—Elena misma admitió que fue su hermano quien lo hizo.Lisandro estalló, su voz cargada de ira. Después de aquel incidente, había confrontado a Elena, quien insistió en que había sido Carlos, y al final, este también lo admitió con su silencio.—Hermano, desde niños ustedes fueron muy cercanos, sabe
Fernando había robado dinero de Marcela y se fue a Aurensia a jugarlo todo a lo grande. En menos de un mes, había perdido más de un millón de dólares. Afligido, se fue a ahogar sus penas en un puesto de la calle, donde tras una botella de vino, cayó desplomado al suelo. El dueño del establecimiento,
Samuel abrazó fuerte a Felicia y ambos derramaron lágrimas juntos. Ximena, por su parte, mantenía una expresión serena, sin mostrar demasiado sentimiento. Estaba dispuesta a tratar la enfermedad de Fernando, sin importar el costo. Pero llorar por él, preocuparse genuinamente por su bienestar, eso er
Los ojos antes apagados de Marcela se iluminaron un poco al agarrar la mano de Ximena, con la voz entrecortada dijo.—Tenía planeado guardar ese dinero para Sam, para comprarle una casa a Sam, ¡así sentiría que no le he fallado en esta vida!» ¡Ahora Fernando ha perdido todo el dinero en apuestas! Y
» ¡Debí haber profanado tu tumba ancestral en mi vida pasada para tener que pagar esta deuda en esta!Cuando Fernando estaba sobrio, tenía un temperamento más bien sosegado y sabía que había cometido un error. Con la boca torcida, murmuraba sus disculpas con palabras apenas comprensibles. Empezó dic
Mariana no entendió a qué se refería su amiga.—¿Qué podría estar pensando? ¿Qué podría planear?—Si un hombre ya tuvo suficiente y piensa en divorciarse, empieza a buscar excusas para todo. ¿No crees que pueda ser ese el caso? —Ximena fue directa.—¡No puede ser! Cuando lo de perder al bebé y le pr
Ximena terminó de lavar los platos, vació el agua y secó todo, sin ganas de escuchar más lamentos de su parte.—Hace más de veinte años que se fue, ¿no pueden desaparecer tus rencores con su muerte? Además, cada uno forja su propio camino. ¿De qué sirve culpar a los demás?—La amé mucho, pero ella n
Resultó que Felicia había visto a otros niños jugar con patinetas abajo y ella también quería unirse. Samuel fue entonces a una tienda cercana y le compró un triciclo. Cuando la niña estaba jugando, accidentalmente tocó el bastón del anciano, quien, falto de agilidad, no se mantuvo firme y se fue al