—¡Imposible! Rocío no tiene esa astucia. Si tuviera algo de cerebro, no habría arruinado una mano tan buena en el juego. Ella simplemente creerá que escondimos a Mari.—Mejor no vayamos a Nubiazura por ahora, para evitar que sospeche algo.Sofía, asintiendo con la razón de Ximena, apretó los puños y
Pero Rocío, si hubiera tenido la calma para hablar, no se habría desviado tanto del camino sin mirar atrás. Tenía dos asuntos pendientes: el primero, encontrarse con Samuel para disculparse cara a cara. El segundo, confrontar a Mariana y preguntarle directamente por qué había seducido a su prometido
Rocío rompió a llorar. Su llanto se intensificaba, desahogando su resentimiento acumulado en el aire con puños apretados.—¿Vale la pena? —preguntó Ximena.Rocío se detuvo un momento, girando para mirar a Ximena.—¿Vale la pena? ¡Sam también me hizo esa pregunta! No sé si vale la pena o no, solo sé
*Yazmin llegó a casa tarde otra vez después de un evento social. Había bebido mucho y apenas podía mantenerse en pie. Luchando por mantener la lucidez, abrió suavemente la puerta del estudio, temiendo molestar a Víctor mientras trabajaba. Sin embargo, Víctor no estaba trabajando ese día. Estaba sen
Ximena no esperaba que Víctor se decidiera tan rápido. Al día siguiente, temprano en la mañana, fueron juntos a un lujoso sanatorio. Agustín, desde que enfermó, su salud había ido empeorando, sin mostrar signos de mejora. Cuando Eloísa vendió Empresa Ramírez, Agustín se enfureció tanto que estuvo a
Agustín lanzó una mirada fugaz a Ximena, su voz sonaba fría, cargada de cierta sospecha.—Señorita Castillo, ¿para qué quiere saber eso? ¿Piensa hacer algo por su madre?Los eventos del pasado eran un punto delicado para Agustín, su rostro revelaba una ira apenas contenida.Pero el Agustín de ahora
Yazmin estaba confundida por las palabras de Víctor.—Amor, ¿qué estás diciendo? Por esta familia y nuestro hijo, no hay trabajo que me canse.Víctor, viendo que Yazmin no había entendido, preguntó de nuevo.—¿No te sientes cansada?—Yo... no...Yazmin lo miraba sospechosa, dándose cuenta de algo, y
Yazmin observaba con cautela a la hermosa mujer de ojos azules que tenía enfrente. Siempre se había presentado como una profesora ejemplar, dedicada a la enseñanza. Si se descubría su intención de perjudicar a alguien, y peor aún, a su propia sobrina, su reputación se vendría abajo.Luis, apartando