Yazmin miró a Agustín, aferrándose a su bolso de mano adornado con diamantes. Ese bolso había sido un regalo de aniversario de bodas de su esposo. Víctor, quien antes se dedicaba al mundo editorial, poseía una editorial que estaba entre las diez más importantes del sector.Con la popularidad de los
—¡No es su culpa! Tengo problemas antiguos con Rocío. Ella me tiene envidia.Al mencionar a Rocío, la expresión de Inés se tornó un poco temerosa y disgustada.—Cualquiera que haya tenido contacto con Marcus le cae mal. Con esa actitud, no hay muchos hombres que la soporten. Marcus no tiene más reme
Raúl, con una sonrisa cortés pero disculpante en su rostro, albergaba una gran insatisfacción hacia Ximena en su corazón.«Invité a personalidades de todos los ámbitos a mi fiesta de cumpleaños, ¿y cómo terminó viniendo esta chica salvaje e indisciplinada? ¡Ha convertido mi celebración en un complet
—Entonces pide disculpas, no hace falta que te arrodilles. Si te disculpas, consideraremos que la Familia Paredes te debe un favor, y te ayudaremos en lo que pidas.Ximena lanzó una mirada de reojo a Ernesto. Él era muy guapo, de esos elegantes y cultos, pero una cierta arrogancia en su mirada y ges
Lisandro, con una mirada penetrante como un cuchillo, agarró de repente los hombros de Rocío, clavando sus ojos en ella de tal manera que detuvo su llanto, dejando solo lágrimas colgando de sus pestañas.—Rocío, ¿ya olvidaste lo que te advertí? —preguntó Lisandro con una voz fría como el hielo.Rocí
No obstante, Rocío se negaba a aceptarlo, idolatrando a Elena por su aparente apoyo y consejos en su afán por conquistar a Marcus.Viendo que no podía convencerla, Lisandro se recostó en su asiento, cerrando los ojos, y ordenó a Jorge que arrancara el auto. Jorge, quien había estado a punto de habla
—Ya le advertí a Rocío que no se meta con Ximena. Entre Ximena y Marcus no hay nada oscuro, pero ella sigue aferrándose a viejos rencores. Si no se controla, que no espere piedad familiar de mi parte, —dijo Lisandro.Lorenzo entendió que Lisandro había venido por dos razones: no quería que Rocío hab
Después de un largo silencio, mirando a través de la ventana, Lorenzo finalmente habló.—Rocío, ¿cómo te ha tratado Lisandro todos estos años?—Siempre me ha tratado bien. No importa lo que haga o los problemas en los que me meta, siempre está ahí para resolverlos, —afirmó con confianza, con orgullo