—¡Yo no hice nada, no hice nada! ¡No hice nada!— gritaba en voz alta, repitiendo esas tres palabras constantemente.Sin embargo, esas desagradables habladurías resonaban en sus oídos como un hechizo, negándose a detenerse.—¡Dejen de grabar!— rugió Ricardo.El perfil público de Ricardo siempre ha si
Mariana y Samuel fueron al hospital. Después de una serie de exámenes, no encontraron problemas en su cabeza, pero el médico le recomendó que se hiciera una otoscopia.Después de revisar los resultados, el médico dijo una frase: —Deberías denunciarlo, ya se ha constituido como lesión corporal.—No
Mariana no escuchó claramente, así que Samuel tuvo que repetirlo.Mariana suspiró, cerró los ojos y negó con la cabeza.—¡Bah! No puedo enfrentarla. En el futuro, mantente alejada de ella y ya está.No querer provocar a Rocío era una razón. La otra razón era que, después de todo, Rocío era la cuñada
En la habitación de Mariana, Marcus la vio cambiando el frasco de suero. Se acercó rápidamente y conectó el tubo al nuevo frasco.— ¿Por qué no llamaste a la enfermera? Ya estás recuperándote. Siéntate. —Marcus presionó el hombro de Mariana, instándola a sentarse en la cama.Aunque el tono de Marcus
—Y no quiero tener más que ver contigo, señor Sánchez, y convertirme en la amante condenada por todos en la boca de los demás.—Señor Sánchez, por favor, ve. Estoy cansada y quiero descansar. Marcus estaba enojado. Al ver que Mariana hablaba en voz alta, le pasó el vaso de agua.—Toma un poco de ag
En el silencio que siguió, Rocío miró a Samuel, su rostro lleno de confusión. Después de un rato, habló con voz apagada.—¿Controlarlo? ¿Poseerlo?Sacudió la cabeza y continuó: —No es así. Lo amo. Él también debe amarme. Él es mi prometido, no puede traicionarme, no puede dejar de amarme. Desde peq
— Le dije que volviera al hospital, pero no escuchó. ¿Qué puedo hacer? Bueno, ya no quiero hablar de esto. Estoy ocupado. Ricardo, debido al incidente de su comportamiento en la fiesta de cumpleaños y su posterior discusión con los fanáticos, había sido grabado y criticado en línea. Varios patrocin
Marcus retrocedió asustado, sin atreverse a mirar a Mariana, quien ya se había desabrochado la camisa.— ¿Por qué te quitas la ropa? ¡Viste ya! Mariana se acercó a Marcus, apartó las manos de Marcus que cubrían sus ojos.— Todos afuera dicen que he estado contigo. No importa cómo lo expliquemos, na