FernandoEn mi interior se desata una lucha de emociones que amenazan con convertirse en una enfermedad donde no existe cura alguna. Si bien, no pensé que mi pasado fuera capaz de perseguir mi presente a un punto de revolverlo todo, por fortuna entre mi esposa y yo existe una confianza que nos permite apoyarnos mutuamente, cuando nos encontramos en situaciones como la vivida en el día de ayer. Admito que no me gusta hablar de las mujeres que pasaron por mi vida, ya que todas ellas terminaron en la cama de mi primo y eso significaría, estar recordando un pasado del cual quise dar vuelta de hoja, desde el momento que conocí a Damelis.Las vemos alejarse de nosotros y supongo que nos veremos después, de momento toca ponerse al día con los reportes que ha dejado el último producto que se lanzó al mercado, las ventas han aumentado de una manera considerable y esto nos da la satisfacción necesaria ya que de apoco nos vamos considerando como la mejor empresa del país.Abro la puerta de mi of
Damelis—Amiga desde que conociste a mi compadre te dije que era un príncipe, sé que a veces se comporta un poco serio y puede que tenga algo de egocéntrico, pero… no podemos negar que ha sido un excelente padre y esposo —Me dice y le sonrió, yo más que nadie se cómo es la personalidad de mi esposo.—El mejor… Luisa, mi francesito a resultado excelente ¡sabes! Es único y perfecto, me gusta cómo me trata, como le habla a nuestros hijos y cuando tienen una pregunta… intima, como las que se le ocurren a Noelia, es el primero en explicarle ¡claro! Con un poco de incomodidad, pero lo hace… —Confieso haciéndola reír.—Es que nuestros hijos están creciendo y es normal, que empiecen a mostrar cierto interés en los temas de sexualidad o cualquier otra cosa, estos tiempos son diferentes a los nuestros y con todo esto del internet, los niños ya tienen acceso a cosas, que nosotros antes no teníamos —¡Pero! —Dice y hace que nos detengamos en este pasillo para mirarme fijo —¿Has notado que mi comp
DamelisNo sé qué habría hecho si no salgo de ese pasillo, estoy segura que las ganas de sacar a Paulina coronado hubiesen sido más fuerte que yo y por los cabellos la hubiese tomado, para sacarla de una vez por todas de esta empresa —No te dejes llevar por las provocaciones de esa mujer ¡mírate! Tu eres la señora Domenech y ella es… simplemente la ex, que intento enredar a mi compadre a base de mentiras, que fueron descubiertas por el mismo —Me aconseja mientras vamos saliendo del elevador y nuestros pasos se empiezan hacer presente en esta amplia terraza de la empresa.—Lo sé y tú que me conoces, sabes lo mucho que me costó controlarme, pero por dentro, te juro que tenía ganas de agarrarla por el cabello y sacarla de nuestras vidas para siempre —Confieso haciéndola reír.Ruedo una de las sillas, coloco mi bolso a un costal de esta para luego sentarme y Luisa hace lo mismo —¡Señora Damelis, señora Luisa! Los cafés que ordenaron —Nos dice Lilian y ciento como esquiva su mirada de nos
FernandoNo sé porque mis pensamientos me ponen a prueba cada vez que estoy en la terraza de la empresa, se perfecto que han pasado siete años después de ese terrible suceso. Donde mi primo hermano Felipe se quitó la vida, dejándonos con un profundo vacío, en especial a su madre que aún no logra asimilar, que todo esto fue por decisión de su hijo, en nada tuve que ver, simplemente el escogió el camino más fácil, para de huir de los problemas que muy seguramente tendría que enfrentar si estuviese con vida.Salimos del elevador informándole a Lilian que saldremos almorzar y si encaso tal alguno de nuestros ejecutivos llegase a venir, lo atenderemos después de dos de la tarde —¿Vamos al Michelin? —Pregunta Luisa y mi esposa me mira ya que ese restaurante nos trae recuerdos de nuestra primera cita de mentiras.—Me parece perfecto, aparte que allí venden la comida favorita de mi esposo —Les hace saber mi esposa y juntos caminamos hasta salir a las afueras de nuestra empresa.—Este día está
Fernando—¡Nosotros los seguimos! —Nos dice Adrián mientras camina con Luisa hacia su carro que está justo detrás del nuestro.Pero en ese instante dos camionetas rodean nuestros vehículos haciendo que me ponga en modo de alerta —¡No se alarme señor Domenech! Tango ordeno que lo custodiemos a toda hora, sabemos que hay una persona que le ha estado enviando sobres y lo mejor es que seamos precavidos —Me informa Dorian y agradezco al cielo que sea así, no sé cómo hubiese reaccionado si se tratara de unos secuestradores.—¡Claro, Tango, se me había olvidado! No me gusta mucho este cambio de vida, pero tendré que acostumbrarme… —Le digo respiro profundo y ahora me dirijo a mi esposa —¡Vamos mi amor! —Abro la puerta de nuestro carro y ayudo a subir a mi esposa, para acomodarnos en los asientos de atrás —¿Hacia dónde vamos señor? —Pregunta Dorian antes de poner en marcha el carro.—¡Al Michelin! —Contesto amablemente para luego extender mi brazo y así hacer que Damelis apoye la cabeza en m
Fernando«Eres un excelente padre»Sus palabras hacen un eco en mi cabeza, en estos escasos segundos que nos vamos acercando a la mesa y la verdad no voy a negar, que cada frase suya me ha motivado para seguir en este camino lleno de espinas donde no se ve salida alguna. Damelis junto con mis hijos son el pilar que me alienta en esta vida, sin ellos no tendría sentido estar respirando ni mucho menos, tener el suficiente valor para sacar la empresa de mi familia adelante.Ambos caminamos agarrados de la mano y una vez llegamos a la mesa, le saco una silla para que se siente y yo hago lo mismo sentándome a su lado, mientras nuestros compadres se acomodan al frente —Cuando vi todos esos hombres vestidos de negro me asusté mucho, pensé que se trataría de un secuestro —Confiesa Luisa y se perfecto lo que sintió.—¡Te entiendo! Fernando también se puso alerta., por fortuna Dorian llego en el justo momento y nos informó que Tango los había enviado… si no, estaríamos muertos del miedo —Bromea
DamelisEn el almuerzo no hicimos otra cosa más que hablar de Felipe y todo el altercado que tuvimos con su madre. En definitiva no puedo entender como hay mujeres que no les importa el estado emocional de un niño y le infunden una mentira, sin importar cuánto daño le están haciendo. Miguelito se veía asustado, es muy pequeño y no comprende las aparentes razones que su abuela tiene, para odiar al primo de su padre.Entramos a la empresa y los mormullos de los empleados no se hacen esperar, fue muy evidente la discusión que tuvo mi esposo con esa mujer y por más que queramos tapar el sol con un dedo, las personas se han dado cuenta, de que algo no está bien, empezando porque Justo Moreno llego dando órdenes esta mañana y no bastado con eso, ubico a su secretaria en una oficina grande, como si fuese accionista de la empresa. Lo peor de todo es que esto parece una guerra de nunca acabar, y si no le encontramos pronto una solución, lo más seguro es que nuestros hijos terminen heredando, e
DamelisSeguir en la empresa después de lo ocurrido con ese hombre sería una completa locura, la inspiración se me fue, la mente se me puso en blanco y cuando a mí me suceden esas cosas lo mejor es cambiar de escenario. Aunque a esta hora mis hijos deben seguir en la escuela, es muy temprano así que podre adelantar algo en mi recamara, el único espacio que le da color a mi vida —Gracias Dorian —Le digo mientras me voy bajando del carro.—¿Señora, la espero o no regresara de nuevo a la empresa? —Me pregunta Dorian.—¡No volveré! Puedes irte —Respondo amablemente mientras cierro la puerta del carro y si hay algo que no me gusta de todo esto, es tener que estar rodeada de tantos guardaespaldas, pero comprendo que la familia no está pasando por un buen momento. Subo las escaleras y una vez me encuentro en la puerta de la mansión, toco el timbre ya que tengo la mala costumbre de olvidar las llaves.—¡Buenas tardes Teresa! —Saludo amable he ingreso.—¡Bienvenida, señora Damelis! —Responde y