—Mateo, dime, si ahora mismo nos hundiéramos en el río, ¿crees que tu papi volvería para salvarnos?Elena miró el río frente a ella, con una determinación helada en sus ojos. Mateo, con el corazón palpitando con fuerza, intentó abrir la puerta del auto, pero no podía desbloquearla.—¡Mami, no hagas
Tras colgar, Lisandro miró a Ximena y le dijo.—Ocurrió algo con Mateo, tengo que regresar a urgencia. Ve al hospital tú sola y ten cuidado.Al escuchar sobre Mateo, Ximena también se mostró preocupada, era el hijo de su esposo, por eso preguntó.—¿Qué pasó? ¿Está bien? —Aún no sé los detalles.—Ir
[Sobre el tema del bebé, tengo mis razones para no quererlo ahora. No creo que este sea el momento adecuado. Espero que cuando estemos más establecidos podamos ofrecerle una mejor vida. No nacimos en cunas de oro, pero deseo que nuestro hijo sí lo haga. No quiero que comience su vida con desventajas
Al final, Lisandro bajó la mano.—Te lo advierto, ¡ella no es de esa clase de mujeres! —Elena, con el corazón desgarrado, replicó.—¿Ni siquiera puedo mencionar algo malo de ella? ¿Qué soy yo para ti entonces?—La decisión de estar aquí fue tuya. ¿Qué derecho tienes para quejarte? Te lo dije desde e
Lisandro siempre quiso mantener esto en secreto, ¿verdad? Elena estaba decidida a exponer la relación de Lisandro y Ximena, insinuando que él estaba con una mujer que ya tenía una hija. Quería que toda la familia Mendoza lo supiera, esperando que se opusieran a su relación. Paloma, aunque no compren
El corazón de Ximena se detuvo por un segundo, quedándose paralizada, miles de situaciones pasaron por su cabeza en lo que pareció una eternidad, intentó mostrarse indiferente, pero sus ojos la traicionaron.—¿Te refieres a… a que mañana tramitaremos el divorcio?—¿No quieres?Lisandro levantó liger
Lisandro permaneció en silencio. Terminó su cigarrillo, lo apagó y bebió un sorbo de agua. Ximena se quedó junto a la ventana por un largo rato, y una vez que logró calmarse, regresó a la cama, sonriéndole.—¡La verdad no estuvo mal! Nos separamos en buenos términos, y quizás en el futuro podamos se
—¿Qué... qué querría hacer yo?Ximena colocó ambas manos en el pecho de Lisandro, tratando de mantener una distancia entre ellos.—¿Me estás diciendo que no querrías...?Lisandro sonrió maliciosamente mientras deslizaba sus dedos desde la frente de Ximena, pasando por su nariz respingada, hasta dete