—No preguntaron, así que no dije nada. ¿Necesito decírselo ahora?—¡Déjalo!Ximena no quería hablar más con Gonzalo.Anteriormente, Gonzalo le había dicho a propósito que Lluvia y Lisandro habían estado comprometidos, haciendo que ella malinterpretara a Lisandro.Si no fuera porque Gonzalo ayudó a s
Durante todo el trayecto, Ximena permaneció en silencio, hasta que al bajar del auto, le dijo a Luis.—Voy a pensar en una solución para ti.Luis, sentado en el coche con una mirada serena y clara, respondió con firmeza:—No te preocupes, ¡al diablo, puedo volver a Nubiazura si es necesario!Al lleg
Ximena aclaró las circunstancias, y al llegar a ese punto, mencionó el asunto de la empresa de Luis.No quería que Lisandro, por un ataque de celos, causara la quiebra de la empresa de Luis; esperaba que él pudiera separar los asuntos personales de los de negocios.Incluso si no colaboraban con Luis
—¿Quién dice que no la ...?Lisandro empezó a gritar enojado, pero se contuvo, tragándose las palabras que casi salen por instinto.—Lisandro —Luis se burló—, ¡ni siquiera te atreves a decir que la amas! Parece que no significa mucho para ti.—¡Lo que ella significa para mí no es asunto tuyo! Es mi
Luis no respondió, simplemente tomó el marco de fotos que estaba sobre su escritorio. La foto era de él en el campus, sosteniendo un diploma, una imagen que había llevado consigo a todas partes durante años y siempre mantenía en su escritorio.Nadie sabía lo que esa foto significaba realmente para L
—La distinguida posición de señor Mendoza contrasta con la mala suerte de mi empresa en quiebra. ¿Acaso ha venido solo para burlarse de mi derrota?Viendo el desorden de cajas de almacenaje y las oficinas casi vacías, Luis, señalando a su alrededor, exclamó con amargura:—¡Ahora señor Mendoza lo ha
Preocupada por Luis, pero también llena de resentimiento.¡Todo era culpa de Ximena!Si no fuera por ella, la Compañía Valdez no estaría en esta situación.Alejándose, Isabella llamó a Ximena.—Ximena, ¿estás contenta ahora? ¡La Compañía Valdez ha acabado!—Luis hizo tanto por ti, y no solo no lo ag
Lisandro salió de Compañía Valdez y aceleró su coche por las calles. Las palabras de Luis resonaban en su mente:«Tarde o temprano perderá toda esperanza contigo»Aumentó la velocidad, su auto se desplazaba como un rayo, causando que los demás vehículos tocaran sus bocinas y se apartaran, generando