Asthon aparcó el auto y bajamos de el, se había ofrecido a llevarme a casa, pero primero pasaríamos por Burger Kinge para comprar comida, le hice saber que no traía dinero.
—Yo la pagaré —le sonreí e ingresamos al local.El lugar estaba abarrotado de personas, me sería imposible llegar hasta la barra, pensé.Sentí las manos de Asthon en mis hombros, lo miré de reojo, sus ojos avellanas se posaron en los mío.—Eres tan baja que temo que no te vean y te pisen —mi boca cayó en picadillo. Golpeé su estómago por su comentario burlesco.Soltó una carcajada haciendo vibrar su pecho que estaba pegado a mi espalda. Me gustó esa sensación de tranquilidad que sentí al escuchar su risa.¿Qué? No, no, no...Deja de decir idioteces Jenna, aparté esos pensamientos y me dediqué a esperar a que Asthon ordenara las hamburguesas.La chica que nos atendió no dejaba de ver a Asthon como si de un dulce se tratase, es más, se lo comió co—Hoy cuidaré de Jess —hice una mueca.—Rayos, ¿No tienes con quien dejarlo? —negué.—Mamá no me dará permiso para llevar a mi hermano porque todos somos menores de edad y no habrá un adulto responsable. —expliqué bajando al living.—Por eso no hay problema —dijo Matt. —Mi madre estará todo el día en casa, puedes dejarlo con ella, sabes que no se negará a cuidar del mocoso. —Añadió.—¿Tú crees? —asintió convencido. —Entonces iré a despertar a Jesse. El pequeño dormía hasta tarde, mamá dejaba que lo hiciera puesto que era un niño muy enérgico, en las noches luchábamos para que durmiera, debíamos mantenerlo ocupado durante todo el día, haciendo deporte o cualquier otra cosa y así estar lo suficientemente cansado a la hora de dormir.Entré a su acogedora habitación, las paredes pintadas de color azul claro y el suelo azulejo, daban al lugar un espacio confortable, amplio y luminoso. Había varios muebles, como el pequeño ar
POV. AsthonMiré el despertador, marcaba las 4:30 a.m. Me levanté de un salto de la cama, ingresé al baño a cambiar la ropa por una deportiva. Salí de la habitación bajando con cuidado las escaleras, sin hacer el menor ruido posible, los demás descansaban y no tenía la intención en despertarlos. Mamá solía tener el sueño liviano, se despertaba con cualquier ruido, desde que llegué he estado saliendo a correr temprano para no tener que lidiar con las tan ajetreadas mañanas donde las calles eran atestadas de personas apresuradas por llegar a tiempo a sus labores.Giré la perilla y cerré la puerta de madera, acomodé mi sudadera negra y me coloqué la capucha. Con los auriculares puestos comencé a trotar, bajo las luces de la farolas recorrí las oscuras calles de la ciudad. Mientras más avanzaba y aumentaba el ritmo, sentía el sudor bajar por mi cuerpo, respiraba por la boca y así no cansarme tan rápido, lo ideal era respirar por allí, al menos principalmente, para no sentir que me falta
Los chicos entraron con cajas de alcohol, les avisé que tendríamos una tarde para divertirnos. Mi madre tuvo que irse a una reunión de la empresa, y aprovecharía de su ausencia para pasar la tarde con mis amigos. Me tensé al sentir unos delgados dedos posarse en mi hombro, el olor a perfume de fresa me desagradó, no era necesario girarme para saber que se trataba de Harper, la rubia que llevaba días tras de mí.Ya estaba acostumbrado a ese tipo de comportamiento de parte de las chicas, que hacían cualquier cosa por llamar mi atención. —Hola, guapo —murmuró de forma coqueta. —¿Qué tal, preciosa? —dije guiñando un ojo.La miré detalladamente, vestía un shorts plateados y el bañador debajo, llevaba el cabello suelto que caí como cascada bajo su espalda. Sinceramente, Harper era el tipo de chica que a simple vista cautivaba con solo mirarle. Alta, rubia, popular y con un cuerpo impresionante para su edad, era casi una modelo. Sin embargo, lo que tenía en belleza quedó eclipsado por toda
POV. Jenna.Llegué a casa después de bajarme del auto de Matt, subí a mi habitación encerrándome en ella. La escena de hace minutos seguía latente en mi cabeza, no dejaba de dar vueltas lo que acababa de presenciar en la mansión de los Hartmann.Encendí el ordenador y teclee 'TEI', rápidamente cargó y pulsé la primera página que apareció.El trastorno explosivo intermitente se caracterizaba por la presencia de arrebatos o reacciones agresivas recurrentes, donde se evidencia una falta de control de los impulsos y contaba con la presencia de agresiones verbales, gritos, lanzar o romper objetos, entre otras. También agresiones físicas contra la propiedad y personas. Para que esas reacciones se consideraran como parte del TEI debían ocurrir de manera reiterada en el tiempo, es decir, dos arrebatos por semana en un plazo de tres meses.Los arrebatos del trastorno explosivo intermitente se caracterizaban por presentar los siguientes aspectos; Eran impredecibles y veloces, se presentaban sin
