal y lo estaba haciendo bien hasta que él decidió volver a nuestras vidas otra vez y poner todo de cabeza.

—¡Isabella basta!, deja de portarte así ellos no tienen la culpa de lo que está pasando ahora, al contrario nos están ayudando como mejor pueden—trato de mantener mi voz calmada pero creo que no lo hice bien, ya que eso hace que me gane miradas de preocupación de mis dos amigos.

—¡Es verdad porque todo esto es tú culpa!, por no hablar con tu marido antes de salir corriendo arrastrándonos a todos en tus problemas, ahora míranos hermana estamos huyendo otra vez, como si fuéramos unas criminales—ella se acerca a mi entregándome a una Gianna dormida, luego entra a la casa sin esperar una respuesta de nadie, quizás vaya a buscar por su cuenta donde dormir.

—Dios mío pero si es una mini Allecra, pobre el hombre que caiga en sus garras la va a pasar muy mal—se ríe mi amiga totalmente divertida con lo que acaba de pasar, cuando en realidad a mí me provoca un gran dolor de cabeza.

—¡Cállate Bella no es gracioso!, entremos tenemos mucho de que hablar—Gabriel entra a la casa sin mirar detrás de él, ni esperando a que lo sigamos.

¡Diantres serán unos días muy largos y llenos de tensión!

Una vez que entramos me disculpe con ellos por no unirme a la charla que mencionó antes Gabriel y decidí en su lugar quedarme con los niños, él y Bella se fueron para hablar sobre los negocios y planes para pasar desapercibidos por un tiempo, me indicaron donde debía acostar a los bebés en una habitación especial que me asignaron para ellos, está cerca de la mía eso me dejá más tranquila.

Me aseguro de que están profundamente dormidos, Isabella está acostada en otra cama en la misma habitación hasta que le arreglen la de ella mañana por la mañana, solo que ella decidió darme la espalda para que no pueda intentar hablar sobre su comportamiento sigue muy enojada por lo que pasó hace pocas horas, mañana definitivamente tengo que hablar con ella, debe de parar con este comportamiento infantil.

Ya en mi habitación me quito la parte de la ropa quedando solo en ropa interior, estoy por quitarme el sujetador cuando escucho que abren la puerta de golpe, me giro para ver quién puede ser, si es una amenaza puedo rápidamente llegar a mi daga que está sobre la mesita de noche, pero eso no es necesario ya que mi cuerpo se relaja un poco al ver que es Gabriel, pero no puedo evitar tener curiosidad de ¿Por qué vino a mi habitación?, cierra la puerta y se queda un momento mirando mi cuerpo lentamente y con hambre, la Allecra de antes hubiera sentido vergüenza de que la vean así, pero a la Allecra de ahora no le importa en lo más mínimo, aprendí a sentirme cómoda en mi cuerpo y con cualquier ropa que lleve, sea está escasa en algunos casos.

—¿Qué haces aquí Gabriel? ¿No dijimos que íbamos a ser discretos al respecto?, además eso que pasó fue cosa de una sola vez—me quedo en el lugar donde estoy de pie esperando que entienda y se vaya.

—¡Que se vaya al caño la discreción Allecra, muero por estar dentro de ti!, casi te pierdo hoy, me importa un carajo si todas las personas en esta casa se enteran que tú y yo estamos juntos—se quita la camisa rápidamente y la lanza a un lado acercándose a mí, me toma de las caderas y me besa con tanta ferocidad que me deja un poco sin aliento, si Dante no hubiera aparecido hoy es más que seguro que lo rechazaría como lo hice desde la única vez que estuvimos juntos, por error.

Me arrepiento tanto de ese día, pero me sentía tan vulnerable, tan devastada, había visto unas fotos de Dante besando a una mujer en Marco's, era en uno de los privados del bar, ella estaba a horcajadas sobre los muslos de él, mientras el muy descarado la agarraba del cuello con una mano y la otra la tenía metida bajo su vestido.

Me puse a beber unas copas de vino y apareció Gabriel, se puso a beber conmigo me decía para que no me sienta sola como una forma de apoyo sin embargo, una cosa llevo a la otra, terminamos en la cama para mi desgracia, gracias a Dios no recuerdo mucho de aquí día sino me sintiera peor por lo sucedido.

¡Qué patética soy lo sé, no es excusa!, me sentí sucia y muy culpable después de eso, ¿Qué Dante no me quiera?, lo podía aceptar.

¿Pero volverme una Puttana por despecho?, eso jamás.

Su mano cerca de mis bragas me saca de mis pensamientos, empieza a hacer ciertas cosas que hacía Dante con mi cuello y sus manos, pero con Gabriel tampoco siento lo mismo que sentía cuando tenía intimidad con él, cuando me acariciaba o me besaba, era algo que me dejaba con ganas de más, me consumía, me dejaba sin aliento era algo que me hacía hasta perder la capacidad de pensar no puedo explicarlo bien.

Gabriel está desesperado, me hace que me recueste en la cama para poder volver a hacer lo de aquel día, yo soy una débil así que dejo que haga lo que quiera y hasta trato de dejarme llevar y una vez que las olas de placer se han ido completamente de mi cuerpo, viene la culpa y el malestar por haber cedido a esta locura, siento que le he fallado a Dante ¿Pero acaso él no ha estado haciendo lo mismo desde que me fui?

Los brazos de Gabriel rodean mi cintura y se queda dormido así pegado a mí, cierro los ojos y también trato de dejarme llevar por el cansancio de todo lo que paso hoy, mañana debo hablar con él sobre esto él no se merece que lo usé así de está forma, merece tener a alguien que se entregue en cuerpo y alma con quien pueda ser feliz.

No alguien como yo...Rota.

Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo