—¿Juntos al infierno? ¡Perfecto! De todos modos, ya no quiero seguir vivo. Si no podemos estar juntos en vida, al menos en la muerte lo estaremos. ¡Morir el mismo día, a la misma hora! ¡Qué romántico! ¡Vamos ahora mismo!Gael, con una actitud desafiante y relajada, cruzó los brazos, se balanceó haci
Felicia, aterrada, lloraba sin consuelo.Gael se acercó a Ximena, disfrutando de su angustia:—Dime, ¿es o no es mi hija? Si admites que sí, les diré que se detengan. Si no lo es, lo que le suceda...Dejó la frase en el aire, disfrutando del tormento: —...no será mi problema.—Te juro, Gael Torres,
Al ver la sangre de Felicia, Ximena sintió que perdía la razón.—¡Felicia, Felicia!—¡Suéltenme, malditos!Nadie la soltó, estaban esperando una orden de Rocío.Rocío, aunque sorprendida por el accidente, levantó a Felicia y examinó la herida: —Sólo es un rasguño, no es para tanto. ¿Por qué armas ta
Lisandro la tomó en sus brazos de inmediato, notando la marca de un lápiz labial en su rostro y restos de una brillante sombra de ojos.No necesitó preguntar para saber quién había sido.Desde pequeña, Rocío adoraba maquillar a otros. Sofía había sido víctima de sus experimentos de belleza tantas ve
Después de todo, ella había llevado a Mateo en otras ocasiones y Lisandro nunca se había molestado de esta manera.Marcus le lanzó una mirada significativa a Rocío y le susurró: —Chiquilla traviesa, Felicia es solo una niña de cuatro años. La traes a este lugar y encima la dejas en ese estado. Si fu
Rocío quedó en shock.Sintió cómo algo caliente empezaba a correr por su frente y descendía por su rostro, manchando su falda ajustada.Jamás en su vida había sido tratada así; nadie se atrevía a lastimar a ella.No solo porque Lisandro siempre la había protegido, sino que su abuelo no habría permit
—¡No te enojes! ¡Me mentiste diciendo que estabas paralizada! Yo me llevé a Felicia, ¡así que estamos a mano!—¡Además, Felicia es mi hija! Sólo quería verla. ¡No he hecho nada malo!Ximena intentó alejarse de Marcus, pero él era más fuerte y no la dejó. Con sus ojos llenos de furia, miró directamen
Ximena solo supo al llegar a casa que Felicia había sido hospitalizada.Su celular estaba apagado.El móvil de Lisandro estaba en silencio, por lo que no había recibido la llamada de Teresa.Rápidamente, se dirigieron al hospital en el coche, pero en la entrada de su residencia, se toparon con un Fe