—Por supuesto, toma asiento. —Me acerqué e hice lo que pidió.—Verá director, el grupo está planeando que la temática del baile sea de Hollywood. —Asintió con sus manos en el escritorio. —Hemos elegido ese porque nos apasiona las películas y queremos vivir todo el glamour de la Meca del cine, y una fiesta temática inspirada en Hollywood es justo lo que estabamos buscando. —Me parece muy interesante, nunca hemos hecho un baile elegante. —Sonreí al escucharlo. —¿Qué tienen en mente?—Colocar una alfombra roja a la entrada del salón de fiestas y decorar todo como si fuera una cena de gala de los premios Oscar. —De tan solo imaginarlo me parecía estupenda la temática.— Y lo más divertido de la dinámica en este tipo de fiestas, es usar accesorios y utilería para crear originales y entretenidas sesiones de fotos. —Finalicé entusiasmada.—Aprobaré porque han desempeñado un buen progreso en la preparatoria Townsend Harris High School. —Dijo con orgullo. —Y merecen una excelente graduación
—¿Qué edad crees que tienes? —inquirió con mofa.—Cumpliré dieciséis para tu información —se defendió la coqueta chica. —Y tengo novio.—¿Tienes qué? —preguntó Arthur mirándola con una ceja arqueada.Rebeca rodó los ojos con fastidio.—Ay hermanito, pensé que lo sabías, ¿Oliver no te comentó? —dijo con fingido asombro.—¿Oliver? —Beca asintió. —¿Qué tiene que ver él en… —Su boca se cerró de golpe, negó con la cabeza mirando a Rebeca con enojo.Mientras tanto, los que estábamos escuchando su conversación, no entendíamos nada. Miré a los demás pero todos estaban al igual de intrigados que yo. —¿Quién es Oliver? —Matt tuvo el atrevimiento a preguntar. —Ese imbécil es mi mejor amigo, o eso creía —Habló Arthur sin despegar la vista de su hermana menor. —¿Desde cuándo llevan ocultando lo que sea que tienen? —la chica lo ignoró. —¡Dime! Rebeca ni se inmutó con su grito, al contrario de mi que me sobresalté en el sofá al escucharlo.Arthur miró con decepción a su hermana, era obvio que no
—Es el entrenamiento, los exámenes, ya sabes. —Confesó serio.Deseé tener el valor de preguntarle cómo estaba de su trastorno, si le había ocurrido los siguientes días, pero conocía a Asthon y estaba segura que no me hablaría de algo tan personal. Me limité a guardar silencio sin saber que más decir para tener una conversación fluida, era pésima en eso. Detuvo el auto en dos calles más abajo de donde vivía, no quedaba tan lejos de mi hogar.—Gracias por traerme —tomé mi mochila y me dispuse a bajar.—Le das mis saludos a Jessica —asentí y me despedí sacudiendo la mano. Se marchó perdiéndose por las calles desoladas.Caminé a casa apresurada para no llegar tarde a la academia, mamá buscaría a Jesse después del trabajo. Subí a la habitación y tomé una ducha rápida, me cambié con la vestimenta de danza, era una combinación de leggings tres cuartos, falda circular muy corta con banda en la cintura y top deportivo con bordes en color contrastante. Salí de la habitación con las zapatilla
Estaba ansiosa, me hallaba en la sala esperando la llegada del chico que sería mi cita. Claire se le ocurrió la brillante idea de planear la salida el día sábado en la mañana. Comentó algo referente a visitar el zoológico, lo que me pareció súper extraño, ¿Quién iba a un zoológico durante una cita?No me malinterpreten, amaba los animales, visitaba el zoológico de pequeña con mis padres. Así que, tal vez no sería tan mal y estaba subestimando al pobre chico. Me vestí con un overol enterizo color gris y debajo una camisa blanca de mangas cortas. De calzado opté por mis clásicos tenis del mismo color y apliqué un maquillaje sencillo para cubrir mis leves ojeras que se estaba formando, dejé mi cabello suelto con unas pronunciadas ondas y listo. No me esperaría tanto, de que una simple vista y no me importaba impresionar al chico.Que sea él y no mamá, porfavor. Supliqué en mi mente.Fui a abrir la puerta al escuchar el timbre, y sí, un chico moreno con ojos color miel se encontraba al f